viernes, 21 de mayo de 2021

MANIFIESTO EN DEFENSA DE DOS PLANTACIONES

 





Uno de los momentos más chispeantes de mi experiencia como jardinero-bloguero, fue la primera vez que recibí un mensaje de Piet Oudolf. Más allá del orgullo, legítimo diría yo, porque alguien con su fama y ascendente me conociera, la alegría venía principalmente motivada por el motivo del mensaje. En él me contaba que mantenía negociaciones con el Botánico de Madrid para hacer una plantación en la zona más cercana a la principal entrada del jardín, la conocida como Puerta de Murillo. Sentí ilusión ante la perspectiva de contar con una plantación de Oudolf en un jardín público en el centro de Madrid, porque aunque disfrutamos de una ciudad con grandes zonas ajardinadas, no podemos presumir de contar con plantaciones modernas en el espacio público. Que en la milla de oro del arte madrileño contáramos con una plantación de Patrick Blanc y otra de Piet Oudolf me parecía un buen comienzo. Así que durante meses seguí con bastante expectación las posibilidades de un proyecto que por desgracia no se concretó. Sobre los motivos hay opiniones diversas, pero estoy seguro de que se circunscriben a la libertad como creador de Piet para elegir sus proyectos y a la capacidad de convicción de los responsables del Botánico para lograr la colaboración un paisajista de renombre internacional.

Como casi siempre en esta vida, no hay mal que no tenga su lado positivo, y el fracaso de este primer proyecto animó al Botánico de Madrid a buscar otras alternativas. Para mi satisfacción dirigieron su interés hacía paisajistas de renombrado prestigio en España. Para los parterres cercanos a la Puerta de Murillo el Botánico contó con Fernando Martos, y para la replantación de la larga bordura que discurre al lado de la preciosa valla del paseo de Recoletos que había sido recientemente restaurada, contaron con el estudio de Miguel Urquijo y Renate Kastner. En este caso sí hubo acuerdo y si no me falla la memoria, en la primavera del 2018 el Botánico ya contaba con dos nuevas plantaciones que despertaron mucho interés entres aficionados y profesionales.


Con dos estilos muy personales, Urquijo-Kastner y Martos demostraron el porqué de su éxito y prestigio. Se podría hablar mucho de cada plantación, podríamos dedicar páginas a detallar sus principios de diseño, sus planes de futuro y la original selección de plantas adaptadas al duro clima madrileño. Pero podemos resumirlo en que la plantación de Martos respetaba los históricos parterres cuadrados de boj del Botánico e incorporaba en ellos un nuevo seto curvilíneo que proporcionaba una sensación de estructura y movimiento lateral en las densas plantaciones de una gran variedad de vivaces que utilizaban la repetición para infundir una fuerte sensación de ritmo. Y la plantación de Urquijo-Kastner que acompañaba la valla del Botánico en un tramo del paseo Recoletos, se estructuraba alrededor de una conjunto de espacios compartimentados mediante setos de boj e incluían una selección igual de original aunque muy diferente de plantas donde se imponía el verdor y la estructura con mayor proporción de arbustos y plantas de floración muy sutil.

Las dos plantaciones se desarrollaron a enorme velocidad y en la primavera, verano y otoño del 2019 ya lucieron todo su potencial. Aun careciendo del desarrollo definitivo de las plantas que en un futuro formarían la estructura principal de la plantación, las vivaces y gramíneas demostraron su enorme capacidad para crear jardines vivos que entregan escenas sorprendentemente diferentes a lo largo del año. Muchos aficionados a la jardinería visitábamos el jardín más con una frecuencia inusitada y nos felicitábamos porque al fin existían en Madrid plantaciones públicas con las que clamar a los cuatro vientos las virtudes de la jardinería naturalista. Eran un claro ejemplo de que vivimos un momento emocionante para disfrutar la jardinería. Comprendemos que los jardines deben ser sostenibles y favorecer al medio ambiente, que la jardinería debe ajustarse a los medios de nuestro planeta pero sin dejar de ser bella y aquí está el Botánico para demostrarlo. En esas plantaciones veía una muestra clara de las posibilidades de una jardinería artística y responsable, y también una muestra indudable de que en España contamos con una remesa de paisajistas excepcionales que cada vez serán más reconocidos. Un pequeño paso para estos paisajistas pero un gran paso para el paisajismo español. Pero tanta felicidad se desinfló pronto. En la actualidad, salvo cambio radical en el rumbo del mantenimiento de estos espacios (en esencia esta entrada lo único que busca es clamar por ese cambio de rumbo) la historia va a terminar en un fracaso más cruel y dañino que la falta de acuerdo con Oudolf. De hecho, alguno ahora mismo opinamos que Oudolf fue un visionario que adivinó lo que se le venía encima.


Primero nos sorprendimos de que se modificara el espíritu original de algunos diseños al eliminar elementos de las plantaciones como los setos curvilíneos porque alguien consideró que no respetaban el carácter histórico del jardín. Luego nos entristecimos al conocer que el Botánico y los diseñadores de las plantaciones ya no colaboraban. Un jardín es una obra de arte viva y la desaparición de su diseñador puede conducir a una pérdida demoledora de las indicaciones, ajustes y actualizaciones que un jardín de este nivel exige. Hay paisajistas de fama internacional que exigen por contrato participar durante un número reseñable de años en el mantenimiento de una obra que sin su colaboración pasará a ser otra cosa que quizás no se merezca llevar su firma. Terminamos enfadándonos cuando vimos el grado de abandono que sufren las plantaciones en algunos momentos del año. Plantas que no se reponen o se reponen mal (esos cipreses sustituyendo a un tejo muerto en un seto son dolorosos), siegas y podas no realizadas, y una invasión de malas hierbas frente a la que solo puedes reír o llorar. Ante estado de cosas uno primero intentó ser benevolente y pensar que el problema radicaba en falta de medios o conocimientos. El inevitable si no hay dinero, no hay dinero. Pero hay ciertas señales que ya no me permiten ser benevolente. Para empezar no es justa la condescendencia, en el Botánico de Madrid hay mucho conocimiento, faltaría más. Además no parece que atraviesen un momento de especial ahogo económico como demuestran la construcción de nuevos edificios, el rediseño de zonas como la rosaleda, la instalación de un pantagruélico juego de luces cada Navidades y en definitiva, el mantenimiento en perfectas condiciones de otras plantaciones que requieren mucha mayor mano de obra. Esta es una de las virtudes de la jardinería naturalista: las exuberantes plantaciones de Martos y Urquijo-Kastner requieren al año muchas menos horas de trabajo que las ordenadísimas y aburridas plantaciones de tulipanes y dalias que las acompañan bien cerca. Pero si hay una cosa que me borró de sopapo cualquier atisbo de positividad es darme cuenta de que estas plantaciones son la única zona del jardín con una total y absoluta ausencia de carteles indicadores de las especies que las forman. A estas alturas y a mi pesar, la conclusión más piadosa que se me ocurre es que las nuevas plantaciones naturalistas del Botánico no gustan a alguien con el suficiente poder de decisión como para dejarlas morir. Y más concretamente sospecho que hay personas vinculadas a algo que podemos llamar jardinería histórica, que no han entendido nada y han decidido que hay que acabar con cualquier muestra de modernidad. La historia de estas plantaciones me ha recordado punto por punto lo que Gilles Clement cuenta en su libro Una Breve Historia del Jardín, a propósito de un encargo que recibió para modernizar el huerto de la Roche-Guyon, intentando conjurar el rigor de un jardín del siglo XVIII con las técnicas avanzadas de la gestión ecológica. Lo comparto aquí porque no tiene desperdicio.

La reconstitución del huerto de la Roche-Guyon en su forma inicial coloca a los gestores (pues es una institución pública) ante un problema de difícil solución: ¿cómo llevar a cabo el mantenimiento de un jardín de cinco hectáreas, de las cuales la mitad son de un suelo arenoso que requiere una eliminación severa y constante de malas hierbas para mantener el trazado de su geometría pura, con un efectivo de mano de obra diez veces inferior al que tenía en su época? Para el arquitecto de Monumentos Históricos, lo único que prevalece es la imagen, lo que se haga dentro del jardín importa poco. Desde las ventanas del castillo tiene que poder leerse a la perfección el dibujo imaginado por los fundadores del huerto; la más mínima alteración provocada por el crecimiento de las hierbas en algunos caminos, por ejemplo – algo que reduciría el mantenimiento a la mitad -, es objeto de un rechazo categórico: él se cree el príncipe. Sin embargo, ¿qué diría hoy el príncipe, el verdadero, aquel cuya preocupación humanista le llevó a prever un lugar de producción e innovación horticultoras destinadas a la población de los alrededores? Nos dan el jardín de la historia sin darnos a los jardineros que van con él. Sustituir la mano de obra trabajadora por la química devastadora no es una solución. Hay que preservar el diseño y al mismo tiempo producir y no contaminar. Este reto improbable en manos de un equipo voluntarioso e imaginativo da lugar a una obra inesperada en la que la coacción de la forma –que se ha vuelto absurda en el contexto ecológico- debe ser sublimada sin ser ignorada. Todo el trabajo consiste en mantener un dispositivo formal obsoleto y privado de sentido, desarrollando al mismo tiempo, en la cobertura, un dispositivo técnico adaptado a nuestra época.

