Hace unas semanas, durante una visita a nuestra parcela Miguel Urquijo me comentaba que si conseguíamos desarrollar un jardín en semejante sitio tendría mucho mérito porque la ubicación lo tiene "todo". Ese todo engloba: terreno pedregoso y arcilloso, cuatro meses de sequía, tremendas heladas en invierno, todo tipo de bichos con ganas de probar vegetales exóticos y una masa de robles melojos (Quercus pyrenaica) con afán por ocupar con sus chupones hasta el último centímetro cuadrado de terreno. Miguel sabe de esto un rato, así que el mensaje acongoja un poco. Aunque ya se sabe que no hay camino fácil que lleve a un sitio interesante, así que no desesperaremos. Además, he de decir que no me quejo. Dentro de la extensa Castilla nuestra parcela dista lo mismo de ser un terreno privilegiado como de ser uno especialmente difícil. Castilla es tierra de vegas, cereales y viñedos, pero también de rocas, páramos y cierzo, y es en esos terrenos ásperos y descarnados dónde hay que acudir a toda la imaginación, esfuerzo y experiencia posibles para poder desarrollar un jardín. Y es que a pesar de todos los inconvenientes mi parcela, la charla con Miguel fue positiva y motivadora, una charla entre la que continuamente se deslizaba un mensaje de apuesta porque a medida que profundice en mi afición, irá creciendo mi gusto por lo de aquí, por lo nuestro, por esas plantas sufridas que te dan estructura, textura y color pidiendo bien poco a cambio. La semana pasada pensaba en cuánta razón tiene mientras sudaba la gota gorda trepando con mis hijas por una ladera de pizarra descompuesta en las estribaciones de la sierra de Ayllón. Unos de esos terrenos en los que es mejor no resbalar porque parecen querer acabar hasta con las encinas. Pero hasta en un terreno así había plantas que me obligaban a parar a cada rato y aguantar las quejas de mis hijas por la pesadez de su padre con las plantitas. Allium, Centaurea, Cistus, Cytisus, Dianthus, Digitalis, Echium, Globularia, Helichrysum, Santolina, Sedum, entre otros muchos géneros desconocidos para mí, ponían una nota de textura y color sobre la pizarra y el suelo esquelético de nuestra sierra. En sitios así debió encontrar la inspiración Beth Chatto. De plantas como estas escribe y se encarga en su vivero Olivier Filippi. Y así, vamos con una tercera entrada sobre plantas de nuestros campos que serían perfectamente válidas para nuestros jardines si quisiéramos mirarlas con algo más de cariño.
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¿Dianthus lusitanus? |
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Onopordum y Santolina sobre un fondo de Rubus ulmifolius |
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¿Digitalis thapsi? |
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¿Digitalis thapsi? |
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¿Digitalis thapsi? |
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¿Dianthus lusitanus? |
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¿Santolina rosmarinifolia? |
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Digitalis y Santolina |
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Santolina y Digitalis |
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¿Digitalis thapsi? |
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¿Dianthus lusitanus? |
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¿Dianthus lusitanus? |
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¿Helychrysum stoechas? |
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Echium y Santolina |
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Allium sphaerocephalon |
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Halimium ocymoides |
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¿Centaurea sphaerocephala? |
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Recius espectacularis, las dos flores más bonitas de la sierra |
¡Si es que a mi me encanta ver todas estas plantas en el campo! son preciosas aunque no se les haga tanto caso como a otras. Y si se juntan bien pueden dar un jardín precioso. Una cosa...me da la impresión de que donde has puesto Helichrysum stoechas (excepto en la séptima foto empezando por abajo, que sí es Helichrysum seguro) es en realidad Santolina rosmarinifolia, pero como no estoy delante de la planta no lo puedo asegurar.
ResponderEliminarEso sí, las variedades que más me han gustado son las del género Recius, jejeje.
Creo que tienes razón. Y mira que he dudado, pero volviendo a mirar ahora las fotos, es difícil asegurarlo por aquí pero tengo la sensación de que me he dejado llevar por la claridad de la séptima foto empezando por abajo. La flor de la Santolina es como un único botón amarillo y en cambio la de Helichrysum como una agrupación de pequeñas flores. Y con esta diferencia en mente, estoy de acuerdo con lo que comentas. Edito y corrijo. Por cierto, ¿no sabrás qué pueden ser las flores amarillas de la tercera foto desde abajo?
EliminarPues la verdad es que no sabía qué era la tercera foto desde abajo, pero me parece que lo que comenta María José es correcto. Las Santolinas me resultan más fáciles de identificar que las Cistus en general, jejeje.
EliminarPrecioso Miguel! Me alegra mucho que hayas coincidido con Miguel Urquijo. Claro que sabe de esto y, además, han conseguido maravillas de algunos terrenos hostiles, así que, no desesperes y sigue así, que estás encontrando verdadera inspiración en la naturaleza, que es la verdadera experta. Procura cuidar bien esos ejemplares tan valiosos de Recius espectacularis, sus flores son mágicas :-). La flor amarilla (tercera desde abajo) creo que es una especie de cistus: alcayuela (Halimium ocymoides). Un abrazo. María José
ResponderEliminarGracias María José. Seguiremos perseverando... con el jardín y con los ejemplares de Recius espectacularis :-)
EliminarY sí, viendo fotos en internet tanto por la flor como por la hoja creo que has dado en el clavo: habemus Halimium ocymoides!!!
Preciosas fotos y preciosas especies. La santo línea diría que es la chamacyparissus.
ResponderEliminarUn saludo!
Muchas gracias Isabel. Posiblemente tengas razón con la variedad de Santolina. Tengo pendiente identificar en condiciones las que hay por la zona (ahora están preciosas)
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