Qué difícil es ahora todo. Cuando tenía 10 años, mi padre nos cogió a toda la familia, nos llevó a un vivero y nos pidió que cada uno eligiera un frutal. Una de mis hermanas escogió un ciruelo Claudio, la otra un cerezo Monzón, mi padre una morera negra, mi madre un guindo de Toro y mi hermano, que el pobre aún no tenía edad de escoger no recuerdo si le tocó el manzano Golden, el peral de Agua o el acerolo. Yo, dando muestras para mi edad de una mezcla de avaricia, pesimismo y capacidad de planificación que ahora visto de una manera retrospectiva me asustan un poco, elegí un membrillo. ¿Por qué? Muy sencillo, porque a mis diez años supe vislumbrar que esa mierda de paluchos que estaba comprando mi padre a 400 pesetas, iban a tardar en dar algo que mereciera la pena la leche de tiempo, y ¿dónde ibas con dos cerezas o dos moras? O una manzana, pufff, pero si mi madre las traía a kilos... en cambio, dos membrillos, eso, amigos míos, ya era algo que merecía la pena.
En fin, al final dio igual porque fui yo quien adoptó rápidamente a todos los frutales, que rápidamente se convirtieron en árboles de verdad que nos regalaron enormes cantidades de fruta. Recuerdo con especial cariño al cerezo Monzón, que los años buenos daba unas tremendas cosechas de cerezas grandes, duras, de color rojizo amarillo y un sabor de los que ya solo perduran en un rinconcito de la memoria de la infancia. Además el árbol era grande, esbelto y de unos hermosos colores otoñales. Por desgracia mis mimos no iban acompañados de los conocimientos necesarios y el árbol murió por culpa del ataque de unos barrenadores, que ahora supongo que habría sido capaz de combatir.
Creo que es por el recuerdo de ese cerezo por lo que me lancé a comprar cerezos el invierno pasado. Por ese cerezo y porque el camino de bajada a la pradera, espacio de transición entre el bosque asiático y el bosque otoñal atlántico, pedía a gritos ser flanqueado de cerezos. Así que me planté en mi vivero de toda la vida, y cuando vi que seguían teniendo cerezos Monzón y guindos de Toro, cargué con ganas: un guindo de Toro, un cerezo Monzón, un Burlat, un Blanco, un Satin, un Picota, un Sumburst y un Van. Mis conocimientos deben seguir siendo insuficientes, porque el Monzón, después de un verano angustioso de hojas enrolladas y moribundas, ha terminado por secarse pese a todos mis desvelos, fungicidas e insecticidas. El Sumburst brotó con fuerza para cercarse una semana después y el Satin me ahorró el sufrimiento y ni siquiera brotó. Primera lección aprendida: cuando el chaval del vivero me vuelva a dar un árbol con poca raíz, debo dejarme de optimismos y pedirle que me de uno con una raíz como dios manda, porque los que este año no han brotado adolecían todos de lo mismo. Uno de los cerezos secos ya lo he sustituido por un cerezo Napoleón, por lo que ahora, bajando desde la casa a la pradera, tengo lo siguiente:
Creo que es por el recuerdo de ese cerezo por lo que me lancé a comprar cerezos el invierno pasado. Por ese cerezo y porque el camino de bajada a la pradera, espacio de transición entre el bosque asiático y el bosque otoñal atlántico, pedía a gritos ser flanqueado de cerezos. Así que me planté en mi vivero de toda la vida, y cuando vi que seguían teniendo cerezos Monzón y guindos de Toro, cargué con ganas: un guindo de Toro, un cerezo Monzón, un Burlat, un Blanco, un Satin, un Picota, un Sumburst y un Van. Mis conocimientos deben seguir siendo insuficientes, porque el Monzón, después de un verano angustioso de hojas enrolladas y moribundas, ha terminado por secarse pese a todos mis desvelos, fungicidas e insecticidas. El Sumburst brotó con fuerza para cercarse una semana después y el Satin me ahorró el sufrimiento y ni siquiera brotó. Primera lección aprendida: cuando el chaval del vivero me vuelva a dar un árbol con poca raíz, debo dejarme de optimismos y pedirle que me de uno con una raíz como dios manda, porque los que este año no han brotado adolecían todos de lo mismo. Uno de los cerezos secos ya lo he sustituido por un cerezo Napoleón, por lo que ahora, bajando desde la casa a la pradera, tengo lo siguiente:
