viernes, 28 de julio de 2017

La buena salud de los jardines naturalistas en España


Andre Malraux dijo: el siglo XXI será espiritual o no será. Vaya usted a saber qué quiso decir con eso. Si es que lo dijo, que tampoco está tan claro. Pero es una frase que suena bien, muy contundente, muy profunda. Así que mucha gente la repite, la rebate o la adapta. Ahí va mi adaptación: en el siglo XXI la jardinería será naturalista o no será. No aplicaré derechos de autor sobre la frase, porque en el fondo me parece una perogrullada. Opino que hay que diferenciar el marco del contenido, y que el naturalismo de la jardinería está en el contenido y no en el marco. Como además para mí, naturaleza es prácticamente todo, no me resulta complicado encontrar contenidos naturalistas, por lo que mi visión de lo que es un jardín naturalista es tan amplia que obviamente la jardinería será y es naturalista. Pero esto es hacer trampas porque es cierto que la gente suele tener una idea algo más concreta sobre lo que son jardines naturalistas. ¿Será cierta la frase con una definición algo más acotada de lo que es o deja de ser naturalista? Pues obviamente no lo sé, pero sí creo que debería ser cierta, y más aún en un país como España.  De entre las muchas cosas que pueden definir lo que se entiende en estos días por jardín naturalista, yo me voy a quedar con dos como esenciales: 
  • Perseguir la generación de un impacto emocional en el espectador a través de la evocación de un modelo natural. 
  • Mejorar la huella ecológica del jardín: hacer un uso eficiente del agua, reducir el empleo de productos químicos y maquinaria, y muy especialmente generar ecosistemas que aporten valor a la vida salvaje. 
Estos aspectos que son importantes en general, deben serlo más aún en España en particular. El primero me parece importante porque en España no destacamos especialmente por valorar la naturaleza. Por poner un ejemplo, el interés por la jardinería en nuestro país está muy lejos del existente en otros países. Esto más que opinable es medible, sólo hay que comparar el número de publicaciones, eventos y negocios relacionados con el ramo. Así, buscar a través de un jardín una interpretación de la naturaleza que sea capaz de despertar algo en el espectador, puede ser la mejor de las maneras para que ese espectador se interese por la naturaleza y paisajes que hay más allá del jardín. Respecto a la importancia del segundo punto, creo que la dureza y aridez de nuestro clima dejan más que claro que trabajar en soluciones que ayuden a la resilencia y sostenibilidad de los jardines es casi un deber. Por estas razones y por mis gustos particulares me alegra ver que desde el momento en el que empecé a escribir este blog hasta el día de hoy, la situación en lo que respecta a los jardines naturalistas en España ha mejorado. Ahí van tres ejemplos en los que me apoyo para asegurar esto.

Difusión internacional del trabajo de paisajistas españoles

No es habitual encontrarse en ediciones extranjeras de libros y revistas sobre jardinería (y menos en las españolas, porque apenas existen) ejemplos de jardines españoles. Cuando aparecen suelen ser jardines de Fernando Caruncho, jardines en España de autores extranjeros como Arabella Lennox Boyd  o jardines que recuerden a la Alhambra de Granada cuando no son la propia Alhambra de Granada. Pero en el último año revistas como Garden Illustrated en Gran Bretaña o Garden Design en Estados Unidos, han publicado reportajes sobre algunos jardines de Miguel Urquijo, Renate Kastner y Fernando Martos. Las publicaciones de estos jardines nos alejan de los tópicos sobre la jardinería en nuestro país y demuestran que el buen hacer  de un paisajista puede lograr que el clima español sea compatible con las nuevas corrientes de jardinería sin renunciar a un sello personal y cultural. La excelente fotógrafa Claire Takacs me ha permitido emplear alguna de sus fotos como muestra de las maravillas con sello español que se están publicando en revistas extranjeras.

Jardin en Salamanca de Miguel Urquijo y Renate Kastner. Foto de Claire Takacs

Jardin en Rascafría, Madrid, de Miguel Urquijo y Renate Kastner. Foto de Claire Takacs

Jardin en Consuegra, Toledo, de Miguel Urquijo y Renate Kastner. Foto de Claire Takacs

