miércoles, 17 de diciembre de 2014

Jaap de Vries - La Dutch Wave sigue en lo más alto

Jaap de Vries y yo tenemos algunas cosas en común. Los dos practicamos la jardinería por afición. Los dos nos hemos encontrado en algún momentos de nuestras vidas con un jardín que nos ha hecho sentir que debíamos crear algo así. Los dos consideramos las gramíneas como un elemento imprescindible para conseguir que nuestro jardín nos entregue un sentimiento de naturaleza y los dos tenemos un huerto. Pero también tenemos al menos una cosa que nos diferencia. Él tiene un jardín maravilloso. Yo no. Y es esa diferencia la que le convierte en posiblemente el jardinero más interesante y motivador que puedo encontrar. Si él puede, yo puedo. Bueno, claro que puedes. Si tienes un pedazo de terreno sólo tienes que encargar tu jardín a uno de los excelentes diseñadores que conoces. Sí, es verdad, pero hacer eso sería renunciar a una de las cosas más emocionantes y divertidas que me han pasado en los últimos tiempos. Este año un excelente paisajista me contaba que en muchos años de profesión no ha llegado a diseñar un jardín para alguien que luego se encargara de su mantenimiento. Sus clientes siempre han contratado el diseño y el mantenimiento posterior. Me resultó una historia triste. Este jardinero puede presumir de tener muchos jardines, pero sus clientes no tienen ni uno. Porque puede que un trozo de tierra te pertenezca, pero si nunca llegas a mancharte de tierra la uñas, no creo que puedas decir que tienes un jardín. Yo voy más lejos. Yo además quiero diseñar mi jardín. Y por supuesto esto no es un alegato contra los profesionales de la jardinería, faltaría más. Sin su trabajo yo no sabría ni por donde empezar. Y desde luego mi aproximación acarrea un coste, el de mi falta de conocimientos, experiencia y tiempo. Pero yo quiero diseñar, plantar y mantener mi jardín simplemente porque me resulta tremendamente divertido. Tampoco creo que pueda vivir sin los agricultores y granjeros pero no renuncio a mi huerto y mis gallinas.  Yo quiero seguir los pasos de Jaap de Vries. Y si los astros me resultan favorables, quizás algún día pueda presumir de tener un jardín como el suyo, o al menos la mitad de bonito que el suyo. 
Hace unas semanas escribí a Jaap para pedirle permiso para utilizar sus fotos en este blog y conocer algo más sobre su jardín. Su respuesta fue de una amabilidad exquisita (¿hay alguna otra disciplina artística donde se respire mayor simpatía y amabilidad que en la jardiería? Yo no lo creo) y más que información técnica sobre su jardín, me entregó toda una filosofía de jardinería y de vida. Gracias a su respuesta ahora sé que Jaap comenzó a practicar la jardinería en un momento en el que la Dutch Wave empezaba a ser famosa, y que sus raíces jardineras penetran en la obra de Ton ter Linden, Henk Gerritsen y Piet Oudolf, sin dejar tampoco de beber de otras fuentes como el jardín alemán de Hermannshof y libros como The American Meadow Garden de John Greenlee. Después de practicar la jardinería durante unos cuantos años, hace tan solo 5 años comenzó su segundo jardín en el pequeño pueblo al norte de Holanda donde vive. En este jardín se pueden respirar todas aquellas referencias, sus años de experiencia y un gusto estético indudable y fuera de lo común.  La zona de su jardín más conocida, que podríamos definir como una pradera de vivaces, ocupa un terreno de aproximadamente 3.000 metros cuadrados de suelo arenoso. Allí, una gran variedad de vivaces, gramíneas y anuales típicas de los jardines de la Nueva Ola de Vivaces se entremezclan en un conjunto de macizos de formas orgánicas a través de los que se puede pasear. En esas plantaciones Jaap practica una aproximación a la jardinería que sería muy del agrado de Beth Chatto: cultiva aquellas plantas que puedan desarrollarse en su suelo y clima, y descarta el empleo de fertilizantes o grandes enmiendas del suelo. Si tienes arena, planta lo que pueda desarrollarse en la arena. Pero quizás en el aspecto más motivador de este jardín para mí sea que ha sido creado sin la elaboración de planos previos, el jardín se ha desplegado en un proceso artesanal que volcó poco a poco en las plantaciones todo el conocimiento sobre combinación, espacio, balance, ritmo y armonía que debe guardar la cabeza de Jaap. No ha habido maquinaria pesada, ni grandes obras de infraestructura en este jardín. Sólo cinco años y el trabajo de Jaap con una pala y una carretilla separan lo que supongo debió ser un prado de gramíneas nativas de el jardín de vivaces que podemos ver en las siguientes fotos. Cuesta creerlo después de ver las fotografías de Jaap, porque además de un excelente jardinero es un excelente fotógrafo que alegra casi a diario a su legión de seguidores en facebook.  Y no puedo terminar sin dejar unas palabras del propio Jaap, que resumen unos principios de jardinería que comparto de principio a fin, y que bien pensado habrían bastado para comentar esta entrada: 

