Durante todo el 2018 escribí en este blog la ridícula cifra de tres entradas. No se debió a falta de ilusión o ideas. Simplemente a la escasez del bien más preciado, el tiempo. No sé si este año tendré más tiempo, pero el propósito de año nuevo es claro. Para empezar con buen pie, recupero el texto más interesante en el que tuve la oportunidad de participar durante el pasado año. Se trata de una entrevista a Dan Pearson que realicé para la revista Verde es Vida. Gracias a los responsables de la revista y a su directora editorial Elita Acosta por darme la oportunidad de elaborar la entrevista, y a Huw Morgan y por supuesto Dan Pearson, por su amabilidad y generosidad.
(If you prefer to read this interview in English, you can find it in the following link: Interview with Dan Pearson)
En su país existe una fuerte tradición en jardinería.
Y en la actualidad los jardines de estilo naturalista de la Nueva Ola de
Vivaces nacidos en Alemania y Holanda tienen éxito en todo el mundo. En mi
opinión, sus jardines son un ejemplo de que ambas tradiciones pueden
enriquecerse mutuamente, pero ¿cuál es su opinión al respecto?
Creo que en Inglaterra tenemos
una larga tradición en plantaciones naturalistas. Podríamos tomar, por ejemplo,
a William Robinson, que ya hacía algo muy naturalista en el siglo XIX. La
tradición de yuxtaponer la formalidad a la informalidad ha llegado a ser algo
muy británico. Por lo tanto, el estilo naturalista encaja muy bien en nuestro
país.
Si pensamos en lo que ha sucedido
en Europa, la estética ha cambiado con la Nueva Ola de Vivaces. Sin embargo,
creo que este estilo ya existía aquí como demuestra la importancia que ha
tenido para nosotros el trabajo de Beth Chatto. De hecho, hemos estado haciendo
esto de una manera bastante natural durante los últimos 100 años.
Recientemente ha creado jardines en lugares con
una fuerte influencia histórica (Lower Castle, Folly Farm). ¿Cuáles son las
claves para modernizar estos jardines sin alterar su espíritu histórico?
Nuestro trabajo siempre está dirigido por
el carácter del lugar, trabajamos con la historia y el espíritu del lugar,
intentamos entender su significado. Son el espíritu y el ethos del lugar los
que nos aportan información para poder actualizarlo.
Siempre reconocemos el espíritu del lugar
en nuestro trabajo. En lugar de imponernos, trabajamos con él para revelarlo,
fortalecerlo y clarificarlo.
Ha publicado cinco libros, innumerables artículos
y ahora escribe un blog (digdelve.com) que es una referencia mundial entre los
amantes de los jardines. ¿Por qué es importante para usted escribir?
Me ayuda concretar pensamientos
que pueden aparecer y desaparecer con facilidad. Escribir es interesante para
articular pensamientos sobre paisajismo y jardinería. Cuando materializas tus
pensamientos en palabras tienes que describir realmente por qué estás haciendo
algo. Ayuda a fundamentar una idea, a desarrollarla adecuadamente y hacerla
avanzar.
Escribir es un buen
respaldo al proceso de diseño, te ayuda a articularlo de una manera diferente y
más completa. Cuando escribes sobre jardinería y plantas, a menudo tienes
pensamientos interesantes y válidos que pueden desaparecer rápidamente cuando
dejas de hacer lo que estás haciendo, pero al inmovilizarlos con la escritura
puedes capturar parte de ese proceso. Y la jardinería está particularmente relacionada con el proceso, no sólo con el resultado final.
Sus escritos tienen frecuentes referencias a la
infancia, a la memoria y a los cambios de estación. ¿Cuál es para usted la
relación entre el jardín y la percepción del tiempo?
Creo que tiene que ver
con la idea de encontrarte en un proceso, del jardín que nunca se termina.
Cuando se trabaja en un jardín, se vinculan los tres marcos temporales: el
pasado, el presente y el futuro. Te
basas en tu experiencia, estás trabajando en el presente pero piensas en cómo será en el futuro. En cierto modo se convierte en una experiencia
atemporal. El aquí y el ahora son impulsados por lo que ha venido antes y lo
que está por venir.