Jardín en el Casar, Guadalajara, de Fernando Martos. Foto de Claire Takacs

Jardín en el Casar, Guadalajara, de Fernando Martos. Foto de Claire Takacs


Nuevos jardines de corte naturalista

El grupo de paisajistas españoles trabajando en la creación de jardines muy interesantes no es nada despreciable y en los próximos años vamos a poder disfrutar poco a poco del trabajo que están desarrollando. Hace poco más de un mes tuve la oportunidad de visitar un nuevo jardín de Miguel Urquijo en Ávila y de la visita salí (y ya sé que Miguel me va a llamar de nuevo exagerado) atónito. De la ilusión y pasión por el buen hacer compartidos por el diseñador y el propietario, ha nacido un jardín que en su arriesgada concepción, dimensiones, empleo de materiales locales, selección de especies vegetales y adaptación a un paisaje y arquitecturas seculares, aporta un nuevo salto de calidad a nuestro panorama paisajista. Es necesario esperar un par de años más a que el jardín alcance su madurez, pero lo veremos.
Pero como ejemplo de los jardines tan interesantes que se están haciendo he elegido uno del que sus autores ya han publicado fotografías y que se encuentra en mi lista particular de maravillas. Se trata de una cubierta vegetal en Madrid diseñada por Enriqueta León y Olmo Rengifo. Las fotos tomadas de la web del estudio (estudio Planta Paisajista) muestran el jardín en su segundo año. No hay mejor muestra que estas fotos de que los diseños naturalistas basados en vivaces entregan resultados con una rapidez y espectacularidad sorprendentes. Me resulta muy esperanzador que en España haya clientes que busquen soluciones como esta para la cubierta de su vivienda. Y más esperanzador aún que haya paisajistas capaces de ejecutarlo con semejante maestría. 
Cubierta vegetal en Madrid del estudio Planta Paisajista

Cubierta vegetal en Madrid del estudio Planta Paisajista

Cubierta vegetal en Madrid del estudio Planta Paisajista

Cubierta vegetal en Madrid del estudio Planta Paisajista

Cubierta vegetal en Madrid del estudio Planta Paisajista


Experimentación con nuevas aproximaciones a la jardinería en nuestro clima

Desde hace años, los autores Nigel Dunnet y James Hitchmough están trabajando en una aproximación al diseño de jardines basada en la siembra de mezclas de semillas. Sus trabajos particulares y sus colaboraciones con diseñadores como Tom Stuart-Smith y Sarah Price han dado resultados que muestran ya sin ninguna duda la validez de su propuesta. En España también hay paisajistas que están trabajando en esta línea en la que es clave la creación de mezclas de especies adecuadas a la aridez y raquitismo de nuestros suelos. De entre estos estudios me quedo con los de Miguel García Ovejero y sus ensayos en el parque Felipe VI y en el Real Jardín Botánico, los dos en Madrid. Sus praderas ya han demostrado que las mezclas de anuales en nuestro clima ofrecen resultados que despiertan el interés de los madrileños. Durante este año sus estudios avanzan en la línea de mezclas de vivaces y sus campos de prueba en el Jardín Botánico, en un entorno mucho más controlado y menos agresivo que las antiguas escombreras plagadas de conejos del Felipe VI, pueden entregar resultados muy interesantes.  
Plantación de Anuales en el Botánico de Madrid

Plantación de Anuales en el Botánico de Madrid

Plantación de Anuales en el Botánico de Madrid

Plantación de Anuales en el Botánico de Madrid


Al rebufo de todos ellos esperemos seguir practicando la jardinería y escribiendo.

martes, 18 de julio de 2017

15/07/2017


Me he dado cuenta de que mis ramos son como mis jardines: caóticos, desorganizados y carentes de toda estructura. Pero tienen una enorme virtud: a mí me encantan. Y como el diseñador, jardinero jefe, aprendiz de jardinero, jardinero a secas y principal cliente de mis jardines se llevan todos bastante bien (alguna ventaja tenía que tener ser Juan Palomo), pues todos tan contentos. Por ponerles alguna pega he de reconocer que el otro cliente principal, mi mujer, no sé si lo tiene tan claro. Empiezo a pensar que, cuando me repite insistentemente que nuestros jardines necesitan más orden y estructura, es que igual está pensando que necesitan más orden y estructura. Habrá que darle una vuelta al asunto. Yo por si acaso este ramo lo he ido colocando por aquí y por allá dentro del orden y estructura que ella le ha dado a la casa, y creo que no queda nada mal. Ya saben, las plantas que suavizan el hardscape. 


Si hay algo que me llena de satisfacción es leer a algún experimentando e inteligente escritor diciendo algo que yo he pensando antes. A ver, entiéndanme, no estoy diciendo que yo lo haya pensando antes que el experto e inteligente escritor, sino que lo he pensando antes de haberlo leído. Pues con este ramo me vienen dos ejemplos a la cabeza. Cuando empecé a observar los jardines naturalistas una de las primeras ideas que se me ocurrieron fue que no había nada más naturalista que dejar que las plantas se sembrasen y expandieran solas por el jardín. Ni más cómodo para mis pocas ganas de trabajar. En fin, podrían decirme como en la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, cuando el emocionado Don Rodrigo clama que acertó a fundar Caracas y el narrador le responde con bastante sarcasmo que tanto acertó a fundarla que la fundó en pleno centro de Caracas, que ya estaba fundada pero él no la vio. Pues eso me pasó a mí. Será por referencias sobre la capacidad de las plantas para resembrarse y expandirse por sus propios medios en los jardines. Hasta un libro entero, Cultivating Chaos, hay sobre el tema. Pero entonces yo no lo había leído, qué quieren. Pues bien, todas las plantas que aparecen en este ramo se da la casualidad de que bien podrían ser incluidas como ejemplos en Cultivating Chaos (quizás lo estén, no lo recuerdo ahora, antes no lo había leído y ahora lo he olvidado, qué cosas), porque todas ellas se resiembran a base de bien aunque con sus peculiaridades. 

