El objetivo de un jardín naturalista no es imitar la naturaleza, sino hacer una original y creativa interpretación de ella, entregar al espectador una composición que potencie los sentimientos que la naturaleza despierta en él. Como es lógico, para hacer eso es necesario que el jardinero utilice las herramientas a su alcance y conozca muy bien el modelo que quiere interpretar. Y en esencia de eso iba la primera entrada de esta serie (esta), de como en un terreno baldío la naturaleza nos puede mostrar un modelo que podríamos no imitar, sino interpretar a través de la geometría y otras herramientas como la variedad vegetal. En cambio la segunda entrada (esta) sí que iba de imitar, porque lo que proponía es un juego que viene a ser el ejercicio inverso: en vez de dar diseño a las plantas por qué no darle plantas al diseño. Tenemos jardines naturalistas espectaculares de los que sus autores nos entregan generosamente hasta sus planos de plantación, y la propuesta era experimentar con estos diseños sustituyendo las especies vegetales que emplean por otras similares estéticamente pero más adecuadas para nuestras necesidades climáticas y edáficas. La tercera entrada (esta) incide en esta última idea, en la búsqueda en los montes que nos rodean de especies que sean adecuadas para nuestro jardín, y es una apuesta porque sea cual sea nuestro entorno habrá plantas que se habrán adaptado a él, habrán desarrollado sus encantos y están a la espera de que alguien se decida a emplearlas en un jardín. Y bueno, hay quien opina que debería parar aquí. Este fin de semana he tenido la siguiente conversación:
-¿Esta mañana has madrugado?
-Sí, bastante.
-¿Has ido a sacar fotos?
-Sí, ya tengo para otro par de entradas del blog.
-Pero... ¿más de lo mismo?
-Bueno, sí, más de lo mismo.
-¿Y no crees que el tema ya está un poco agotado?
-No
-¿Vas a publicar muchas más?
-Sí, hasta siete.
-¡Siete! Pues yo creo que el tema ya no da más de sí.
-Ya, pues yo creo que sí.
-....
-Además, me encanta el número siete.
-....
-Y no me mires con esa cara, que el blog es mío.
Así que como me encanta el 7, y aún a temor de equivocarme, creo que voy a apostar por publicar otras 4 entradas que tratarán de cosas como la capacidad regenerativa de la naturaleza, las condiciones microclimáticas, o cómo plantas defenestradas son inigualables a la hora de entregar textura y estructura. Un adelanto fotográfico de lo que viene.
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