"Cuando mis visitas me preguntan si tengo algún secreto y cómo lo hago, mi respuesta es: no tengo secretos, simplemente lo hago. Siempre les digo que no tengan miedo y que intenten hacerlo. Realmente no hay reglas. Simplemente hay que encontrar las plantas que te gustan y tratar de hacer una bonita combinación con ellas. Si no te gusta el resultado, siempre puedes cambiarlo. Si trabajas así, estarás creando un poco de tu propio estilo y aprenderás qué funciona y que no funciona. Creo que hay una única cosa que es realmente importante y es esta: elige y trata de encontrar las plantas que quieran crecer en tu suelo"

(After the photos you can see the english version of this post)


















Jaap de Vries and I have some things in common. We both practise gardening as a hobby. We both have encountered at some moments of our lives a garden that made us feel that we should create something similar. We both consider grasses as an essential element so that our garden gives us a feeling of nature. And we both have a kitchen garden. But he has something I don't have. He has a wonderful garden. I do not. It is this difference that makes him possibly the most interesting and motivating gardener I can find. If he can, I can. Well, of course you can. If you have a piece of land just hire one of the great designers you know. Yes, it is true, but doing so I would give up one of the most exciting and fun things that have happened to me in recent times. This year an excellent landscaper told me that in many years in the profession he has failed to design a garden for someone who is then responsible for its maintenance. His clients have always hired a professional for the design and maintenance. I thought it was a sad story. This gardener has many gardens, but their clients can't really say "this is my garden". Because maybe a piece of land belongs to you, but if you never get soil under nails you can't say you have a garden. I go further. I also want to design my garden. Of course this is not an argument against professional gardeners. Without their work I would not even know where to start. And of course my approach carries a cost, the cost of my lack of knowledge, experience and time. But I want to design, plant and maintain my garden just because I find it great fun. Similarly I don't think I can live without farmers but I won't give up my kitchen garden and my hens. I want to follow in the footsteps of Jaap de Vries. And if I'm lucky, maybe some day I can boast about having a garden like his, or at least half as nice as his.
A few weeks ago I asked Jaap for permission to use his photos in this blog and learn more about his garden. His response was exceptionally kind (is there any other art form where there is greater kindness than in gardening? I don't think so) More than technical information about his garden, he gives me an idea about his philosophy of gardening and life. From his reply now I know that Jaap began practising gardening at a time when the Dutch Wave began to be famous, and that their planting roots stems from the work of Ton ter Linden, Henk Gerritsen and Piet Oudolf, while drinking from other sources such as the German garden Hermannshof and books like "The American Meadow Garden" by John Greenlee. After practising gardening for years, just five years ago he began his second garden in a small town in the north of Holland where he lives. In this garden you can breathe all his references, years of experience and and his undeniable and unusual aesthetic taste. The best known area of his garden, which could be defined as a perennial prairie, covers an area of approximately 3,000 square meters of sandy soil. There you will find a variety of perennials, grasses and annuals typical of the gardens of the New Wave of Perennials combined in a set of borders with organic forms through which you can walk. In these plantations Jaap puts intro practice an approach to gardening that would be liked by Beth Chatto: cultivating plants that can grow in a suitable soil and climate, discarding the use of fertilizers or changes to the soil. If you have sand then plant what can grow in the sand. But perhaps the most motivating aspect of this garden for me is that it has been created without the preparation of preliminary plans. The garden has been deployed in an artistic and manual process that step by step converted Jaap's knowledge of combining, space, balance, rhythm and harmony into plantations. 
There has been no use of heavy machinery, or major infrastructure projects in this garden. Only five years and Jaap's work with a shovel and a wheelbarrow separate what I assume must have been a meadow of native grasses from the perennial garden that we see in the following photos. Hard to believe after seeing the pictures of Jaap, who as well as an excellent fielder is an excellent photographer who persistently delights his legion of followers on facebook. And I can't finish without quoting a few words of Jaap's, summarizing principles of gardening that I share from beginning to end:

