En la carretera que va de Segovia a Soria, muy cerca del desvío a Riaza, hay una finca de unas cuantas hectáreas que pasará desapercibida a la inmensa mayoría de viajeros que pasen por allí. Una simple pradera de uso ganadero. Pero esa pradera tiene (o tenía) dos características de gran valor para alguien con interés por la especies silvestres. El primer aspecto es su riqueza botánica. Lo que desde un coche puede parecer un prado homogéneo y aburrido como una campo de césped, es en realizad una matriz (empleando la terminología que usan Noel Kingsbury y Piet Oudolf en Planting: A New Perspective) de diferentes tipos de gramíneas, punteada por una gran variedad de vivaces. Lo normal en una pradera de pasto para ganado, me dirán. Pero es que su segundo valor era que llevaba abandonada unos años, lo que hacía crecer su interés y riqueza vegetal considerablemente. En lugar de alcanzar el otoño como un terreno polvoriento salpicado de cardos correderos, que es lo que suele ocurrir con las praderas sobreexplotadas en nuestra tierra, esta finca permanecía todo el año con una rica capa vegetal que a su vez permitía la aparición de nuevas especies. Además de las habituales especies herbáceas de este tipo de pastos agrícolas, este año habían empezado a aparecer arbustos leñosos e incluso algún pequeño roble. Así, uno ya soñaba con ver evolucionar un ecosistema vegetal de un tamaño más que considerable a la vuelta de la esquina. Qué interesante fotografiar la pradera año tras año. Lo divertido que sería hacer un listado de las especies que allí crecieran y poder observar su evolución con el paso de los años. Toma ya, un trocito del Jardín Planetario a tiro de piedra.
En fin, un generoso rebaño de vacas ha puesto fin este mes a mis sueños investigadores. Me pienso vengar disfrutando mucho de los chuletones que me coma de ahora en adelante. Y habrá que conformarse con las fotos que saque allá por el mes de junio.
Da lugar a inspiración, sin duda...
ResponderEliminarLa verdad es que yo sí la he encontrado. Y este año he disfrutado un montón de mis "safaris" fotográficos por la campiña segoviana :-) Buenos madrugones me he pegado. Y como ya comenté en la primera entrada de esta serie, saqué la idea y las fuerzas de una entrada de tu blog. Así que muchas gracias.
Eliminar¡¡Gracias a ti Miguel!! habrá que ir haciendo más safaris fotográficos :)
EliminarPorque não uma fotografia com as vacas? a Beleza é contagiosa!
ResponderEliminarPues porque no las he pillado con una cámara a mano. Pero sí, es necesaria esa foto.
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