martes, 31 de enero de 2012

Quinta do Palheiro Ferreiro

Decía Borges que se sentía más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito. A mí debe pasarme parecido, porque me siento orgulloso de los jardines que he visitado. La Quinta do Palheiro la visité en un viaje de hace cinco años a una isla que es la locura de un aficionado a la botánica. Madeira, tiene una posición geográfica y una topografía que le otorgan un clima subtropical oceánico privilegiado. Si a eso se une el hecho de ser un lugar de paso entre distintas rutas marítimas intercontinentales donde a lo largo de la historia han pasado multitud de marinos, misioneros, botánicos y otras hierbas de distintas nacionalidades, es fácil entender la justicia del sobrenombre de isla jardín que algunos le dan. 
La Quinta do Palheiro Ferreiro o Blandy Gardens, son la obra de la familia Blandy desde 1885. Aunque, de manera previsible dados los autores y la época, tiene unos cuantos pequeños jardines formales de estilo inglés, en el libro The Garden Book de la editorial Phaidon, ponen el jardín como ejemplo del estilo salvaje de William Robinson. Después de un pequeño paseo por la zona del jardín bautizada con el significativo nombre de Valle del Infierno, no es posible discutir la afirmación. 
El jardín me impactó especialmente por sus impresionantes ejemplares de árboles exóticos por estos lares. A continuación algunas fotos que tomé de algunos de ellos, como un Metrosideros excelsa nativo de Nueva Zelanda, un Pinus patula mexicano, Araucaria heterophylla y Dicksonia antartica australianas, Araucaria araucana chilena o Liriodendron tulipifera de Norteamérica. Un paseo por el mundo en cuatro fotos. 






lunes, 30 de enero de 2012

Winkworth Arboretum

Se encuentra en Surrey, Inglaterra y es un buen ejemplo de lo que puede dar de sí con tiempo (y dinero, claro) una afición tan sana como la jardinería. Parece que este parque, jardín, colección de árboles o como queramos llamarlo, se lo debemos al Dr. Wilfred Fox, un dermatólogo vecino de una granja cercana con posibles para comprarse un terreno silvestre y ondulado de unas 40 hectáreas que se deslizan hacía varios lagos y dedicarse a variar el paisaje con árboles y arbustos traídos de aquí y de allá. La parcela la adquirió en 1937 (tenía 62 años, así que parece que esta pasión no decae con la edad) y ya en 1952 donó 62 acres a la National Trust, institución del gobierno británico que vela por los intereses de los lugares de valor histórico o especial belleza natural. Parece que la cosa se le dio bien. Cinco años después donaría otros 35 acres y ya todo el arboreto es propiedad del gobierno. 
Este hombre me cae especialmente bien, porque además de este arboreto creó una asociación para el embellecimiento de los caminos con árboles atractivos. Qué falta nos haría un espíritu así en España, empeñados durante muchos años  en eliminar cualquier arbolado de las carreteras y caminos. Qué bien vendría una asociación que enseñara a quienes deciden las plantaciones en línea de nuestras calles que hay un mundo por descubrir más allá del plátano de sombra. Y eso que últimamente estamos mejorando y no es raro encontrarse plantaciones bien exóticas en sitios insospechados.  En fin, que Winkworth Arboretum y sus 1000 especies de árboles no está demasiado lejos de Westonbirt Arboretum, a unas cien millas, así que tendré que empezar a pensar en artimañas para convencer a G. de hacer un viaje al sur de Inglaterra en otoño.









miércoles, 25 de enero de 2012

Benmore Botanic Garden


A solo 22 millas del Ardkinglas Woodland Garden, se encuentra otra poderosa razón para visitar la zona de Argyll. Tan poderosa como las 49 secuoyas gigantes que forman una avenida impresionante en su entrada. Plantadas en 1863 (originalmente se plantaron 50, pero una de ellas no resistió los temporales de 1968) por el primer dueño del jardín, el americano y millonario Piers Patrick (dicen que plantó más de seis mil árboles, muchos coníferas, qué tío), algunas alcanzan alturas superiores que rondan los 50 metros. 
El jardín, perteneciente al jardín botánico de Edinburgo, tiene una extensión de 49 hectáreas y se asienta a los pies de unas montañas en una disposición que por alguna razón que se me escapa me recuerda a La Granja. Además de enormes ejemplares de coníferas (la más alta un Abeto Douglas que medía ya 64 metros en el 2005) y un jardín formal que incluye una importante colección de coníferas (en este caso apropiadas para jardines pequeños, osea, enanas) el parque se aprovecha de su clima privilegiado (la corriente del golfo caldea a la nórdica Escocia) y ha añadido recientemente espacios dedicados a representar la flora de Bhutan, Chile, Japón y Tasmania. Un jardín de gigantes y nombres tan sugerentes como Japanesse Valley, Tasmanian Ridge, Chilean Rainforest Glade o Bhutanese Glade, es un must to (Dios, cómo odio esta expresión)