"When visitors of the garden ask me if I have some secrets and 'how do you do it', then my answer is: 'I don't have secrets I just do it'. I always tell them not to be afraid and try to do your own thing. There are no rules really. Just try to find out what plants you like and try to make a nice combination with it. If you don't like it you can always change it. If you work like that you are creating a bit of your own style and you learn what works and what doesn't. I think there is one thing that is really important and that is: 'choose/try to find out the plants that want to grow in your soil'.

sábado, 13 de diciembre de 2014

¿Por qué un blog?

Es inevitable, con la llegada de las primeras lluvias que descartan salir al jardín me encuentro un sábado a las 7 de la mañana con cara de abobado pensando a ver qué hago yo hoy todo el santo día. Y así, un año más retomo la lista imposible de libros pendientes, vuelvo a hacer pan y me convenzo de que juego al Hay Day sólo porque a mis hijas les gusta y alguien tiene que poner orden en esa granja. Y haga lo que haga, hay un ruido de fondo que no deja de acompañarme, ese no dejar de darle vueltas a cómo dar forma en este blog a la tontuna de turno que me apetece contar. Pero últimamente me ronda por la cabeza la duda de por qué escribir un blog. Con la melancolía del invierno uno se plantea ciertas cosas y el escribir un blog también se cobra sus víctimas. Soy como todos esclavo del tiempo y una parte no despreciable de este mi bien más preciado se escurre entre estas líneas. Podría dejarlo y dedicarme a leer más (yo antes leía más), a cocinar más (me gustaría cocinar más), a hacer más deporte (debería hacer más deporte) o a jugar al parchís con mis hijas (no, más no, por dios). Pero la realidad es que muchas veces lo que me pide el cuerpo no es ninguna de esas cosas, muchas mañanas de sábado mi afán sigue siendo el seguir descubriendo, estudiando y escribiendo. ¿Por qué? Bueno, habría muchas razones. Desde luego no porque vaya a obtener un bien tangible. Quizás la primera de las razones es la que nos da Mario Vargas Llosa. Al que le gusta escribir escribe porque no le queda otra:
Tal vez el atributo principal de la vocación literaria sea que quien la tiene vive el ejercicio de esa vocación como su mejor recompensa, más, mucho más, que todas las que pudiera alcanzar como consecuencia de sus frutos. Esa es una de las seguridades que tengo, entre muchas incertidumbres sobre la vocación literaria: el escritor siente íntimamente que escribir es lo mejor que le ha pasado y puede pasarle, pues escribir significa para él la mejor manera posible de vivir, con prescindencia de las consecuencias sociales, políticas o económina que pueda lograr mediante lo que escribe - Mario Vargas Llosa, Cartas a un Joven Novelista
Pero aquí Vargas Llosa habla sobre las motivaciones de la escritura en el contexto de la creación literaria de mundos fantásticos, y la escritura de un blog, o mejor dicho la publicación de un blog porque tan importante como sus textos suelen ser sus fotografías, tiene al menos en mi caso, más de investigación, diario o incontinencia verbal que de creación o invención, por lo que habría que buscar argumentos de más peso.
Una razón no desdeñable la encuentro remontándome a mis inicios en este blog. Si empecé a escribir es porque llegado ese punto en el que alcanzas una edad en la que dejas de sentirte inmortal, sientes también la tristeza de lo olvidado. Muchas de mis primeras entradas las etiquetaba como Antídoto contra el Olvido. Y es que un blog es una herramienta inigualable para registrar y guardar lo que en un momento efímero ha sido una motivación, una reflexión o una ilusión. Me genera cierta desazón pensar que si quiero saber algo sobre la historia de la jardinería con una simple búsqueda en internet me podré remontar a los jardines colgantes de Babilonia, pero que si me despisto quizás no sea capaz de recordar con el detalle que me gustaría la historia de mi jardinería sólo dos años atrás. 