El huerto de Roche-Guyon ilustra perfectamente el problema del jardín (del jardín en general) ante la historia y el patrimonio. El patrimonio no sería más que una herencia si no estuviera congelado en la figura del pasado. Se podría hacer uso de él como se quisiera. El “patrimonio histórico” prohíbe esta libertad. La arquitectura, incapaz de evolucionar por sí misma, hecha de elementos inertes cuyo futuro es la ruina, se opone aquí a la naturaleza inventiva organizada según relaciones biológicas en constante evolución. El jardín hecho de elementos vivos en diálogo permanente con el jardinero, supone una coevolución permanente de los seres de la naturaleza con los humanos afectados. Bajo cualquier enfoque, se constata hasta qué punto el jardín resulta incompatible con la noción de museo. Por ello, con el paso del tiempo, no deja de cambiar de forma. Aun así, ¿tendría que reducirse la historia del jardín a la historia de las formas?

Me atrevo a apostar que en el Botánico de Madrid hay algún arquitecto de monumentos históricos con ínfulas de príncipe. Y que posiblemente no haya querido entender que Martos y Urquijo-Kastner lo que han conseguido es desarrollar una plantación adaptada a nuestra época, manteniendo un dispositivo formal obsoleto, como forma necesaria de compromiso de una jardinería de actualidad dentro de un marco histórico que se debe conservar. Yo, desde el más profundo cariño y respeto que siento hacia esta institución, pero también desde la autoridad que me da ser financiador como cualquier español que pague impuestos de su mantenimiento, me atrevo a ofrecer a los responsables del Real Jardín Botánico de Madrid el siguiente decálogo:

  1. Que no olviden nunca su misión, que incluye “La práctica experimentada del arte de la jardinería y la conservación de un patrimonio histórico y cultural único, que convierte al Real Jardín Botánico en un lugar muy atractivo para el recreo y disfrute del público visitan”. La práctica experimentada de la jardinería, aunque esté sujeta a la conservación de un patrimonio histórico único, no puede dar la espalda a la jardinería actual. De hecho experimentar exige mantenerse a la vanguardia. La vanguardia con el respeto al patrimonio histórico es lo que se había conseguido con estas plantaciones.
  2. Que se fijen en sus homólogos por el mundo: el jardín Botánico de Oxford es 160 años más antiguo que el jardín Botánico de Madrid y no ha dudado en hacer intervenciones naturalistas mucho más radicales que las acometidas en Madrid. El listado de jardines botánicos de gran relevancia que evolucionan y apuestan en parte de su espacio por la vanguardia es mayoritario.
  3. Que recuerden que como institución dependiente del gobierno de España son responsables de cuidar la marca España, más aún por su ubicación en un espacio con una afluencia única de turistas y españoles. España es un país que quiere presumir de modernidad, integración y sostenibilidad. Grandes plantaciones de tulipanes y rococós juegos de luz y sonido no son las mejores herramientas para generar una imagen que recuerde a ninguno de estos principios.
  4. Que busquen la motivación en los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por Naciones Unidas. El ODS número 15 se centra en “Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica”. La jardinería es una herramienta clave en la consecución de este objetivo y un Jardín Botánico no puede mantenerse al margen. Su capacidad de predicar vías sostenibles y diversas de jardinería no puede ser despreciada.
  5. Que hagan caso a Gilles Clement y aprovechen su privilegiado espacio para colaborar en la creación del jardín planetario madrileño, creando ecosistemas sostenibles que ofrezcan refugio a pájaros e insectos en un lugar de alta presión humana como el eje Prado-Recoletos.
  6. Que sean conscientes de que el daño en la imagen de estas plantaciones está repercutiendo en la reputación del Botánico ya que mucha gente está injustamente toda su actividad por lo que pueden ver hoy en día unos diseños que habían generado ilusión y expectación.
  7. Que mediten sobre el daño que pueden hacer en un país con deficiente cultura jardinera, a una corriente que es imparable si la conciencia de ser jardineros de nuestro planeta sigue creciendo. Si la jardinería naturalista tiene un punto débil, ese es que si no es bien ejecutada y mantenida, si no obedece a una serie de principios que le aporten estructura e intencionalidad, puede convertirse con mayor rapidez que en otros estilos en una amalgama caótica que genera desasosiego en el espectador. Desasosiego es lo que siento yo al ver las correhuelas corriendo libremente entre las vivaces que aún sobreviven en estas plantaciones.
  8. Que si no lo hacen por principios, lo hagan al menos por egoísmo o esnobismo. Dejar perder las plantaciones de Martos y Urquijo-Kastner es perder la firma en su espacio de dos de los autores de mayor proyección nacional e internacional. ¿A alguien se le ocurriría perder o remodelar la terraza de los laureles de Fernando Caruncho? Si no hay un cambio de rumbo, en unos años habrá quien se lleve las manos a la cabeza por esta barbaridad.
  9. Que sean valientes y tomen una decisión: si quieren seguir adelante con estas plantaciones que retomen las imprescindibles tareas de mantenimiento del jardín contando con el conocimiento experto que sea necesario. Y si por el motivo que sea no quieren que estas plantaciones sobrevivan, que las eliminen y las sustituyan por aquel modelo con el que se sientan cómodos. Cada cual tiene que tener sus principios y ser fiel a ellos.  
  10. Que dejen de leer decálogos escritos por un don nadie y se pongan a quitar malas hierbas. Yo me ofrezco a ayudarles quitando unas pocas si me dejan cada vez que pase por allí.

viernes, 14 de mayo de 2021

INTRODUCCIÓN A LA JARDINERÍA NATURALISTA

Plantación de Fernando Martos en el Botánico de Madrid, Septiembre de 2019

A riesgo de ser simple en exceso, me atrevería a decir que toda la historia de la jardinería ha girado alrededor de diferentes corrientes pro y anti naturaleza, dependiendo de la relación del ser humano con ella en un momento determinado. Dicho de otra manera, la jardinería ha oscilado entre los jardines que han perseguido ser una expresión explícita del control del ser humano sobre la naturaleza y los jardines que por el contrario persiguen ser una expresión de la naturaleza en sí misma. Esto se ha traducido en una la lucha entre lo formal y lo geométrico y lo informal y romántico, aunque con implicaciones algo más complejas. A lo largo de la historia ha habido períodos y culturas que han visto la naturaleza como algo salvaje, peligroso y amenazante y otros que la han percibido como una mística y amenazada fuente de belleza. La jardinería adaptándose a la  percepción social y cultural de cada momento, ha buscado bien refugio o dominio sobre algo amenazante, bien la potenciación de una imagen un tanto idealizada de un ente benévolo. Y así, a lo largo de la historia, la jardinería ha generado obras tan dispares como el Jardín de Versalles y la High Line de Nueva York.

¿Dónde nos encontramos hoy? En la actualidad de manera mayoritaria la naturaleza se percibe como algo amenazado de lo que nos hemos distanciado en exceso. Más importante aún, hemos empezado a ser conscientes de que el ser humano ni domina ni es amenazado por la naturaleza, sino que simple y llanamente es parte intrínseca de la misma. En definitiva, la apreciamos y nos preocupa porque somos parte de ella. Diría que hoy día la relación del ser humano con la naturaleza se percibe como la recuperación de un buen amigo al que hace tiempo que no vemos. Desde el punto de vista de la jardinería, en la lucha entre los modelos que buscan dominar la naturaleza o que pretender jugar con ella, en la actualidad domina claramente el segundo, aunque con diferentes grados de éxito. La preocupación por el medio ambiente y la concienciación ecológica, aun estando lejísimos de los niveles deseables, ha alcanzado niveles sin precedentes. Además el modelo económico actual no permite el uso masivo de recursos que la jardinería de cierto tamaño implicaba en el pasado. Estos factores nos han llevado a que si bien los jardines deben seguir siendo bonitos además deben aportar beneficios al medio ambiente y reducir el consumo de insumos en su mantenimiento. La corriente que ha dado forma a estos requisitos es la Jardinería Naturalista.

La Jardinería Naturalista, aglutina como veremos enseguida estilos muy diferentes, pero todos ellos responden a un patrón común: buscan la belleza a través de la evocación de un entorno natural. La Jardinería Naturalista se basa en combinaciones de plantas capaces de disparar una intensa respuesta emocional en el espectador porque evocan la estancia en entornos naturales que el ser humano considera agradables. Es importante destacar ya que la Jardinería Naturalista no intenta copiar esos modelos naturales, sino que busca incrementar su esencia para que su atractivo y poder evocador sean más potentes que en el modelo natural mismo. Así, la paradoja de la Jardinería Naturalista es que es muy poco natural, ya que construye una versión humanizada de la naturaleza,  comunidades vegetales que pueden funcionar de la misma manera que determinadas comunidades vegetales naturales pero que en realidad son artificiales y distintas a cualquier cosa que puedas encontrar en estado salvaje. La Jardinería Naturalista no tiene por qué ser sostenible y ecológica, aunque en los últimos tiempos son estos conceptos los que han impulsado el estilo como nunca antes. Para que la Jardinería Naturalista sea sostenible, es imprescindible que las especies empleadas estén adaptadas a las condiciones ecológicas del lugar. La Jardinería Naturalista sostenible persigue jugar con la naturaleza en vez de enfrentarse a ella. Por último, si bien la Jardinería Naturalista puede evocar en principio cualquier modelo natural (prados, praderas, matorrales, garrigas, humedales, bosques, etc) en la práctica casi todos los estilos persiguen la evocación de comunidades vegetales formadas principalmente por vivaces y arbustos, hasta el punto de que el estilo que ha provocado un auténtico punto de inflexión en la historia de la jardinería es lo que ha venido en llamarse la Nueva Ola de Vivaces.