Dipsacus fullonum, A. millefolium, A. filipendulina, Verbena bonariensis, Allium sphaerocephalon, Pennisetum villosum
Les decía que eran dos la ideas de estas tan disruptivas que suelo tener las que me habían venido a la cabeza con este ramo. La segunda la recuerdo perfectamente como un momento de iluminación que tuve paseando a orillas del Riaza. De esto hará la friolera de diez años, cuando aún no habíamos arrancado el jardín y fijándome en las altísimas flores de una especie de cardo del que desconocía hasta el nombre, pensé lo interesante que sería emplear plantas tan bonitas y silvestres como esa en nuestro jardín. Al cardo en cuestión en algunos sitios lo llaman Cardencha y no tardé demasiado en descubrir que es la Dipsacus fullonum, una bianual que por supuesto ya había sido usada hace décadas con entusiasmo por jardineros como Beth Chatto o Christopher Lloyd. Su estructura floral me sigue pareciendo espectacular y aunque es muy abundante en cunetas y prados con cierta humedad en los pueblos de la zona, a mí me ha costado lo suyo conseguirla. Y cuando la he conseguido no ha nacido dónde yo la había sembrado, sino donde le ha dado la gana. Me parece bien, quién soy yo para imponerme. 

Dipsacus fullonum
Otra flor que busqué para mi jardín después de verla florecer en lugares paupérrimos, es la Achillea filipendulina. Es una planta muy interesante porque su flor de cima aplanada, como la de las umbelíferas, hace un contrapeso estupendo con las gramíneas y otras flores de porte más esférico. Además la flor dura muchas semanas y deja un esqueleto que aporta estructura hasta bien entrado el invierno. Su abundancia en cunetas y eriales me hace pensar que es una de esas plantas que deben ser capaces de expandirse por su cuenta en el jardín aunque en el mío se han comportado de una manera bien recatada. Igual están esperando a que me confíe. 

Flores amarillas de Achillea filipendulina

Flor de Achillea filipendulina
La tercera especie que aparece en el ramo es estrictamente hablando una mala hierba, porque nadie la ha plantado. Diría que es Achillea millefolium, una especie de achillea a la que no había hecho mucho caso hasta ahora porque en las zonas de mi parcela dónde crece de manera espontánea no sube más de quince centímetros del suelo. Pero cuando ha logrado llegar a las plantaciones del jardín, con la ayuda de los riegos y el suelo mejorado, su porte es mucho mayor y es una excelente planta de relleno. Estoy tratando de favorecer su expansión al tiempo que introduzco alguna de las variedades de color.

Flores de Achillea millefolium
 Los Pennisetum están entre mis gramíneas favoritas. Hay pocas plantas tan capaces de capturar la luz como las inflorescencias de estas hierbas que llegan a parecer metales incandescentes cuando reciben la luz en un ángulo adecuado. Hay muchas especies de Pennisetum interesantes, pero exceptuando unas pocas como Pennisetum alopecuroides, la mayoría tienen el inconveniente de no soportar el frío que deben cascarse a los 1.100 metros de altitud de nuestra parcela. Una de las que se encuentra en su zona límite es Pennisetum villosum y la planté sólo porque me las encontré en un vivero y tuve uno de esos momentos y por qué no. Para mi sorpresa han resistido el frío, aunque este año empiezo a pensar que se están comportando como anuales que se resiembran generosamente aunque sin salirse de su zona de plantación inicial. Sea como sea florecen mucho antes que Pennisetum alopecuroides y si un año desaparecen las echaremos de menos. 

Pennisetum villosum

Pennisetum villosum
La quinta planta presente en el ramo es la archiempleada Verbena bonariensis. Es espectacular  por la altura que alcanza y la duración de su floración que se extiende durante todo el verano, pero algunos paisajistas han dejado de usarla por lo mal que envejece. En mi jardín cada año las plantas han tenido una altura menor y el cuarto año han terminado por desaparecer. Pero a partir de sus semillas han aparecido otras muchas nuevas plantas que en su primer año vuelven a mostrar un porte espectacular. Eso sí, sólo germinar en sitios especialmente favorables con buen aporte de agua. En mi jardín lo hacen sobre todo en el huerto, supongo que llegadas allí en el compost que consigo principalmente de los desechos de las podas de los jardines de vivaces. 



La última planta es mi ajo favorito, el Allium sphaerocephalon. Es otra planta que es nativa en nuestra zona y aparece por aquí y por allá dentro de la parcela. De nuevo si le das buena tierra y algún riego su altura es mucho mayor. A veces tan mayor que puede llegar a tumbarse como me ha sucedido este año en una nueva plantación. En mi jardín comparte aunque reducida la problemática de otros allium. En lugar de naturalizarse tiende a desaparecer, supongo que como efecto de crecer en un terreno muy arcilloso. No me importa, un paquete de estos bulbos es regalado y se plantan en un momento. 

Allium sphaerocephalon

Allium sphaerocephalum, Achillea millefolium, Verbena bonariensis




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