Escribo también porque me he dado cuenta de que el acto de escribir me permite profundizar y asentar las ideas de una forma que con la lectura no alcanzo. En su libro autobiográfico The Education of a Gardener, Russell Page cuenta que a la edad de 26 años empezó a dibujar composiciones de jardines, y pasaba horas y horas armado de libros, papel y lápiz tratando de interpretar a través de precisas medidas los sentimientos que esas proporciones y composiciones habían despertado en él. Gracias a ese ejercicio se dio cuenta de lo evanescente y superficial de sus observaciones anteriores. Desde entonces se acostumbró a volcar en dibujos y diagramas distintos objetos con los que se cruzaba en sus proyectos de diseño, y esta disciplina le ayudó no tanto a acumular una documentación formal como a entrenar a su ojo y su mente a analizar y registrar más cuidadosamente. Incluso el momento dedicado a un rudo garabato, le ayudaba a absorber con mayor plenitud los detalles de lo que estaba observando. Pues bien, yo no dibujo pero sí escribo y fotografío, y siento que desde que intento pasar a letras o píxels alguna de las muchas cosas que se cruzan en mi camino, en mí queda un sedimento mucho más estable que el agua turbia de una simple observación o lectura.
Pero no nos engañemos y seamos honestos, hay un último aspecto que no podemos dejar de lado: si escribo, es porque en el fondo de mis valores más generosos y por descontado de los más canallas, tengo la esperanza de que alguien me lea. Ah picarón, entonces es que eres un poco exhibicionista y vanidoso... bueno, igual un poco, pero no creo que sean esos mis peores defectos ni los que justifiquen estas líneas. De hecho durante mucho tiempo escribí con seudónimo. ¿Por qué dejé de escribir con seudónimo? Porque un buen día me di cuenta de que había gente que me leía y estaba interesada en comunicarse conmigo, y un seudónimo puede ser una barrera de entrada, un muro que mucha gente (yo el primero) no le va a apetecer saltar. Y aquí llegamos al quid de la cuestión. Gracias al blog no dejo de descubrir y de aprender. Gracias al blog he conocido a profesionales y aficionados al mundo de la jardinería de lo más interesantes. Gracias a la labor de investigación a la que me empujan las ganas de escribir he descubierto trabajos increíbles. Gracias a la motivación nacida de las ganas de publicar algo que me resultaba especialmente excitante me he atrevido a escribir a profesionales y aficionados que más allá de su excelencia artística se me han mostrado como estupendas personas, y gracias a que alguna de estas entradas ha valido al menos para entretener a alguien tampoco han faltado los que han tomado la iniciativa y se han presentado ellos mismos con el único fin de decirme alguna cosa amable. Y así poco a poco, empujado por las ganas de seguir conociendo y descubriendo, uno sigue escribiendo, y por eso creo que es de justicia que las próximas entradas vayan a tratar sobre mis dos descubrimientos más recientes y motivadores, y sobre la paisajista sin la que a estas alturas aún seguiría escribiendo con seudónimo o directamente no seguiría escribiendo. En  fin, que si nadie lo impide seguiremos escribiendo y en pocas semanas en sus pantallas habituales: 
  • Jaap de Vries - Una obra de arte en Holanda.
  • Arboretum Trojanów- La belleza del este. 
  • Amalia Robredo - La inspiración más valiente.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Rocío

Rocío: vapor que con la frialdad de la noche se condensa en la atmósfera en muy menudas gotas, las cuales aparecen luego sobre la superficie de la tierra o sobre las plantas.
Escarcha: rocío de la noche congelado
Y sobre este tema, el resto lo dicen las gramíneas de nuestro jardín.


 















 




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