Recuerdo el día en el que a un amigo su padre le afeaba la costumbre de alternar hasta altas horas de la madrugada. No sé qué haces a esas horas por ahí, si a esas horas en la calle no hay más que prostitutas y delincuentes. Para ser sincero creo que las palabras textuales del padre de mi amigo sonaron bastante peor, pero desde luego ese fue el sentido del mensaje. Lo que sí recuerdo con exactitud fue la respuesta del chaval que ya estaba en edad de ser contestón: "pues por eso papá, por eso". Me he acordado porque mi mujer podría preguntarme que qué leches hago por los montes antes de que salga el sol. Bueno, dejemos claro que por los montes y caminos que yo me muevo de madrugada no hay ni prostitutas ni delincuentes. Como mucho alguna patrulla de la guardia civil haciendo controles de alcoholemia para los que vienen de sitios como los que asustaban al padre de mi amigo. Y por supuesto no es lo mismo levantarse pronto que acostarse tarde. Siempre ha sido mucho más decente lo primero, dónde va a parar. Pero aún así, hasta yo me pregunto qué hago levantándome a estas horas, si por el monte sólo hay corzos y algún jabalí despistado. Pues por eso hombre, por eso. Por eso y porque si quieres fotografiar las espigas de una Stipa gigantea a contraluz no te queda mucha más opción. O las pillas al amanecer o al atardecer, y al atardecer, después de todo un día practicando el hardscaping (término que me acabo de inventar para englobar todos los trabajos forzados que implica la jardinería) ya no tengo el cuerpo para fotos de hierbajos.
Pero vamos al meollo del asunto. Esta Stipa gigantea que me ha hecho madrugar crece en un terreno que fue arrasado por un incendio en agosto del 2008. Una chispa salta de una máquina y 1.100 hectáreas de ecosistema de bosque y prados se convierten en una sábana de cenizas punteada por tocones cadavéricos. Fue uno de esos incendios que te hacen replantearte seriamente de cuánto sirven las medidas de prevención de incendios que se toman habitualmente. ¿Cómo creer en las eficacia de un cortafuegos cuando ves que las llamas son capaces de saltar una autovía? Cuando los bomberos logran controlar el fuego sientes lástima e impotencia, y cuando años después escuchas que están repoblando la zona afectada te animas pensando que si ninguna chispa lo evita quizás tus hijos o tus nietos puedan volver a disfrutar del paisaje que conociste. Pero, ¿hay que esperar tanto en realidad? Pues no si nos quitásemos de encima nuestros prejuicios y fuésemos capaces de mirar con otros ojos nuestros paisajes. ¿Es más hermoso un pinar que la composición de flores y gramíneas de las fotos que vienen a continuación? Yo diría que no, y de hecho el paisajismo actual se esfuerza por evocar este tipo de composiciones. Yo desde luego no suelo madrugar para fotografiar un pinar. Ya, pero un pinar es un ecosistema más rico, me dirán otros. Pero, ¿más rico para quién?. Desde luego lo será para el que quiera obtener dinero vendiendo madera de pino, pero no diría que para el ecosistema de plantas y animales lo sea. Desde luego en este paisaje hay mayor variedad vegetal que en un pinar típico, y diría que una mayor variedad de insectos, reptiles, aves y mamíferos se sentirán más atraídos por este paisaje de praderas que por la monocorde capa de pinaza de un pinar. Ah, pero es que los bosques evitan la desertización. ¿Alguien tiene la sensación de que estas praderas se están desertizando? Yo diría que no, aunque aquí hago un inciso: es muy posible que estos campos hayan sido trabajados después del incendio para la repoblación de árboles, y que un arado de fondo del terreno haya favorecido la aparición de estas vivaces. Pero en este paisaje apenas se ven frutos de la repoblación y en cambio ya empiezan a aparecer especies arbustivas y arbóreas nativas. Jaras, retamas, enebros y encinas empiezan a despuntar entre las manta de vivaces. Mi apuesta es que un terreno así evolucionará hacia un matorral salpicado de especies arbóreas que a través de una silvicultura inteligente y mucha paciencia podría evolucionar hacia la forma de bosque mediterráneo, un bosque mucho más variado, resistente y resiliente que un pinar de repoblación. Quizás esa paciencia y esa intervención inteligente permitiera que no tuviésemos que preocuparnos tanto de una simple chispa.
Finalmente, los incendios ocasionales pueden formar parte de la sucesión ecológica y traer ventajas.... en muchos casos se necesita del fuego para que algunas semillas germinen ( por lo menos de la solución acuosa de humo que se genera). Y comparto contigo que las pioneras tienen un gran atractivo, de hecho su estrategia es florecer rápido y por mucho tiempo para asegurarse la polinización y asi dejar semillas. Como dice Noel en Gardens in Time and Space, son las "rockanroleras" de las plantas "Live fast and die young"
ResponderEliminarQué buena cita, no la conocía. Además son unas rockanlorelas muy generosas, preparan el terreno a otras que vendrán después de gustos mucho más pausados.
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