-Lado Izquierdo:
- XXXX (espacio vacío para un nuevo cerezo)
- Napoleón (sustituyó a un Sumburst que apenas brotó)
- Burlat
- Blanco
- XXXX (un Monzón seco)
-Lado Derecho:
- XXXX (un Satin, que no llegó a brotar)
- Picota
- Van
Y claro, fiel a mis principios de instalar sin abrir el libro de instrucciones, he plantado sin leer nada, y cuando he empezado a leer y arañar el mundo que hay detrás de todo esto, se me han puesto los pelos como escarpias. Para empezar he aprendido que si de niño pude comer cerezas, fue porque mi padre escogió de chiripa una variedad de cerezo que es autofértil. ¿Y qué es eso de ser autofértil? Pues eso es que resulta que los cerezos son complicadillos y algo antiintuitivos. La mayoría de las variedades de cerezo no pueden fecundar sus frutos ellos solos y tampoco lo pueden hacer con la ayuda de otro cerezo de la misma variedad. Por lo que respecta a la polinización las variedades de cerezos se engloban en distintos grupos, y todas las variedades incluidas en un mismo grupo no pueden fecundarse entre sí. Más bien al contrario, necesitan fecundar sus flores con polen de otro árbol que pertenezca a cualquiera de los otros grupos. Por suerte para mis recuerdos infantiles, toda regla tiene su excepción, que en este caso consiste en que hay árboles que son autofértiles, es decir, que son capaces de polinizarse a sí mismos y además son capaces de polinizar a cualquier otro. Por si esto no era ya suficientemente complicado, hay otras dos restricciones. La primera es obvia: las flores de los dos árboles compatibles deben coincidir en el tiempo, y rapidito, porque los cerezos son flor de un día. Bueno, de un día quizás no, pero si de dos o tres desde su apertura, que parece que es lo que tardan en degenerar. La segunda, es que el polen del cerezo necesita de un transportista, por su peso no le vale el viento para propagarse, necesita la ayuda de abejas y abejorros, incluso en los árboles que son autofértiles el polen de los estambres no logra alcanzar el pistilo de la misma flor si no es con la ayuda de una abeja rebozándose en condiciones. Ahora se entiende a los japoneses con sus pincelitos. Luego, por supuesto está lo de siempre, el tiempo tiene que acompañar, porque la lluvia, el viento y las bajas temperaturas complican la polinización (temperaturas entre 15º y 25º, con tiempo soleado, algo de humedad ambiental y aire en calma parecen ser del gusto de los cerezos y las abejas), y si la polinización no se ha complicado, como los cerezos son de floración muy temprana, siempre puede venir una helada unas semanas después y abrasarte toda la cosecha, como aprendí bien una semana santa de hace veinte años. En fin, un milagro que yo llegue a comer cerezas.
Y con toda esta película ¿cómo pinta mi plantación a las bravas? Pues la suerte del ignorante, bastante bien por lo visto. Ahí va lo que he encontrado sobre las variedades que tengo plantadas:
- Burlat: es un árbol de gran tamaño con producción abundante. La pega es que florece temprano y los frutos se dan muy rápido, lo que en mi clima no es muy recomendable, pero si el año viene bueno en el mes de Mayo podemos tener cerezas (qué optimismo). Por otro lado es una especie es originaria del norte de Francia y exige mucho frío invernal, así que por qué no. Es de los que necesita un vecino polinizador, pero le vale Picota o Van, por lo que he acertado de chiripa. Dicen que sus cerezas son de tamaño mediano (unos 9 gramos) de muy buen sabor, color rojo oscuro, carne blanda y sensibles al rajado por la lluvia.