lunes, 16 de enero de 2012

Ardkinglas Woodland Gardens

Durante mucho tiempo pensé que Escocia era un inmenso desierto verde de montañas cubiertas de musgos y helechos. Prejucios que no sé de donde me saco. Escocia tiene bosques, y muchos. Y jardines también, como éste de nombre tan sugerente como El jardín del bosque de Ardkinglas, si se me permite la traducción libre. Sólo por ese nombre se merece una entrada en el blog. Y también por tener el árbol más alto de toda Gran Bretaña, un Abies grandis de 62 metros. Lo saben bien quienes se han subido recientemente a él para medirlo y recaudar dinero para una causa solidaria. Como ocurre con las secuoyas de La Granja, pese a su talla más que respetable este árbol aún no ha alcanzado el tamaño descomunal que alcanzan en su tierra de origen, la costa del Pacífico, tierra de gigantes donde se acumulan las especies de árboles más altas del planeta, con el permiso de los eucaliptos australianos. En Ardkinglas también presumen de tener la conífera más voluminosa de Europa, un abeto blanco (Abies alba), que no sé si será el más voluminoso de Europa, pero su tronco de más de diez metros de perímetro es realmente impresionante. También hay en este jardín ejemplares muy reseñables de especies exóticas como Fitzroya cupressoides, Chamaecyparis obtusa, Thuya plicata y Tsuga mertensiana var. jeffreyi. El jardín de 12 hectáreas a orillas de un larguísimo fiordo en el oeste de Escocia también destaca por sus colecciones de Rododendros.

domingo, 15 de enero de 2012

El Asedio

No despierta muchas simpatía Pérez Reverte. O para ser del todo justos, no despierta muchas simpatías Pérez Reverte entre mis familiares, ni idea de lo que sucederá de puertas para fuera, ni, como diría él, maldito lo que me importa. Muchos le tienen por un mercenario de la literatura que vive de las rentas. Difama, difama, que algo queda, porque no hace tanto que escuchaba a mi padre asignarle anacronismos, a él, que creo que es uno de los autores más se trabaja ese aspecto. Yo, como no me gusta hacer de abogado de nadie, ni me molesto en defenderle, descontando, eso sí, el dinero que ya me he dejado en libros de este autor regalados a este mismo que le acusa de poco riguroso. Pero la realidad es que a mí, que crecí leyendo y releyendo libros de Alejandro Dumas, me gusta mucho Arturo Pérez Reverte, y nunca dejaré de agradecerle encontrar en él la continuidad de las mejores novelas del autor francés, y digo las mejores, porque dejando aparte El Conde Montecristo, Los Tres Moqueteros, Veinte Años Después y El Vizconde Bragelonne, el resto de las novelas de Dumas (no muchas más) que he intentado leer me han parecido infumables. 
Que Pérez Reverte reproduce en algunas de sus novelas la capacidad literaria de  Dumas, es algo que nadie podrá quitarme de la cabeza, porque es en mi cabeza donde se mezclan los rasgos hasta hacerse imposible distinguir unos de otros, de Edmond Dantés, el Conde de la Fère, el Capitán Alatriste o un tal Capitán Lobo del que acabo de despedirme. 
Puede parecer simplista, y más en en estos tiempos que corren en los que hay tantos que se les llena la boca hablando de Cultura, pero no pido más y no me canso de repetirlo: en la literatura (como en el cine) busco principalmente entretenimiento. No me ha hecho falta más para arrastrar detrás de mí más de quinientas novelas (me da vértigo calcular lo que supone eso en tiempo) cifra más que suficiente para saber lo que me gusta o deja de gustarme. No ha hecho falta más, ni tampoco menos, porque a estas alturas, hecho el paladar literario a ciertas exquisitices, necesito para disfrutar con una novela mucho más que una historia entretenida, me hace falta mucha de esa carpintería de la que habla García Márquez, una buena estructura, una buena ambientación, verosimilitud, ritmo, creación del personaje, musicalidad en la prosa... yo qué sé, que esté bien escrita, leches. Y ésta debe estarlo porque Pérez Reverte ha conseguido mantenerme enganchado durante más de setecientas páginas y, lo que es mejor, recuperar esa sensación inigualable de regresar a casa con la prisa que otorga la historia inacabada que espera en una estantería. A algunos la intriga les parecerá cogida con alfileres, pero da gusto encontrarse de nuevo con esos personajes plagados de cicatrices, sonrisas atravesadas y almas retorcidas. Da gusto sentir que durante unas semanas has vivido en un Cádiz asediado por las tropas napoleónicas. Da gusto divertirse leyendo, sin más. 

jueves, 12 de enero de 2012

La lista crece

Para empezar el año, tengo los siguientes árboles en maceta esperando ser plantados: 
  • 9 Acer palmatum
  • 1 Picea abies
  • 1 Pinus flexilis Vanderwolf's Pyramid
  • 1 Cedrus atlantica glauca
  • 3 Larix decidua
  • 1 Cryptomeria japonica
  • 1 Pseudotsuga mensiesii
  • 1 Fagus sylvatica
  • 1 Nyssa sylvatica
  • 4 Ilex aquifolium
  • 1 Pistacia therebinthus
  • 2 Buxus sempervirems Faulkner
  • 1 Cerezo Negra de Saco
  • 8 Membrillos
  • 1 Patrón de peral
  • 3 Arándanos Bluecorp
  • 1 Frambueso Sungold
  • 1 Zarzamora sin espinas


Y además tengo pendiente trasplantar un camelio y una higuera. Creo que debo dejar de ir a viveros, física y virtualmente. 

miércoles, 11 de enero de 2012

The National Pinetum Bedgebury

138 hectáreas de coníferas intercaladas y rodeadas de miles de hectáreas de bosques de hayas en el condado de Kent, al este de Londres. Y no sólo coníferas, de arces, abedules y otras especies de frondosas también van bien servidos. Pero centrándonos en las coníferas, que para eso es un Pinetum, quizás la palabra todo sea demasiado pretenciosa, pero de acuerdo al listado de especies de su web, no creo que sea fácil encontrar especies de coníferas no representadas en su colección. 
El paso de las estaciones en otro imprescindible:

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