ESTILOS EN LA JARDINERÍA NATURALISTA

En la actualidad, dentro del sello de plantaciones naturalistas, se incluyen muchos aromas y existirían muchas maneras de clasificarlos. Yo voy a usar la clasificación que emplea el paisajista inglés Nigel Dunnett en su último libro “Naturalistic Planting Design”. De acuerdo a la clasificación de Dunnett tenemos:  

·      El Naturalismo Impresionista: es el movimiento más antiguo que enlaza con el jardín paisajista inglés. Surgió con autores de referencia como William Robinson (1838 – 1935) que en su época abogó por acabar con la rigidez y formalidad de la jardinería e impulsó el empleo en los jardines de plantas que podían encontrarse de forma habituales en los campos y bosques. Contemporánea y más importante aún que Robinson fue Gertrude Jekyll (1843 – 1932) que desarrolló una técnica del uso del color y empleó las plantas como material artístico para la creación de composiciones muy pictóricas. Por eso se dice que este movimiento tiene una aproximación similar a la de la pintura impresionista, mediante las composiciones dirigidas por las relaciones de color. El movimiento de Robinson y Jekyll entroncó con el movimiento Arts and Crafts en Inglaterra y su gusto por lo rural y lo romántico. En la actualidad, podríamos englobar en este estilo a los grandes paisajistas naturalistas ingleses como Dan Pearson o Tom Stuart-Smith, ya que su trabajo está principalmente basado en la combinación artística de las plantas de una manera muy estudiada para lograr efectos de armonía y contraste en base a su forma, textura y color. Al fin, el estilo se apoya en la idea de la Naturaleza Potenciada, en la creación de comunidades vegetales capaces de evocar de manera más intensa que los modelos originales. El estilo se basa en combinaciones muy precisas que requieren altos conocimientos de diseño  y en ocasiones, altas dosis de mantenimiento para conservar el jardín en la imagen fijada.

Broughton Grange, de Tom Stuart-Smith

  El Naturalismo Tecnocrático: es una aproximación mucho más científica y técnica que el modelo anterior. El estilo se basa en la integración de principios científicos ecológicos con la práctica hortícola. Lo que podríamos llamar Horticultura Ecológica. El Naturalismo Tecnocrático se apoya principalmente en el análisis científico de las distintas especies vegetales y, muy especialmente, de los hábitats en los que crecen. Mediante el estudio de los hábitats de las plantas y de los modelos de competitividad y supervivencia que presentan en ellos, se busca combinar a las plantas de acuerdo a su compatibilidad ecológica. Así, se definen reglas y diferentes metodologías para llevar a cabo la combinación de plantas adecuadas a un entorno determinado. Su aproximación suele ser biogeográfica, ya que el análisis científico nace del estudio de comunidades vegetales específicas, y las reglas derivadas de dicho estudio persiguen la creación de versiones de estas comunidades. Las reglas derivadas del análisis tienen como entrada las distintas tipologías de plantas y producen como salida las proporciones de cada especie a emplear. Con el listado de plantas y las proporciones definidas, se realiza una plantación o siembra más o menos aleatoria. Una vez que se cuenta con las reglas, seguir el modelo es muy sencillo y no requiere apenas diseño, pero también se pierde gran parte de la capacidad artística de los otros modelos. Si el naturalismo impresionista enlazaba con la jardinería inglesa, el tecnocrático enlaza con la tradición alemanda del siglo XX, y se ha desarrollado de manera notable en universidades de aquel país. Aunque en la actualidad cuenta con importante referentes en otros países como Nigel Dunnett y James Hitchmough en Inglaterra o Thomas Rainer en Estados Unidos.

Merton Borders, en el Botánico de Oxford, por James Hitchmough

·        El Naturalismo Modernista: esta corriente se basa principalmente en la selección rigurosa de especies y la simplicidad en las formas, para imponer un control sobre el exceso que en otras corrientes puede llevar al desorden. Aquí impera la legibilidad, el orden que permita que la plantación sea fácil de entender. Se establece un marco muy claro para las plantaciones aunque luego se permite que estas sean libres, poniendo siempre el foco en que exista una estructura clara a lo largo de todo el año. La importancia del color pasa a un segundo plano frente a las combinaciones estéticas que producen diferentes asociaciones de plantas en base a su forma y textura. Frente al detallismo del Naturalismo Impresionista, o la aleatoriedad del Tecnocrático, aquí la combinación de plantas se basa en el uso de bloques de vivaces entremezcladas con gramíneas y otras plantas de fuerte estructura que emergen de una manera aleatoria. El movimiento últimamente se ha desplazado hacía mezclas más aleatorias, pero incluso en estas mezclas hay una estructura clara, limitación en el número de especies y uso de bloques de dos o tres especies. El foco en la forma sobre la floración y la pérdida de sentimentalismo del movimiento Impresionista, convierte a este estilo en muy adecuado para ambientes urbanos. Como aspecto negativo, el exceso de foco en la forma y funcionalidad puede hacer que estas plantaciones sean frías y carezcan de cierta emoción. Esta corriente ha destacado principalmente en Holanda bajo el impulso de Piet Oudolf, paisajista que se ha convertido en la estrella indiscutible de la Jardinería en lo que llevamos de siglo.

Plantación de Piet Oudolf en Hauser and Wirth, Somerset


En cualquier caso las fronteras entre estas corrientes son bastante difusas y casi todos los autores toman ideas de todas ellas. Así por ejemplo, en España existen paisajistas como Miguel Urquijo o Fernando Martos que aunque a primera vista podrían ser englobados en la categoría de Naturalismo Impresionista, están realizando jardines de gran calidad con engloban características de distintas corrientes y estilos. En realidad, si por algo destacan los jardines de todos los autores señalados es por inspirarse en un clima y una cultura particulares y ser capaces de generar jardines naturalistas cuya personalidad y belleza no se merece ser categorizada.   

 

Jardín diseñado por Miguel Urquijo y Renate Kastner en Ávila

El lector avezado a estas alturas se estará preguntando que dónde ha quedado lo de la Nueva Ola de Vivaces. Esta corriente surgida alrededor de la Jardinería Naturalista ha supuesto una auténtica revolución en la forma de entender la jardinería. ¿Qué tiene que ver la Nueva Ola de Vivaces con las corrientes o estilos comentados antes? Pues todo, porque en realidad engloba a todos ellos. O nada porque en realidad no engloba a ninguno. La Nueva Ola de Vivaces, no es un estilo y tampoco diría que es un movimiento. Simplemente es un grupo de personas haciendo cosas muy parecidas o con motivaciones muy similares en un mismo período de tiempo. Y lo que hacen no es otra cosa que diseñar Jardines Naturalistas potenciando principalmente un tipo concreto de plantas, las vivaces. Aunque los grandes paisajistas no dejan de lado a nuestros queridos árboles y arbustos, sí es cierto que en las últimas décadas se están apoyando en las vivaces de una manera especial. Esto se debe a que muchas vivaces presentan una floración y estructura muy interesantes para un jardín, y además su ciclo de vida permite conseguir con ellas jardines atractivos y dinámicos sin tener que incurrir en el coste de las siembras o plantaciones anual. Además su tiempo de implantación es muy bajo permitiendo obtener buenos resultados desde el primer año, y un jardín maduro a partir del segundo o tercer año. En definitiva son la mejor herramienta para conseguir ciertos objetivos.

¿POR QUÉ LA JARDINERÍA NATURALISTA?

Por supuesto no solo la jardinería naturalista es interesante. Hay grandes ejemplos de jardines que responden a un planteamiento más clásico o más modernista que son igualmente hermosos. Ni siquiera el mantenimiento es un justificante para la jardinería naturalista. Uno podría crear un jardín basado en grandes bloques de especies muy concretas, y crear una imagen interesante con bajos requisitos de mantenimiento. Pero esta aproximación difícilmente estaría a la altura de un jardín naturalista en términos de riqueza medioambiental y tampoco desde el punto de vista de la satisfacción de los visitantes que lo disfruten. Para entender esto hay que ponerse un poco filosóficos y psicológicos. Un aspecto que habitualmente obviamos pero es insoslayable es que estamos unidos a la naturaleza, es algo integral a todos nosotros porque somos parte de ella. De hecho hay quien opina que el anhelo del ser humano por hacer jardines, independientemente de la época, cultura, riqueza y situación geográfica, es la mayor expresión de esta innata conexión con la naturaleza. Se han hecho experimentos que muestran que cuanto más evocan los jardines determinados modelos naturales, más agradables y apreciados son por quienes los disfrutan. Y como decíamos antes, si hay algo que caracterice a la Jardinería Naturalista es su afán por evocar. En realidad el objetivo final de los jardines naturalistas no es crear algo funcional, o bello, o rellenar un espacio o copiar a la naturaleza. El objetivo final de un jardín naturalista que merezca ese título es crear algo que provoque una emoción, aunque sea de una manera inconsciente, en el espectador. Volviendo al enlace innato que tenemos con la naturaleza, ciertos paisajes naturales son capaces de provocar en nosotros determinadas respuestas emocionales. Es algo universal, primitivo que muchas veces está profundamente enterrado debajo de capas de educación, prejuicios y desconexión con el mundo natural. Pero son instintos primarios, algunos positivos y otros negativos, que están ahí, existen y en determinadas situaciones pueden ser desbloqueados. Las plantaciones naturalistas bien diseñadas tienen el poder de desbloquear algunos de estos instintos primarios positivos. El aspecto de uno de estos jardines, en alguien dispuesto a observar, puede atravesar las capas de inhibición y conducta que construimos y liberar un sentimiento primitivo e infantil de disfrute y libertad, del mismo modo que sucede con otros artes como la pintura, la escultura, la música o la buena cocina. Esto es lo que llamamos capacidad de generar una respuesta emocional.

