En el incansable y siempre evocador Blog de la Tabla, allá por el mes de Julio su autora publicó una entrada con un vídeo que me encantó. El vídeo muestra en poco más de cuatro minutos como una familia de Los Ángeles convierte una parcela con un deprimente aspecto de suburbio postindustrial en un bonito y productivo vergel. Si el vídeo me gustó tanto es porque me sentí muy identificado, porque este mismo año hemos vivido una historia muy semejante a la del vídeo, en algunos aspectos de una manera bastante literal. No tengo la paciencia para hacer un vídeo como el de los angelinos, pero si puedo aportar unas cuantas imágenes que demuestran lo relativamente sencillo que es conseguir darte el gustazo de comer tus propias verduras, y cómo dos niñas pueden pasar en pocos meses de pensar que de un bulbo de cebolla crecerá un hermoso cebollo con su tronco, sus hojas y sus ramas de las que colgarán preciosas cebollitas, a convertirse en todas unas hortelanas. Como dicen en el vídeo: So can you!
El trabajo en una huerta es ciertamente uno de los más gratificantes! Esa mesa de cocina con las caritas de las niñas es imbatible!!
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