Cuando se diseña un
paisaje o un jardín hay que pensar en grandes períodos de tiempo. Por ejemplo, puedes
plantar un árbol pequeño pero tener una imagen en tu cabeza de ese mismo árbol
dentro de 100 años. Esto no te desconcierta, ya que el proceso de cultivar ese
árbol y esperar a que crezca es tan bueno como el resultado final. Los
jardineros realmente entienden que el proceso, la espera, el cultivo son igual
de importantes y el tiempo se vuelve elástico.
Sus jardines y escritos son muy personales,
románticos y literarios. ¿Qué paisajistas y escritores han influido en su obra?
Creo que Rousham de
William Kent ha sido muy influyente en Inglaterra por su compromiso entre el mundo
interior y exterior. El paisaje se inspira en su entorno, es muy difícil saber
dónde empieza y dónde termina el jardín y el paisaje se apodera de él. Sin
embargo, también ha creado una sensación muy intensa del lugar que parece de
otro mundo y alimenta la imaginación. William Kent ha sido un jardinero muy
influyente para mí.
Además, trabajar en Japón
durante los últimos 20 años también me ha influido mucho. La composición de sus
jardines es extremadamente compleja y refinada. Me enseñó toda una disciplina
sobre la moderación y del cómo menos es más.
Recientemente recibimos la triste noticia del
fallecimiento de Beth Chatto. ¿Cómo influyó su trabajo en su desarrollo como
paisajista?
La primera vez que vi a
Beth fue a finales de los años 70 en el Chelsea Flower Show y su stand era único
porque en ese momento era la única que trabajaba de manera naturalista con las
plantas. Sus plantas estaban casi inalteradas, en cierta manera no estaban cultivadas,
sino que formaban combinaciones muy hermosas basadas en decisiones prácticas y
sensatas sobre qué cosas podían crecer juntas logrando un efecto estético. Tenía
un ojo de artista que apoyaba su profundo conocimiento hortícola. Sus escritos
también fueron muy vívidos y hermosos. Su vivero fue el lugar en el que busqué
material vegetal inusual cuando empecé a hacer jardines. Trabajó de manera
naturalista en alianza con la naturaleza y no luchando contra ella. Esto para
mí, desde muy temprana edad, siempre tuvo sentido. Ha sido mi mentora. Sin
embargo, creo que se le ha pasado por alto, aunque tal vez no tanto ahora. Fueron
personas como Beth las que llevaron adelante el movimiento naturalista en Gran
Bretaña, retomando lo que William Robinson dejó.
Ha
creado jardines en países con climas, idiomas y tradiciones culturales muy
diferentes. ¿Cree que la jardinería habla un idioma universal?
Sí, definitivamente. La
jardinería te permite descifrar el carácter de un lugar, cómo se hacen allí las
cosas. Es una forma de expresión. Si te mueves por todo el mundo, las cosas se
hacen de forma muy diferente y tenemos que aprender un idioma diferente para
las diferentes comunidades de plantas dependiendo de dónde estemos.
Uno no impone, sino que
trabaja con el entorno. Si conoces el lenguaje de las plantas puedes estar en
contexto y ser parte de ese lugar. Así que creo que sí hay un lenguaje universal, pero
tenemos que aprenderlo.
Su trabajo incluye jardines grandes y pequeños,
urbanos y rurales, en climas mediterráneos, atlánticos y continentales. ¿Qué
jardines han sido realmente especiales para usted o han supuesto un hito
particular en su trayectoria? ¿Alguno de ellos ha sido un desafío
particularmente difícil?
Creo que uno de los hitos
fue Torrecchia Vecchia, un jardín en el sur de Italia en el que empecé a
trabajar hace 25 años. Es un jardín que ha sido diseñado para que sea sentido
como parte de su contexto. El cliente quería hacer un jardín muy informal que
se sintiera casi como parte de la naturaleza, del bosque salvaje que lo rodea.
Tuve que aprender muy rápidamente a trabajar en el Mediterráneo , en
un entorno muy frágil, pero al mismo tiempo muy fuerte y potente. Es un un
jardín importante para mí.