Lograr esta respuesta emocional no es sencillo, ya que no se trata de copiar o reproducir lo que existe en la naturaleza. Es algo más complejo que comienza por comprender los aspectos visuales que funcionan como disparadores para hacernos creer que algo tiene una cualidad de natural. Esos disparadores se basan en el uso de las formas, colores y texturas que reflejen la manera en las que las plantas aparecen en las comunidades vegetales salvajes. También es importante que las plantaciones evoquen tipos muy determinados de paisajes. Grandes partes de nuestro comportamiento están aún gobernadas por nuestra historia evolutiva. Desde un punto de vista evolutivo, antes de ayer éramos monos que acabábamos de bajar de los árboles. Igual que muchos aspectos de nuestro comportamiento siguen basándose en instintos primitivos, nuestra respuesta a un paisaje también puede estar conducida por estos instintos. En este sentido, está demostrado que los paisajes más satisfactorios y placenteros para el ser humano son aquellos en los que podemos ver sin ser vistos. En otras palabras, paisajes que puedan ser fácilmente vistos y entendidos desde una posición, y que además esa posición se sienta como un lugar seguro. Dicho de otra manera, jardines que ofrezcan intimidad. Por eso gran parte de la Jardinería Naturalista busca evocar modelos muy concretos de comunidades vegetales: prados, praderas y montes bajos. Porque son espacios que cumplen fácilmente con esos criterios de intimidad, seguridad y visibilidad. Para conseguir el éxito, como en todo arte tenemos la materia prima (principalmente las plantas y los elementos arquitectónicos que las enmarcan) y una serie de técnicas que pueden garantizar el éxito. Cuando el diseño es exitoso, el jardín será capaz de despertar una respuesta emocional que el modelo natural en el que se basa, no podrá invocar. Por esto hay quien se refiere a estos diseños como Naturaleza Potenciada.  

Jardín de Fernando Martos, Finca las Tenadas, Madrid

Otro concepto muy importante en las plantaciones naturalistas es el de cambio y evolución a lo largo del tiempo. Aquí la visión es muy diferente a la de la jardinería clásica que casi siempre busca una imagen estable de un año a otro e incluso dentro del mismo año. Los jardines naturalistas buscan en cambio la evolución a lo largo de las estaciones, pero también evolución y movimiento con el paso de los años. Algunas plantas tendrán éxito y otras desaparecerán. La reproducción espontánea de nuevos ejemplares también será bienvenida siempre que las plantas nacidas encajen en los objetivos del diseño. Así, la gestión del jardín en lugar de buscar mantener una foto determinada se centra en garantizar la diversidad de especies y la filosofía general que se buscó en el diseño original. También es importante asumir la belleza que puede contener la estructura de las plantas después de su floración, y en el caso de las vivaces incluso después de muertas (nada muertas en realidad, bajo tierra están dormidas esperando su turno con la llegada de la primavera). Uno de los grandes logros de Piet Oudolf ha sido hacer ver a los amantes de la jardinería el interés que puede contener una plantación de vivaces incluso en invierno. Su el marrón también es un color se ha convertido en eslogan. Todos estos conceptos llevan a que los espectadores puedan tener una actitud más activa que pasiva hacia el jardín. La percepción del cambio lleva a dejar de ver el jardín como un cuadro estático y tener una actitud más observadora a lo largo del año, teniendo una percepción que te permite sentir el momento actual y el paso de las estaciones. Se han hecho experimentos con plantaciones de este tipo que demuestran que una plantación de este tipo en una calle determinada, ha provocado que porcentajes nada despreciables de personas modificasen sus trayectos al trabajo. La High Line de Nueva York, el jardín de estilo naturalista más famoso en la actualidad, se ha convertido en pocos años en la atracción más visitada de toda la ciudad, lo que es decir mucho tratándose de Nueva York. 

 

The High Line, Nueva York, Diseño de plantación de Piet Oudolf

ASPECTOS DE DISEÑO DE UN JARDÍN NATURALISTA

Pues como decíamos, resumiendo mucho en la actualidad el objetivo principal de los jardines naturalistas es evocar un modelo natural respetando altos niveles de sostenibilidad. Por este motivo se califica a estos jardines como plantaciones High-Impact – Low-Input. Nigel Dunnett nos da una serie de claves que debería cumplir un jardín, especialmente en un espacio público, para que tenga un alto impacto visual (High-Impact) con una baja exigencia de recursos (Low-Input):  

  • El jardín debe ser colorido y estimulante, y para ello debe crear efectos visuales estéticos y dramáticos que generen gran aceptación en el público. 
  • Las plantaciones deben tener interés visual a lo largo de todo el año
  • Las plantaciones deben ser biodiversas y ofrecer alimento y refugio a las aves, pequeños mamíferos, reptiles e insectos del entorno.
  • Las plantaciones deben exigir un bajo consumo de recursos como tiempo, agua y fertilizantes.
  • Es importante que las técnicas de mantenimiento exigidas por el jardín sean simples de forma que el jardín pueda ser mantenido por jardineros sin experiencia apoyándose en ligeras indicaciones.  


The Barbican, Londres. Plantación de Nigel Dunnett

Para conseguir estos objetivos hay una serie de técnicas a seguir:

  • La estructura y el orden son estrictamente necesarios. Aunque el nombre pueda sugerir lo contrario, un jardín naturalista no puede ser desordenado o caótico. La organización de las plantas puede ser más o menos aleatoria, pero siempre debe cumplir ciertos patrones sin los que la plantación no sería entendible o atractiva. Esto es el orden interno. Más importante aún es el orden externo, que la plantación esté contenida en un marco claro. Los elementos estructurales que enmarquen la plantación serán el contraste que enfatice su carácter naturalista y le darán un sentido y un propósito. Por eso se suele comentar que la Jardinería Naturalista no es revolución, es evolución, ya que toma elementos interesantes de otros estilos de jardinería. 
  • Las plantas seleccionadas deben tener una estructura clara y atractiva. La planta debe tener buen aspecto durante muchos meses del año, más allá del final de la floración y preferiblemente durante el invierno. En el caso de emplearse plantas que sólo tengan buen aspecto durante épocas muy determinadas (el caso de algunas vivaces y de casi todos los bulbos) será importante ubicarlas de tal manera que se escondan entre otras plantas de mejor aspecto una vez que haya pasado su momento de esplendor.
  • El ritmo o repetición de elementos es fundamental. Una planta o un pequeño grupo de plantas de una misma especie, debe repetirse a lo largo de la plantación para crear ritmo y una sensación de unidad. Sin esta repetición la plantación no tendrá un sentido claro y parecerá más una colección de plantas que un jardín.
  • La combinación de plantas adyacentes deben conseguir el difícil equilibrio entre complejidad y coherencia. El contraste entre colores, formas y texturas deben ser el adecuado.
  • Que haya un alto número de especies distintas garantiza que el número de posibles combinaciones de plantas sea muy alto, evocando la riqueza y aleatoriedad de la naturaleza. Pero también es necesario aplicar determinado control para evitar caer en el desorden o falta de ritmo que pedíamos evitar en los anteriores puntos. 
  • La evolución temporal del jardín se logra seleccionando plantas que florezcan en distintos meses del año. En cada momento puntual debe haber al menos tres plantas en floración, que se irán alternando con otras a lo largo del tiempo, creando distintas escenas en el jardín con el paso de las semanas. 
  • La plantación debe dar una imagen de sensibilidad ecológica, la sensación de que la vegetación encaja en el sitio, que las plantas son ecológicamente coherentes entre sí y también con la región en la que se encuentran. Parece que todos tenemos un intuitivo sentido de la compatibilidad, un tipo de sabiduría ecológica imbuida. Realmente lo que ocurre es que plantas de similares hábitats tienen similares adaptaciones y por lo tanto presentan una coherencia visual. Las plantas que tengan esa coherencia visual con toda probabilidad serán las mejor adaptadas a nuestro ambiente.  
    Jardín de Miguel Urquijo y Renate Kastner en los Montes de Toledo

Y aquí lo dejamos. Gran parte de este texto está basado en la extensa, excelente, científica, ingenierilmente organizada y apasionante exposición que hace Nigel Dunnet sobre la jardinería naturalista en su libro Naturalistic Planting Design, que por supuesto recomiendo fervorosamente. 

viernes, 15 de mayo de 2020

Entrevista con Noel Kingsbury


Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en una entrevista a Noel Kingsbury para la revista Verde es Vida. Las limitaciones de espacio de la edición impresa dejaron sin publicar una parte significativa de las respuestas de Noel. Aquí va la entrevista íntegra en inglés y español. Las versión inglesa puede tener ciertas imperfecciones porque es prácticamente una transcripción literal de las respuestas que Noel nos dio oralmente, por lo que puede que no haya sido capaz de expresar ciertos giros y expresiones de acuerdo a la corrección gramatical de la lengua inglesa escrita. Gracias a Elita Acosta por permitirme publicar en el blog la entrevista íntegra, a Sonya Dean por el trabajo de transcripción y a Mariana Vodovosoff por las fotos que tomó durante un encuentro con Noel en la Cereza y la Almendra. 



Your work in spreading the word of the world of gardening in general and the naturalist gardening movement in particular, is impressive. What is the essence of naturalist gardening for you and why is it so important right now?

Conventional garden making is essentially historically based. When people make a garden they tend to be following a fairly culturally stereotypical model, which usually has pretty deep historical roots. I think with naturalistic gardening, naturalistic planting, it’s a desire to be inspired by natural environments,  natural vegetation, wild places, not to copy but to convey some of the spontaneity and elegance of undesigned natural environments. I think it’s very important that we think about naturalistic planting as being on a gradient and so starting off really at one end of the gradient with a conception of the garden as being very artistic and stylistically driven, so looking for a very much stylised model of nature, and at the other end of the gradient, the other extreme, which is something that is really very wild, perhaps more like habitat creation, and that what we call naturalistic planting for the most part exists somewhere on this spectrum between these two extremes. As an example of the former, of the most stylised form of naturalistic planting, the work of Piet Oudulf I think is a very useful example because in many ways his planting style is actually quite conventional. That, with the range of plant material he uses, he’s producing that stylized model of nature. So, in looking to be inspired by a natural vegetation there are certain models that people find very attractive, meadow for example, this sort of romantic idea of grasses waving in the wind with lots of wild flowers, that’s a very popular model. American prairie, similar but that much taller and later flowering has been very popular. Some of the dry habitats in central and eastern Europe where you have a relatively low lean vegetation, these may be difficult environments to garden in but the range of plants can be very attractive, especially since quite a lot of them do also have some winter interest. So looking very much to nature for these reference models.