- Blanca de Provenza: sinceramente, no sé si lo que yo tengo es esto, pero por aproximación creo que debe serlo. Yo compré un cerezo en cuyo cartel ponía blanco, y esto es lo nominalmente más parecido que encuentro en la mayoría de viveros. De lo que he leído de esta variedad y otras parecidas (hay unas cuantas en viveros franceses) deduzco que es una variedad tardía, muy dulce, de color amarillento blanquecino, muy empleada en procesado industrial y que se da en el valle del Esgueva. Ni idea sobre sus necesidades de polinización.
- Napoleón: es un árbol muy vigoroso y productivo, que da frutas de color rosado sobre fondo amarillento, como el Monzón que hubo en casa de mis padres. De hecho el cerezo que yo busco es el garrafal de Monzón, que espero que este año vuelvan a tener en viveros Gimeno. Este Napoleón que ya no tengo claro si realmente es distinto del Monzón (hay quien dice que sí) se recolecta de finales de Mayo a primeros de Junio, dicen que es la variedad más utilizada en Europa (yo creo que en España nunca he visto una frutería con estas cerezas, pero en fin) es autofértil y también poliniza por fechas de floración con Burlat y con Van.
- Picota: Es la reina del valle del Jerte, la de toda la vida, de hecho para mucha gente no hay otra cosa que picotas. De vez en cuando me enfado con mi mujer cuando me ve aparecer con una caja de cerezas son su rabo como dios manda y me dice has comprado picotas. Las picotas no tienen rabo, y sobre esto también hay polémica, porque hay quien dice que picotas son todas las variedades que se pueden coger sin rabo y quien dice que las picotas son picotas y punto, que no generalicemos. Yo qué sé, aunque cruzo los dedos para que la mía sea Picota Ambrunesa, que por lo visto es la mejor. Resiste bien a la lluvia y produce a finales de Junio o primeros de Julio, como debe ser. Suele ser algo vecera (si un año da mucho al siguiente se lo toma de descanso). Y no me puedo creer mi puntería, porque poliniza con Van y Burlat.
- Van: árbol de buen vigor que produce de mediados a finales de Junio cerezas de tamaño medio, color rojo oscuro y sabor normalito. Me da que muchas de las que comemos son de estas, porque su facilidad de cultivo y su alta productividad la convierten en una especie interesante para el cultivo comercial. Necesita polinizar con otras especies como Napoleón o Burlat.
Esto es lo que hay, ahora tengo tres huecos que rellenar y los candidatos son:
- Garrafal Monzón: dicen que es distinto (y mejor) que el Napoleón. Yo aprobé la selectividad manteniéndome a base de estas cerezas duras, crujientes y de sabor espectacular, argumento poderoso para seguir buscándolo. Yo las comía por San Juan, así que supongo que mediados de Junio es la fecha. Es autofértil y poliniza con otros muchos.
- Negra de Saco: sé poco de esta especie que parece que proviene de Portugal y Galicia, pero dicen que madura a finales de Julio o Agosto y comer cerezas en esas fechas debe ser un gustazo.
- Negra Garrafal de Lérida: ni idea, pero suena a especie de las de toda la vida.
- Sumburst: rápido crecimiento, rápida entrada en produccion, autofértil, polinizador universal, grandes y continuadas cosechas, le afecta poco o nada el rajado y frutos de tamaño enorme (13 gramos) Una joyita, vamos.
- Skeena: por lo visto es muy buena y semitardía. Básicamente es una lapins pero mejorada, con cerezas de más grosor y floracion mas tardía, lo que la convierte en una especie muy interesante para mi clima. Es una especie desarrollada en la Columbia Británica, y sus frutos son de color rojo oscuro o negro. Es autofértil.
Y en fin, hay cientos de variedades, algunas que parecen muy buenas (Brooks, Bing, Celeste, Summit...) y muchas que no parece que merezcan la pena, pero esas las dejamos que no me gusta hablar de nadie si es para mal.
Si alguien quiere leer información interesante sobre el tema, aquí van unos pocos enlaces que a mí me han servido:
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