martes, 27 de marzo de 2012

Demasiados para mí

Uffff... esto empieza a ser inabordable. Cuando uno cree que ya conoce a todos los grandes maestros en esto del paisajismo, plaf, te pegas con otro enlace que viene a darte en las narices con la obra de uno nuevo. Nuevo para mí, que soy un ignorante, claro. Debo tener una lista de unas trescientas entradas pendientes de escribir. 
Partamos de que soy nuevo en el tema. Toda mi vida no he sido más que un plantador o coleccionista de árboles, como se quiera ver. Desde que mi padre me llevó a comprar un abeto de Navidad hará unos veinticinco años, los he plantado a miles, pero mi única preocupación siempre fue tener nuevas especies, y casi siempre los plantaba sin demasiado orden ni concierto. Intuía y sabía que la belleza estaba en otras cosas distintas a la variedad y el número, pero tampoco me preocupaba demasiado. No fue hasta que nos compramos una parcela de una hectárea en mitad de un rebollar y Cova, nuestra arquitecta, nos dijo aquello de "esto más que un proyecto de jardinería es un proyecto de paisajismo" que no se me encendió la chispa por el tema y empecé a navegar por el ancho internet y a comprar libros. Enlaces y más enlaces, libros y más libros, que inevitablemente te llevan a otros y estos a otros y a otros y a otros, en un proceso dichosamente interminable. Y así, aunque mi principal vicio siguen siendo los árboles y me sigue perdiendo el afán coleccionista, estoy descubriendo el mundo que hay alrededor de la mejora y embellecimiento de un paisaje. Y he confirmado con pruebas empíricas que la belleza de un jardín gira alrededor de una brillante ordenación del volumen que cuide todas las capas, que de arriba a abajo ocupan árboles, trepadoras, arbustos, perennes, hierbas y anuales. Y he descubierto que la arquitectura y el paisajismo son artes hermanas obligadas a ir de la mano, y que hay corrientes que van desde el clasicismo más puro hasta el naturalismo más salvaje, y que todo esto se refleja en la obra de una larga lista de fueras de serie que llevan unas cuantas décadas revolucionando el panorama de la jardinería y el paisajismo. Cuando uno cree que empieza a arañar el entendimiento de la clave de la maestría de Piet Outdolf, o Fernando Caruncho, o Wolfgang Oehme, o  James Van Sweden, o Andrea Cochran o Jacques Wirtz, o Kongjian Yu, o Michel Desvigne, o Ron Lutsko, o, o, o... llega uno nuevo a enseñarte algo, porque ese es el problema (bendito problema), que la lista no deja de crecer. Y en realidad todo este rollo viene a cuento de que hoy me he tropezado con la obra de Dan Pearson, y cómo no va uno a estudiarlo si su trabajo sigue la siguiente senda: 





Fuente: Dan Pearson

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