Su labor divulgativa para el mundo de la jardinería en general y para el movimiento de jardinería naturalista en particular, es impresionante. ¿Cuál es para usted la esencia de la jardinería naturalista y por qué es tan importante en estos momentos?

La jardinería convencional está principalmente basada en la historia. Cuando la gente hace un jardín tiende a seguir un modelo bastante estereotipado culturalmente, que por lo general tiene raíces históricas bastante profundas. Creo que con la jardinería naturalista, las plantaciones naturalistas, lo que existe es un deseo de inspirarse en los entornos naturales, la vegetación natural, los lugares salvajes, no para copiar sino para transmitir algo de la espontaneidad y la elegancia de los entornos naturales no diseñados. Creo que es muy importante que pensemos en las plantaciones naturalistas como algo que se encuentra en un gradiente, teniendo en un extremo una concepción del jardín muy artística y orientada al estilo, que busca un modelo de naturaleza muy estilizado, y en el otro extremo, algo que es realmente muy salvaje, quizás más parecido a la creación de un hábitat. Lo que llamamos plantación naturalista casi siempre se encuentra en algún lugar de este espectro entre estos dos extremos. Como ejemplo del primero, de la forma más estilizada de plantación naturalista, la obra de Piet Oudolf es un ejemplo muy útil porque en muchos aspectos su estilo de plantación es en realidad bastante convencional. Con la gama de material vegetal que utiliza, está produciendo ese modelo estilizado de naturaleza. Al buscar la inspiración en la vegetación natural hay ciertos modelos que la gente encuentra muy atractivos, el prado por ejemplo, esta especie de idea romántica de pastos que se agitan en el viento con muchas flores silvestres, es un modelo muy popular. La pradera americana es similar pero mucho más alta y de floración más tardía también ha sido muy popular. Algunos de los hábitats secos en Europa central y oriental donde hay una vegetación baja y rala, son ambientes en los que muy difícil practicar la jardinería, pero la gama de plantas puede ser muy atractiva, especialmente porque muchas de ellas también tienen algún interés invernal. Así que hay que buscar mucho en la naturaleza para encontrar estos modelos de referencia.

Within the wide range of styles and approaches to naturalistic gardening, how would you define the New Perennial Movement and what does it mean to you?

The interest in naturalistic planting really took off at pretty much the same time as the great revival in interest in growing herbaceous perennials, so we’re talking really about the 1980s through to round about 2000. So, inevitably, there’s been much blurring of the boundaries between what in some ways are two quite separate developments. Simply growing perennials in an informal way is not, however, necessarily naturalistic, but the great plus has been that there’s a huge increase in the number of perennial species and varieties in commercial production, many of them very good for biodiversity, particularly for pollinators. So, this revival of interest in perennials has been able to, in a way, fuel the interest in naturalistic planting because it’s giving gardeners and landscape architects much more material to work with that would look appropriate for plantings that are using for example meadow as a reference. But the focus on perennials has in some way been unfortunate in that it’s rather excluded trees and shrubs, and all the research evidence is that they contribute a great deal to garden biodiversity to say nothing of the visual impact of trees and shrubs. And I think, well certainly in Britain at any rate, there’s been a really big drop-off in the number of nurseries selling a good range of woody plants. The range of woody plants has hugely diminished, perennials are so much easier and cheaper for nurseries to produce and market, and I think now we’re beginning to regret that and hopefully a more rounded picture will develop where we’re developing naturalistic plantings that do make more creative use of trees and shrubs. Shrubs in particular are so useful for that, creating a visual mass and for winter effect. I also wonder whether the focus on herbaceous perennials, most of which do need fairly continuous moisture during the growing season has actually perhaps limited the appeal of naturalistic planting to people in southern Europe, where with a dry summer perennials simply do not look very good from July onwards, and this focus on perennials has perhaps not helped.

Dentro del amplio abanico de estilos y aproximaciones a la jardinería naturalista, ¿cómo definiría y qué significa para usted el New Perennial Movement?

El interés en las plantaciones naturalistas realmente despegó casi al mismo tiempo que el gran resurgimiento del interés por el cultivo de plantas vivaces herbáceas, por lo que estamos hablando realmente de los años 80 hasta alrededor del año 2000. Así que, inevitablemente, ha habido mucha confusión en los límites entre lo que de alguna manera son dos desarrollos bastante separados. El simple hecho de cultivar vivaces de manera informal no es, sin embargo, necesariamente naturalista, pero la gran ventaja ha sido que haya un enorme aumento en el número de especies y variedades vivaces en la producción comercial, muchas de ellas muy buenas para la biodiversidad, particularmente para los polinizadores. Así, este resurgimiento del interés por las vivaces ha podido, en cierto modo, alimentar el interés por las plantaciones naturalistas porque está dando a los jardineros y arquitectos paisajistas mucho más material con el que trabajar, que parecería apropiado para las plantaciones que están usando por ejemplo el prado como referencia. Pero el enfoque en las vivaces ha sido de alguna manera desafortunado ya que se han excluido los árboles y arbustos, y hay evidencias de que contribuyen en gran medida a la biodiversidad del jardín, por no hablar del impacto visual de los árboles y arbustos. Y creo que, al menos en Gran Bretaña, ha habido un descenso realmente grande en el número de viveros que venden una buena gama de plantas leñosas. La gama de plantas leñosas ha disminuido enormemente, las vivaces son mucho más fáciles y baratas de producir y comercializar para los viveros, y creo que ahora estamos empezando a lamentarlo y espero que se desarrolle un cuadro más completo en el que desarrollemos plantaciones naturalistas que hagan un uso más creativo de los árboles y arbustos. Los arbustos en particular son muy útiles al crear una masa visual y aportar valor durante el invierno. También me pregunto si el enfoque en las vivaces, la mayoría de las cuales necesitan una humedad bastante continua durante la temporada de crecimiento, ha podido limitar el atractivo de las plantaciones naturalistas para la gente del sur de Europa, donde con un verano seco las vivaces no tienen buen aspecto a partir de julio, y este enfoque centrado en las vivaces quizás no ha ayudado.

Some people think that the New Perennial Movement is becoming a cliché. Do you think the movement can end up dying by success? What immediate challenges does it address?

Well, certainly I very much feel that some of the new perennial plantings have become very much a cliché, with a fairly limited number of plants that create this dramatic effect. It’s so easy just to see yet another border full of Calamagrostis grass and Echinacea, and there’s certainly a concern that we develop a planting style that works very successfully and therefore we see it again and again and we get bored with it. There is a constant need to introduce new plants creating more diversity, but also to think more creatively about how we make contrasts between naturalistic planting and perhaps more traditional features or more modernist versions of traditional features like clipped hedging, topiary, graphic monocultural blocks or hard landscape features. Creating these contrasts might be one of the ways forward.

Hay gente que opina que el New Perennial Movement se están convirtiendo en cliché. ¿Cree que el movimiento puede morir de éxito? ¿Qué retos inmediatos aborda?

Es cierto que siento que algunas de las nuevas plantaciones con vivaces se han convertido en un cliché, con un número bastante limitado de plantas que crean un efecto dramático. Es muy fácil ver otro macizo lleno de Calamagrostis y Equinácea, y claro que existe la preocupación de que al desarrollar un estilo de plantación que funcione muy exitosamente lo veamos repetido una y otra vez y nos aburramos de ello. Hay una necesidad constante de introducir nuevas plantas que creen más diversidad, pero también de pensar más creativamente en cómo hacemos contrastes entre la plantación naturalista y los rasgos más tradicionales o las versiones más modernistas de los rasgos tradicionales como setos recortados, topiarios, bloques de monocultivos o elementos arquitecturales. Crear estos contrastes podría ser uno de los caminos a seguir.

What is your opinion regarding ecological approaches, such as organic gardening or the exclusive use of natives, in gardening?

There are inevitably overlaps with other areas of garden and landscape making which share similar concerns; organic gardening or the use of natives. I see the Association of Organic Gardening as actually a bit unfortunate - so much of the organic movement is driven by emotion and a certain hostility to science. Many of those working in nature conservation for example will tell you that a herbicide can be the best defense against invasive aliens, and I don’t think we can afford to exclude certain practices on the basis of unscientific beliefs. Obviously there’s a big community of interest in wanting to be sustainable, but we need to be sustainable in ways that are scientifically supported. The idea about the exclusive use of native plants is something very much of an American import, our history in Europe has always been very much about using plants from many different regions and origins, of course that has had some very unfortunate effects: you see particularly in Portugal the spread of eucalyptus or acacia species  can be extremely problematic. But when it comes down to it, the number of species we use in gardens or landscapes that are potentially problematic is quite limited and in terms of biodiversity there may very often be some real advantages in having some non-native species, for example nectar for pollinators at times of year when perhaps there are not as many native species flowering. But having said that, there’s no doubt that a lot of the naturalistic planting movement has been very involved with using locally native plants and that the development of many of the most successful naturalistic plantings certainly in northern Europe have been largely using native plants. The future perhaps will be using perhaps native plants as a matrix as in a meadow but with other non-native species introduced into that particularly when you’re dealing with very difficult  environments - thin soils for example or artificial situations like green roofs. A pragmatic selection of the species that perform best will be key to making successful.

