miércoles, 9 de julio de 2014

Inspiración en la Naturaleza - IV - Oasis en el secarral

Una de las primeras influencias de Rosemary Verey fue Nancy Lindsay, la hija de la influyente diseñadora de jardines en el período de entreguerras Norah Lindsay. Nancy había heredado de su madre el amor por los jardines, y del buen amigo de su madre Lawrence Johnston (creador del famosísimo jardín Hidcote) su jardín francés Serre de la Madone. No parece que le faltase conocimiento ni amor por los jardines y cuentan que el primer consejo que le dio a Rosemary fue que empezase con plantas fáciles que le entregasen de una manera rápida y fiable resultados gratificantes y que dejase para una segunda fase, cuando la estructura general del jardín ya estuviese creada, la inclusión de plantas más exigentes y exóticas. Muchos comentemos el error de hacerlo al revés, nos encaprichamos de determinadas plantas que sólo nos llevan a la frustración de un fracaso prematuro. Sobre qué es una planta exótica y delicada podría discutirse mucho. Posiblemente para un finlandés una lavanda sea de lo más exótico. En cambio aquí, en el centro de España, los pocos abedulares que nos quedan sólo nos falta envolverlos en papel de regalo... bueno, en realidad en términos generales no les hacemos ni caso, pero es que en España somos así, como todo el mundo habla del hayedo de Montejo, pues hay hasta lista de espera para visitarlo, pero como nadie habla de... bueno, mejor me callo de lo que nadie habla que están bien así. Pero de verdad que por aquí los hayedos y abedulares son bastante exóticos. Así que la delicadeza de una planta depende del clima con que se mire. En el centro de España tenemos lo que ahora llaman clima mediterráneo continentalizado, que es lo mismo que decir larga sequía estival y heladas invernales. La distancia y unas cuantas cadenas montañosas nos aíslan de la influencia oceánica y nos privan de la humedad de la cornisa cantábrica y de las buenas temperaturas invernales del Mediterráneo. Además nuestros suelos suelen ser pobres en materia orgánica, suelos típicos de un clima incapaz de generar grandes masas vegetales en poco tiempo y de un territorio que lleva siendo muchos siglos cultivado y pastoreado. Podríamos concluir por lo tanto que haciendo caso a Nacy Lindsay deberíamos empezar nuestro jardín por plantas adaptadas a estas condiciones. Plantas en definitiva como las presentadas en las entradas anteriores de esta serie. Pero esto no quiere decir que debamos renunciar a otras muchas con exigencias más exquisitas, porque esto sería demasiado simplista y aburrido. Simplista porque se basa en una visión general de nuestros suelos y climas que deja de lado excepciones notables, y un jardín, como cualquier arte, no puede vivir de generalidades. Para salir de la mediocridad no hay nada como la singularidad y la originalidad. Aburrido porque una vez más no olvidemos que la jardinería consiste en imaginar, trabajar, pelear y desesperarse hasta lograr desarrollar algo que trascienda más allá de lo que la naturaleza nos entrega gratuitamente. Aunque en lo que la naturaleza nos entrega también podemos encontrar ejemplos de lo singular. Hace unas semanas paseaba por las hoces del Riaza, un paisaje pedregoso y descarnado sólo apto para los más duros del lugar. Sabinas, Enebros, Tomillos y Euphorbias no tienen mucha competencia aquí, y en la mayoría de páramos y laderas de este paisaje te viene a la cabeza la palabra semidesértico. Pero en el fondo de los valles, atraídos por la humedad de ríos, riachuelos y acequias y por la bondad de un suelo alimentado por los sedimentos de las crecidas, crecen huertos espectaculares y también comunidades vegetales muy diferentes. Agrupaciones de plantas mucho más exuberantes se apelotonan en la orilla de los humedales y dan al paisaje la misma riqueza que darían a nuestros jardines. Porque nosotros podemos hacer trampas, y un buen pico, un buen mantillo y una buena manguera, nos permiten no dar la espalda a estas plantas. 


Arroyuela o Frailecillo: Lythrum salicaria

Correhuela, Convolvulus arvensis, trepando sobre una planta que no tengo identificada

Cardencha: Dipsacus fullonum



Hierba de San Antonio: Epilobium hirsutum


Lythrum salicaria

Dipsacus fullonum

Dipsacus fullonum

Lythrum salicaria

Epilobium hirsutum

Convolvulus arvensis y ... necesito ayuda


Lythrum salicaria

Lythrum salicaria sobre un fondo de Epilobium hirsutum
Solanum dulcamara


Lythrum salicaria

Solanum dulcamara

Leptinotarsa decemlineata, el terror de las patatas

Solanum dulcamara


Hierba de San Guillermo: Agrimonia eupatoria






Achicoria: Cichorium intybus

Lythrum salicaria

2 comentarios:

  1. Those are beautiful and inspiring photos of nature´s garden. I´m trying to establish Lythrum salicaria in my garden, what a beautiful native plant!

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    1. Thank you James. I'm also trying to establish Lythrum salicaria in my garden thanks to Fernando Martos, a very good landscape designer in Spain.

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