Repollo (a poder ser cortado el día antes en una huerta del valle del Hudson, o de la huerta de Navrra, da lo mismo y que al abrirlo por la mitad deslumbre de blancura y huela a ricos jugos vegetales)
Sofreir un par de ajos.
Freírlo el repollo bien picado en la sartén, con mucha paciencia y removiendo mucho (yo no consigo que se queme si no añado algo de agua)
Añadir vino blanco y pimienta en grano.
Añadir unos langostinos cortados en trozos pequeños.
Mezclarlo bien con unos espaguetis para que cojan todo el sabor.
Plato inspirado por uno de un restaurante italiano de Amsterdam Avenue y la 84, Zeleste, un sitio sin ningún encanto, ni en la decoración ni en el servicio, pero con una cocina excelente.
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