¿Cuál es su posición respecto a planteamientos ecologistas, como la jardinería orgánica o el uso exclusivo de nativas, en la jardinería?

Inevitablemente hay coincidencias con otras áreas de la creación de jardines y paisajes que comparten preocupaciones similares; la jardinería orgánica o el uso de nativas. Veo la Asociación de Jardinería Orgánica como algo un poco desafortunado – gran parte del movimiento orgánico está impulsado por la emoción y una cierta hostilidad a la ciencia. Muchos de los que trabajan en la conservación de la naturaleza, por ejemplo, te dirán que un herbicida puede ser la mejor defensa contra las plantas exóticas invasoras, y no creo que podamos permitirnos excluir ciertas prácticas en base a creencias no científicas. Obviamente hay una gran comunidad de interés en la sostenibilidad, pero necesitamos ser sostenibles de maneras que estén científicamente respaldadas. La idea sobre el uso exclusivo de plantas nativas es en gran parte importada de los Estados Unidos, pero en nuestra historia en Europa siempre se han empleado plantas de muchas regiones y orígenes diferentes. Por supuesto eso ha tenido algunos efectos muy desafortunados: se ve particularmente en Portugal donde la propagación de las especies de eucalipto o acacia puede ser extremadamente problemática. Pero a la hora de la verdad, el número de especies que utilizamos en los jardines o paisajes que son potencialmente problemáticas es bastante limitado y en términos de biodiversidad puede haber muy a menudo ventajas reales al tener algunas especies no nativas, por ejemplo, néctar para los polinizadores en épocas del año en las que quizás no haya tantas especies nativas floreciendo. Pero dicho esto, no hay duda de que gran parte del movimiento de plantación naturalista ha estado muy involucrado con el uso de plantas nativas locales y que el desarrollo de muchas de las plantaciones naturalistas más exitosas, ciertamente en el norte de Europa, han utilizado en gran medida plantas nativas. En el futuro quizás se usen plantas nativas como matriz, como en un prado, pero con otras especies no nativas introducidas en él, especialmente cuando se trata de entornos muy difíciles - suelos delgados, por ejemplo, o situaciones artificiales como tejados verdes. Una selección pragmática de las especies que mejor funcionen será la clave para hacer plantaciones exitosas.

You have visited several times and have written articles about gardens by landscape gardeners such as Miguel Urquijo-Renate Kastner, and Fernando Martos, helping to spread their work outside Spain. What do you think about the work of these authors?

It’s very good to see new talents such as Miguel Urquijo and Fernando Martos. They’ve both got a very individual vision, with Miguel Urquijo creating a look that seems to me very Spanish but owing nothing to the clichés of Baroque geometry. And I very much like Fernando Martos’ work in using a wide range of plants. It’s his love of plants and experimentation with different plant species. I think it’s very very important for the resilience of gardens and landscapes to have a wide diversity of plants, particularly to cope with difficult or novel climatic situations, so it’s great to see him being very experimental with his plant diversity. I think both practices are very good at creating a kind of stylised version of natural maquis or garriga type Iberian vegetation. That’s a very important development of producing a stylised aesthetic version of a locally native or local type of vegetation. There’s a problem, though, with the clients: that clients who clip too much or who water too much. Both of these and other garden designers are trying to create plantings that do not require summer irrigation and then you have clients who want everything to continue to look fresh and lush and flowering and who turn on the tap, which of course can undermine the design intention but also in some cases make it more difficult for the growth of drought-tolerant plants with fungal infections, for example. One of the problems of garden design is always educating the clients and so water restrictions at the end of the day are probably what are really going to force people to accept that they can’t water their plants so much, which will really help to maintain the integrity of these more drought-tolerant locally relevant planting styles.

Ha visitado en repetidas ocasiones y ha escrito artículos sobre jardines de paisajistas como Renate Kastner, Miguel Urquijo y Fernando Martos, contribuyendo a divulgar su labor fuera de España. ¿Qué opinión le merece el trabajo de estos autores?

Es muy bueno ver nuevos talentos como Miguel Urquijo y Fernando Martos. Los dos tienen una visión muy individual, con Miguel Urquijo creando una estética que me parece muy española pero que no se debe en nada a los tópicos de la geometría barroca. Y me gusta mucho el trabajo de Fernando Martos enfocada en el uso de una amplia gama de plantas. Me gusta su amor por las plantas y la experimentación con diferentes especies de plantas. Creo que es muy importante para la resistencia de los jardines y paisajes tener una gran diversidad de plantas, sobre todo para hacer frente a situaciones climáticas difíciles o novedosas, por lo que es genial ver que es muy experimental con su diversidad de plantas. Creo que ambas prácticas son muy buenas para crear una especie de versión estilizada de la vegetación natural ibérica de tipo Maquis o Garriga. Es un desarrollo muy importante para producir una versión estética estilizada de un tipo de vegetación nativa o local. Sin embargo, hay un problema con los clientes: los clientes que podan o riegan demasiado. Tanto estos como otros diseñadores de jardines intentan crear plantaciones que no requieren riego de verano pero luego tienen clientes que quieren que todo siga teniendo un aspecto fresco y exuberante y floreciente, así que abren el grifo, lo que por supuesto puede socavar la intención del diseño pero también en algunos casos dificultar el crecimiento de plantas tolerantes a la sequía con infecciones de hongos, por ejemplo. Uno de los problemas del diseño de jardines es siempre educar a los clientes, y posiblemente son las restricciones de agua al final del día las que va a obligar a la gente a aceptar que no pueden regar tanto sus plantas, lo que realmente ayudará, creo, a mantener la integridad de estos estilos de plantación más tolerantes a la sequía y más relevantes a nivel local.

And more broadly, how do you perceive gardening in Spain?

Well, let’s be honest, Spain is not a great gardening country, the climate does not help. However, I think there’s enormous potential, as the culture is very friendly to bold innovation. I think it’s worth asking how many of Europe’s greatest 20th century artists were Spanish, and in many ways for example with architecture, it seems that Spain is a country that is very, very keen on modernity and innovation. The flora is incredibly rich, it’s the second highest level of species in Europe, I think Bulgaria is the first, and of course so many plant species scattered over a very wide range of different habitats, so in terms of the potential for naturalistic planting it’s huge, and of course all the other Mediterranean zone species that could be used. 

Y de una manera más amplia, ¿cómo percibe la jardinería en España?
Bueno, seamos honestos, España no es país dónde destaque la jardinería, el clima no ayuda. Sin embargo, creo que hay un potencial enorme, ya que la cultura me parece que favorece la innovación audaz. Creo que vale la pena preguntarse cuántos de los más grandes artistas europeos del siglo XX fueron españoles, y en muchos aspectos, por ejemplo en la arquitectura, parece que España es un país que está muy, muy interesado en la modernidad y la innovación. La flora es increíblemente rica, es el segundo lugar por número de especies en Europa, creo que Bulgaria es el primero, con muchas especies de plantas dispersas en una gama muy amplia de hábitats diferentes, así que creo que desde el punto de vista de las plantaciones naturalistas el potencial es enorme, a lo que habría que añadir el resto de especies de la zona mediterránea que podrían ser utilizadas. 

Is there any aspect of Spanish gardening heritage that you consider a sign of identity that should be present in the contemporary gardening done here?

I think there is a real split in Europe between northern and central Europe, and southern Europe. For countries in northern, central and eastern Europe naturalistic planting has really taken off, but we’ve never felt that there’s been that much interest from southern Europe. There are suggestions that there are deep philosophical, cultural reasons to do with this, what we see is essentially an Italian renaissance style of orthogonal geometry and box hedges repeated all over southern Europe and unquestionably, this is at the core of Spanish garden heritage. In terms of why this is, it has been suggested that perhaps it has something to do with the renaissance humanism, that nature is only considered beautiful when it is perfected by the hand of man. Also, possibly quite understandably, a lot of the Spanish wild landscape is some ways quite a hostile place to humans and that therefore people may see wild places as simply much less attractive than people in northern and central Europe where nature is perhaps kinder and more welcoming. But in terms of bringing together this garden heritage and contemporary naturalistic planting, I think there is a great deal of potential, contemporary designers may say they want to completely reject this geometric baroque model, but in fact the two can work together very well, and indeed for people new to naturalistic planting, seeing it alongside familiar clipped hedges and formality is a very good way of making plain that it is intentional, giving it meaning, quite apart from the fact that the creative tension between the hedges and soft naturalistic planting can be very exciting. I’d also highlight the idea of contemporary formality as a contrast to naturalistic planting. Thinking of the Dutch garden designer Mien Ryus, whose work was in many ways very architectural but in a Bauhaus influenced modernist style, she would do formality with different plants or she would give everything a bit of a twist or she’d use very graphic blocky forms, contrasting with perennials, so I think there’s a huge amount of scope for really innovative contemporary combinations. Certainly, in terms of innovation, I’d mention Iñigo Segurola, who I understand does garden programmes on Spanish television. His garden up near San Sebastian, ok, he has a wonderful climate for growing there, but it’s fantastic to see a familiar range of plants used in a very different way as to how I would expect to see them used - a wonderful example of Spanish innovation. So I would be optimistic that there will be creative spirits who will move things forward, keeping that distinctive identity but being genuinely naturalistic at the same time.

¿Hay algún aspecto del patrimonio jardinero español que considere un sello de identidad que deba estar presente en la jardinería contemporánea que se hace aquí?