Pero el mayor desafío no
fue Torrecchia Vecchia, porque allí seguíamos teniendo las 4 estaciones, aunque
tuviéramos que aprender a trabajar con el calor y la sequía. Un desafío mayor ha
sido trabajar en Hawaii en un ambiente tropical que me ha obligado a aprender
nuevas maneras de trabajar con las plantas. He creado tres jardines en Hawaii
para dos clientes diferentes. Han sido mucho más desafiantes porque he tenido
que aprender cómo crecen las cosas en los trópicos y cómo aplicar la idea de
que menos es más. En los trópicos es muy tentador usar todo tipo plantas porque
se puede, pero sin moderación enseguida se convierte en una jungla. He tenido
que aprender acerca de la moderación. Estuve trabajando allí unos ocho años. Los
tres primeros tres años supusieron una curva de aprendizaje muy empinada. Después
de haber aprendido algunas reglas básicas, de trabajar con las personas que
estaban ayudando a hacer los jardines, pude empezar a volar. El desafío se
encuentra en la inexistencia de estaciones; las cosas crecen cuatro veces más
rápido que en Gran Bretaña.
En los últimos meses ha estado en los Estados
Unidos y Grecia. ¿Tiene nuevos proyectos internacionales a la vista? ¿Qué les
interesa a sus clientes?
Tengo cuatro proyectos en
los Estados Unidos, tres en California y uno en la costa este. Lo que mis clientes
quieren es que creemos espacios que estén en contexto con su paisaje. Vienen a
nosotros porque ven que nuestro trabajo es dirigido por el espíritu del lugar y
contiene sutilezas y matices. Están buscando nuestro enfoque amable que permite
que los jardines se asienten cómodamente en su entorno.
Cada proyecto es
diferente. Vamos a hacer uno en Malibú, con un clima muy seco. En Grecia, por
ejemplo, estamos trabajando en una isla muy pequeña con un bosque muy denso y
estamos gestionando el proyecto con mucho cuidado para revelar la magia ese lugar porque la isla ha sido tomada por el bosque. Se trata de entender un lugar y
permitirle hablar por sí mismo.
Creo que los clientes
quieren que seamos capaces de revelar el espacio de una manera suave, amable, aunque saben que a veces tenemos que hacer algunas intervenciones audaces para
conseguirlo.
Muchos de sus jardines tienen un huerto, y en su propio
jardín una de las primeras tareas que hizo fue plantar árboles frutales. En su
opinión, ¿el jardín ideal debería tener un huerto?
Creo que hay algo muy
bonito en poder ir a un jardín, elegir algo y comerlo. Cultivar para comer es
algo muy primario; creo que todos respondemos a eso. Permite que la gente se
sienta realmente parte del lugar - la energía que ponen en el jardín recibe una
recompensa.
Los huertos para mí son
lugares muy hermosos y sencillos que la gente puede entender. Aunque no siempre
incluyo un huerto en mis jardines, por estos motivos casi siempre empleamos árboles frutales.
¿Cuál es su opinión sobre los paisajes y jardines
españoles? ¿Podremos disfrutar de uno de sus jardines en España?
España tiene un clima
maravilloso, especialmente desde el punto de vista de su variabilidad, desde el
norte húmedo hasta el sureste de Andalucía donde tienen un paisaje desértico
maravilloso. He pasado mucho tiempo en Andalucía, solía visitar el Cabo de Gata
regularmente y por supuesto siempre me ha encantado la Alhambra.
Nunca he trabajado en
España, pero eso no significa que no quiera hacerlo. Es un país fascinante.
¡Así que quizás algún día!
Las sociedades occidentales exigen cada vez mayor
atención a la sostenibilidad, la ecología, la recuperación de los ecosistemas,
etc. ¿Cuáles son las claves de la jardinería en las próximas décadas?
Creo que nos da la
posibilidad de pensar en estos grandes temas. Ha habido un movimiento muy
positivo en los últimos 10 o 15 años que permite entender los jardines como
ecosistemas en sí mismos. Colectivamente se convertirán en un lugar donde
podamos preservar y desarrollar ecosistemas, donde exista riqueza desde el
punto de vista de la biodiversidad. Hay mucho potencial.
Siempre intentamos pensar
en cómo un lugar puede ser lo más dinámico posible en términos de estabilidad;
esto es algo en lo que nuestros clientes también están muy interesados. Por
este motivo cada vez más gente se da cuenta de que los jardines son lugares
importantes.
muy interesante. Muchas gracias por compartirla
ResponderEliminarGracias a ti. Saludos
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