El cuco, además de ser un ave bastante puñetera y sinvergüenza (por decirlo de una manera suave), tiene el nombre en latín que se merece: Cuculus canorus. El sonoro cucú dicho en fino. En primavera no descansan, su potente Cu-Cú resuena en mitad del bosque durante todo el día. Si están muy cerca, pueden llegar a resultar cansinos, al tiempo que discretos, porque en realidad es bastante raro verlos. Me doy cuenta de la paradoja, cuando mi hija de tres años, mientras juega exclama para sí muy enfadada: ¡Ya está otra vez el reloj!
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