Sobre los aspectos del patrimonio que son signo de identidad de la jardinería española, creo que hay una verdadera división entre el norte y el centro de Europa, y el sur. Para los países del norte, centro y este de Europa la plantación naturalista ha despegado realmente, pero nunca he sentido que haya habido tanto interés por parte del sur de Europa. Parece que hay profundas razones filosóficas y culturales relacionadas con esto. Lo que vemos repetido en todo el sur de Europa es esencialmente un estilo renacentista italiano de geometría ortogonal y setos de boj y, sin duda, este concepto está en el centro de los jardines históricos españoles. En cuanto al porqué, se ha sugerido que quizás tenga algo que ver con el humanismo renacentista, en el que la naturaleza sólo se consideraba bella cuando era perfeccionada por la mano del hombre. También, posiblemente de forma bastante comprensible, gran parte del paisaje silvestre español es de alguna manera un lugar bastante hostil para los humanos y por lo tanto la gente puede ver los lugares salvajes simplemente como mucho menos atractivos que la gente del norte y centro de Europa donde la naturaleza es quizás más amable y acogedora. Pero hay un gran potencial a la hora de unir este patrimonio histórico y la plantación naturalista contemporánea. Los diseñadores contemporáneos parecen rechazar completamente este modelo geométrico barroco, pero los dos pueden funcionar muy bien juntos, y de hecho para la gente que se inicia en la plantaciones naturalistas, verlas integradas junto a la formalidad y los familiares setos recortados familiares es una muy buena manera de dejar claro que es intencionado, dándole sentido, aparte del hecho de que la tensión creativa entre la rigidez de los setos y la suavidad de la plantación naturalista puede ser muy emocionante. También destacaría la idea de la formalidad contemporánea como contraste con la plantación naturalista. Pensando en la diseñadora de jardines holandesa Mien Ryus, cuyo trabajo era en muchos aspectos muy arquitectónico pero en un estilo modernista influenciado por la Bauhaus, ella hacía formalidad con diferentes plantas o le daba a todo un pequeño giro o utilizaba bloques muy gráficos, en contraste con las vivaces, por lo que creo que hay un enorme margen para combinaciones contemporáneas realmente innovadoras. Por supuesto, en cuanto a la innovación, mencionaría a Iñigo Segurola, que según tengo entendido hace programas de jardinería en la televisión española. Su jardín, cerca de San Sebastián, tiene un clima maravilloso para cultivar allí, pero es fantástico ver una gama familiar de plantas utilizadas de una manera muy diferente a como yo esperaría verlas utilizadas - un ejemplo maravilloso de la innovación española. Así que sería optimista de que haya espíritus creativos que hagan avanzar las cosas, manteniendo esa identidad distintiva pero siendo genuinamente naturalistas al mismo tiempo.

You currently live in Portugal. What aspects of gardening in our neighbouring country would you highlight?

Portugal, of course, gets a lot more rain than a lot of Spain, which accounts for the fact, perhaps, that you do see, I’d say, a lot more colourful gardens in Portugal than in Spain. However, it is a very conservative garden tradition. People seem to grow pretty much the same Pelargoniums, the same garden plants, a fairly limited selection. They may grow them very well, but there’s very, very little innovation and I’m very surprised by the poor range of plants that are sold in nurseries. There’s one very, very good nursery, though, in Lisbon, Sigmetum, which is growing native plants of Spain and Portugal, supplying to landscapers, using wild collected seed, and this is a very encouraging development in that it’s enabling garden designers, landscape professionals and others to access really well grown native plants, mostly shrubs, some perennials, in a variety of sizes, from known locations. Public landscaping in Portugal, there are a lot of new projects, very well designed for the most part, but the planting still very much taking a back seat.  
  
Actualmente reside en Portugal. ¿Qué aspectos destacaría de la jardinería que se está practicando en nuestro país vecino?

Portugal recibe mucha más lluvia que gran parte de España, lo que explica el hecho de que yo diría que se pueden ver muchos más jardines coloridos en Portugal que en España. Sin embargo, es una tradición de jardín muy conservadora. La gente parece cultivar prácticamente los mismos pelargonium, las mismas plantas de jardín, una selección bastante limitada. Puede que las cultiven muy bien, pero hay muy, muy poca innovación y estoy muy sorprendido por la pobre gama de plantas que se venden en los viveros. Sin embargo, hay un vivero muy, muy bueno en Lisboa, Sigmetum, que está cultivando plantas nativas de España y Portugal, suministrando a los paisajistas, utilizando semillas recolectadas en estado silvestre, y esto es un desarrollo muy alentador ya que está permitiendo a los diseñadores de jardines, profesionales del paisaje y otros acceder a plantas nativas realmente bien cultivadas, principalmente arbustos, algunas vivaces, en variedad de tamaños y procedentes de lugares conocidos. En el paisajismo público en Portugal hay muchos proyectos nuevos, muy bien diseñados en su mayoría, pero la plantación todavía está en segundo plano.    

You've organized trips and courses around the world. Is there a place where gardening is being especially innovative right now? What gardens do you think have marked a breaking point in the recent history of gardening?

Well, Germany has always led in terms of public planting and the investment that goes into research and development for new public planting styles. Some of the east European countries are at that sort of economic level, where there is money for both private gardens and more quality planting in public spaces, and then they’re feeding off that body of knowledge in Germany so I think Eastern Europe is quite an exciting place. I hear some interesting things in Russia, where there is a strong tradition of plant science, a good awareness of the range of native plants. Of course, with language problems and Russia being a rather shut-off place, it’s difficult to really find out what’s going on. I know one very good Russian designer who has basically gone into exile, but I do hear of some very good things going on in very out of the way places, whether I shall ever get there to see what’s going on, I don’t know, but I’ve done teaching in Moscow and Saint Petersburg, but there’s a lot more happening. The southern cone of South America is certainly very encouraging, Chile has a very strong horticultural tradition and designers like Juan Grimm and others… Chilean native plants and more naturalistic planting styles are being developed there. Argentina, Amalia Robredo, is very much at the centre of a web of designers trying to use native flora more. In Brazil, around Brasilia, a lady called Mariana Siqueira is a pioneer in the use of Savanna flora in gardens and landscapes in Brasilia. Elsewhere, possibly northern Japan, on the island of Hokkaido, which has this very extreme climate, a very short summer but there seems to be a sudden interest in growing perennials there, very much as a part of a visitor destination gardens and the Japanese always do things very, very well, so it’ll be interesting to see what happens there. In China, where there’s an enormous amount of public investment going into landscaping, there are some, I think, really quite sensational projects, very much building on expertise coming out of Britain’s University of Sheffield, where there have been a lot of Chinese students, and certainly some of them now are doing some enormous projects at a very high level of sophistication, very often using Chinese native plants in essentially artificial ecosystems, which is very, very encouraging given the incredibly high biodiversity that China has and that having things growing in public spaces, I’m sure is a way of ensuring the survival of some species.

Ha organizado viajes y cursos alrededor del mundo. ¿Hay algún lugar donde se esté siendo especialmente innovador en estos momentos? ¿Qué jardines considera que han marcado un punto de inflexión en la historia reciente de la jardinería?

Bueno, Alemania siempre ha sido líder en cuanto a la plantación pública y a la inversión que se realiza en investigación y desarrollo de nuevos estilos de plantación pública. Algunos de los países de Europa del Este han alcanzado el nivel económico en el que hay dinero tanto para jardines privados como para una mayor calidad de plantación en espacios públicos, y se están alimentando del conocimiento existente en Alemania, por lo que creo que Europa del Este es un lugar bastante emocionante. Escucho algunas cosas interesantes en Rusia, donde hay una fuerte tradición de ciencia vegetal, un buen conocimiento de la gama de plantas nativas. Por supuesto, con los problemas de idioma y con Rusia siendo un lugar bastante cerrado, es difícil saber realmente lo que está pasando. Conozco a un diseñador ruso muy bueno que básicamente se ha exiliado, pero oigo hablar de cosas muy buenas que están pasando en lugares muy apartados. No sé si alguna vez llegaré allí para ver lo que está pasando, pero he dado clases en Moscú y San Petersburgo, aunque están pasando muchas más cosas. El cono sur de Sudamérica es ciertamente muy alentador, Chile tiene una tradición hortícola muy fuerte y diseñadores como Juan Grimm y otros.  Las plantas nativas chilenas y los estilos de plantación más naturalistas se están desarrollando allí. En Argentina Amalia Robredo está en el centro de una red de diseñadores que tratan de utilizar más la flora nativa. En Brasil, en los alrededores de Brasilia, una señora llamada Mariana Siqueira es pionera en el uso de la flora de la sabana en los jardines y paisajes de Brasilia. En otro lugar, en el norte de Japón, en la isla de Hokkaido, que tiene un clima muy extremo con un verano muy corto, parece haber un repentino interés en el cultivo de vivaces, en gran medida como atracción para los visitantes de jardines. Los japoneses siempre hacen las cosas muy, muy bien, por lo que será interesante ver lo que sucede allí. En China, donde hay una enorme cantidad de inversión pública en paisajismo, hay algunos proyectos realmente sensacionales, basados en la experiencia de la Universidad británica de Sheffield, donde ha habido muchos estudiantes chinos, y ciertamente algunos de ellos ahora están haciendo algunos proyectos enormes a un nivel muy alto de sofisticación, a menudo utilizando plantas nativas chinas en ecosistemas esencialmente artificiales, lo cual es muy, muy alentador dada la increíblemente alta biodiversidad que tiene China y que el hecho de tener cosas creciendo en espacios públicos, estoy seguro de que es una forma de asegurar la supervivencia de algunas especies.

