A algo más de 1.100 metros de altura, en medio de un rebollar impenetrable, en una urbanización donde hasta hace poco sólo había casas de madera estilo canadiense o arquitectura castellana de ladrillo y teja roja, han crecido de la mano una generación de arquitectos y propietarios con ganas de hacer algo distinto Ex House y Four Seasons House. Dos casas destinadas a hacer cabecear con desconfianza a los paisanos acostumbrados a ver toda su vida algo muy distinto y que no creen que ni las cubiertas planas ni las fachadas de materiales extraños puedan tener éxito en el severo clima de la zona. De momento la originalidad ha ganado su primera batalla: después de las heladas de hasta 18 bajo cero del mes de febrero, los fontaneros han hecho su agosto arreglando radiadores y cisternas reventados por el hielo que tomó el interior de algunas casas, pero nuestras protagonistas han devuelto la mirada desdeñosa demostrando que en lo de aguantar el frío, no tienen nada que aprender y sí mucho que enseñar a la arquitectura clásica de la zona.
Ex House en referencia a un proceso vital que persigue la ruptura con las esclavitudes de la urbe y la búsqueda del sentimiento de aislamiento y retirada que puede darte una casa en mitad de un bosque.
Four Seasons House como explicación de una casa que quiere integrarse en un plan de paisajismo articulado alrededor de la división de la parcela en cuatro cuadrantes dedicados a un tipo climático de vegetación que tendrá su especial momento de esplendor en una determinada estación del año: jardín mediterráneo para la primavera, robledal continental para el verano, fraga de frondosas para el otoño y bosque norteño de coníferas para el invierno.
Que una esté hecha de placas de madera de abeto finlandés y la otra de bloques de termoarcilla, que la fachada sea de planchas de pino de Valsaín o de poliestireno y mortero Coteterm, que una observe el paisaje y la otra dialogue con él, son pequeñas diferencias frente a lo que las casas tienen en común: la búsqueda de una arquitectura libre de ornamentos preocupada principalmente por el espacio interior y por su relación armónica con un entorno que parece entrar en las casas.
Estas casas pueden parecer por comparación modernísimas, pero en realidad beben de fuentes de casi un siglo de antigüedad. Arquitectos como Le Corbusier, Alvar Aalto y Frank Lloyd Wrigt ya buscaron la integración orgánica del edificio y la naturaleza. Las cubiertas planas como terraza o jardín, las plantas libres o los ventanales interrumpidos que podemos ver en estas casas, formaban parte de los principios arquitectónicos de Le Corbusier y Pierre Jeanneret.
EX HOUSE
FOUR SEASONS HOUSE
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