You have designed gardens, written more than 25 books and countless articles. Which work was the most challenging for you or do you consider a special milestone in your literary career?
A real milestone for me was publishing The New Perennial Garden in 1996. It had been quite a struggle to convince the publisher and to find a good title, but this was a milestone in that it was really introducing a set of ideas, really from Germany, about habitat planting to an English speaking audience. In some ways, I think, in many ways, I was building on what Beth Chatto had written about choosing plants that are suited to the environment of the garden, rather than trying to change the conditions of the garden to suit the plants, but I think in this approach I was trying to show that you can take this much further, and really thinking about putting in plant communities rather than putting together individual plants. The challenge very often has not been the research or the writing but the photography, finding photographs that really illustrate what I’m trying to say. Photographers and art editors tend to see the beautiful picture, which perhaps does not necessarily illustrate what I want to show, so that’s been quite a common conflict and a difficulty. I know I’ve done several books with Piet Oudolf, which have been very rewarding, but Piet is a man of few words and it’s not always easy to grasp his concepts, so we tend to work very much from visual material, but at the end of the day he does have very great trust in what I write and so it all works out well in the end. I wrote a book on the history of plant breeding, which was basically a history of agricultural genetics, not really about gardening at all. That was a very enjoyable and different challenge to do in terms of much more like academic research, a lot of poking around in libraries - a very major task, I don’t know whether I’ll do a book like that again, I hope so.

Ha diseñado jardines, escrito más de 25 libros e infinidad de artículos. ¿Qué obra le supuso un mayor reto o considera un hito especial en su carrera literaria?

Un verdadero hito fue la publicación de The New Perennial Garden en 1996. Fue muy difícil convencer a la editorial y encontrar un buen título, y fue un hito en el sentido de que estábamos introduciendo un conjunto de ideas, procedentes de Alemania, sobre la plantación basada en hábitats a un público de habla inglesa. En cierto modo me basaba en lo que Beth Chatto había escrito sobre la elección de plantas que se adaptan al entorno del jardín, en lugar de intentar cambiar las condiciones del jardín para que se adapten a las plantas, pero creo que con este enfoque intentaba demostrar que se puede llevar esto mucho más lejos, y pensar en comunidades de plantas en lugar de en plantas individuales. El desafío a menudo no ha sido la investigación o la escritura sino la fotografía, encontrar fotografías que realmente ilustren lo que estoy tratando de decir. Los fotógrafos y los editores de arte tienden a elegir la imagen más hermosa, que no necesariamente ilustra lo que quiero mostrar, por lo que ha sido un conflicto bastante común y una dificultad. He hecho varios libros con Piet Oudolf, que han sido muy gratificantes, pero Piet es un hombre de pocas palabras y no siempre es fácil comprender sus conceptos, así que tendemos a trabajar mucho a partir de material visual, pero al final del día él tiene una gran confianza en lo que he escrito y por eso al final todo sale bien. Escribí un libro sobre la historia del cultivo de plantas, que era básicamente una historia de la genética agrícola, no tenía nada que ver con la jardinería. Fue un reto muy agradable y diferente en términos de investigación académica con mucho trabajo en las bibliotecas. No sé si volveré a hacer un libro como ese, espero que sí.

The quantity and quality of your literary work have made you a reference writer for many. Let's climb up the tree: Who were the authors who had a decisive influence on your work?

I don’t know whether I’d really say that any particular writer has been a decisive influence. An absolutely key book was probably in 1994, coming across Richard Hansen’s Perennials in their Garden Habitats, which was an English translation of a key German text, and it was just  the approach to planting design was so totally different to anything I’d come across before. It was quite a challenge to understand the basic philosophy, which was really to think about plants as communities. In Britain, we’d always been very much focused on individual plants and putting them together, and what’s going to look nice next to what, and this was taking a much bigger picture and thinking about a particular environment and what group of plants would do well there together, so a bigger scale of thinking and indeed many other concepts: thinking about plant longevity, plant dynamism, how plants move through space over time, and thinking about all the different habitats in the garden and the type of vegetation you could grow in each habitat, so that was I think extremely important. Not a gardening book, but a book of scientific ecology, J. Philip Grime wrote various books through the 1980s, 1990s. Actually the science text is very readable but very challenging, many of the traditional conventional notions of gardening through the way he looks at plants as being competitors or stress-tolerators or pioneers. For example, this traditional garden practice of maintaining bare earth between plants: it’s providing a perfect seed bed for pioneer plants, so we have a conventional garden practice that is actually creating work for people instead of reducing maintenance. Grime was very useful for really thinking very critically about gardening practices from that ecological perspective. In terms of writers I really admired, Henk Gerritsen, the Dutch collaborator with Piet Oudolf had a wonderful style, very witty, wonderful descriptions of plants, very personal, very much to write his experience as a gardener - things like describing a particular Phlox variety as being strong enough to lean your bicycle up against, I love that kind of dry wit he had. So that was Henk Gerritsen who died, oh god, must be 12, 14 years ago now.

La cantidad y calidad de su obra literaria le han convertido en escritor de referencia para muchos. Trepemos en el árbol: ¿Quiénes han sido los autores que han influido decisivamente en su obra?

No sé si diría realmente que algún escritor en particular ha sido una influencia decisiva. Un libro absolutamente clave fue probablemente cuando en 1994 me encontré con Perennials in Their Garden Habitats de Richard Hansen, que era una traducción inglesa de un texto clave en alemán, y en él el enfoque del diseño con plantas era totalmente diferente a todo lo que había encontrado hasta entonces. Fue todo un reto entender la filosofía básica, que realmente consistía en pensar en las plantas como comunidades. En Gran Bretaña, siempre nos habíamos centrado mucho en las plantas individuales y en juntarlas, y en lo que quedaría bien junto a qué. Esto era tomar una imagen mucho más amplia y pensar en un entorno particular y en qué grupo de plantas funcionarían bien allí juntas, de modo que era una forma de pensar a mayor escala incluyendo otros muchos conceptos: pensar en la longevidad de las plantas, el dinamismo de las plantas, cómo las plantas se mueven a través del espacio a lo largo del tiempo, y pensar en todos los diferentes hábitats del jardín y el tipo de vegetación que podría crecer en cada hábitat. Eso era lo que yo creo que era extremadamente importante. Sin ser libros de jardinería, sino libros de ecología científica, J. Philip Grime escribió varios durante los años 80, 90. En realidad eran textos de ciencia muy legible pero muy desafiante, en los que a través de la forma en que ve las plantas como competidoras o tolerantes al estrés o pioneras, hacía replantearse muchas de las convenciones tradicionales en la jardinería. Por ejemplo, esta práctica tradicional en el jardín de mantener la tierra desnuda entre las plantas está proporcionando un lecho de semillas perfecto para las plantas pioneras, de modo que tenemos una práctica de jardín convencional que en realidad está creando trabajo para la gente en lugar de reducir el mantenimiento. Grime fue muy útil para empezar a pensar de forma muy crítica sobre las prácticas de jardinería desde una perspectiva ecológica. En cuanto a los escritores que realmente admiraba, Henk Gerritsen, el colaborador holandés de Piet Oudolf tenía un estilo maravilloso, muy ingenioso, con descripciones maravillosas de las plantas, muy personales, sobre todo escribía sobre su experiencia como jardinero. Cosas como describir una variedad particular de Phlox como lo suficientemente fuerte para apoyar su bicicleta, me encanta ese tipo de ingenio seco que tenía. Ese fue Henk Gerritsen quien murió, oh Dios, debe hacer 12 o 14 años ahora.

Would you suggest a book that every gardener should read?

A book that every gardener should read…. it’s very difficult to say because everyone lives in a very different situation, and I must say I’ve not really kept in touch, it’s very difficult to keep in touch with new books all the time, and I think what people should first read would be very different for different places. I think for somebody, perhaps for Spanish readers, who have a Mediterranean or a steppe Mediterranean type climate, much more of a challenge with dry summers, anything by the Frenchman Olivier Filippi: his book on dry gardens is just incredibly full of information on planning or plant selection, a huge range of plants, how you manage a dry climate zone garden. I think that should be absolutely fundamental reading for anybody in a dry climate zone. A classic, though, for all gardens or particularly more perhaps garden design focused, Russell Page, The Education of a Gardener, is one that a lot of people would suggest as being a classic that has really stood the test of time. Anything by Christopher Lloyd, a wonderful writing style, who really knew his plants and shared his knowledge in a weekly magazine column, not perhaps relevant for every climate zone, but a wonderful example of the best garden writing - that’s Christopher Lloyd.

¿Nos recomendaría un libro que todo amante de la jardinería debiera leer?

Un libro que todo jardinero debería leer... es muy difícil de decir porque cada uno vive situación muy diferente, y debo decir que no me he mantenido totalmente al día, es muy difícil mantenerse al día todo el tiempo con los libros nuevos, y creo que lo que la gente debería leer primero sería muy diferente en función del lugar. Quizás para los lectores españoles, que tienen un clima mediterráneo o de tipo estepario mediterráneo, que tienen un gran un desafío en los veranos secos, cualquier cosa del francés Olivier Filippi: su libro sobre los jardines secos está increíblemente lleno de información sobre la planificación o la selección de plantas, presenta una enorme gama de plantas y cómo se gestiona un jardín de zona de clima seco. Creo que debería ser una lectura absolutamente fundamental para cualquiera en una zona de clima seco. Un clásico para todos los jardines particularmente enfocado en el diseño de jardines, es The Education of a Gardener, the Russell Page. Es un libro que mucha gente sugeriría como un clásico que realmente ha resistido la prueba del tiempo. Cualquier cosa de Christopher Lloyd, que tiene un estilo de escritura maravilloso, que realmente conocía sus plantas y compartía sus conocimientos en una columna de una revista semanal, quizás no sea relevante para cada zona climática, pero es un maravilloso ejemplo de la mejor escritura sobre jardines - ese es Christopher Lloyd.





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