Sheffield es una pequeña ciudad del norte de Inglaterra. El típico sitio que uno asocia a lluvia, cerveza, fútbol y decadencia después de la crisis siderúgica y minera de los años 80. Nunca he estado allí, así que supongo que me influye bastante que esta ciudad fuera el escenario de la película Full Monty. Tampoco ayuda que cuando busques algo sobre ella a las primeras de cambio te encuentres con lo que escribió George Orwell: Sheffield, supongo que podría reclamar justamente ser llamada la ciudad más fea del viejo mundo. Con esta imagen en la cabeza (seguro que injustificada) no deja de resultar sorprendente la cantidad de noticias y estudios interesantes sobre plantaciones naturalistas y ecología que parecen nacer en esta ciudad. En realidad no debe ser tan sorprendente, parece que hoy en día Sheffield es una ciudad con una pujante vida universitaria y una facultad de paisajismo que se ha hecho con un renombre mundial. Nigel Dunnet y James Hitchmough son profesores en esta universidad. Ambos son conocidos por sus trabajos relativos al diseño de plantaciones ecológicas y estéticamente atractivas y especialmente famosos desde su participación junto con Sarah Price en el desarrollo de las plantaciones naturalistas del Parque Olímpico de Londres. Su aproximación se diferencia de otras en que frente a la plantación de pequeñas plantas ellos apuestan por la siembra de mezclas de semillas. La siembra de semillas permite disponer de mayor diversidad de especies y mayor densidad de plantación, lo que conlleva ventajas como mayor competitividad con las malas hierbas y una sucesión estacional más rica. En ocasiones la siembra se complementará con la plantación de especies cuya obtención desde semilla sea especialmente complicada. Ese precisamente ha sido el planteamiento de la plantación que Nigel Dunnet y Tom Stuart-Smith han realizado en Valladolid, mi patria chica. Allí se plantó una matriz de arbustos que fue completada con la siembra de una mezcla de semillas diseñada por Nigel Dunnet. He visto esta plantación dos veces, en octubre del año pasado y en junio de éste, y mi interés sobre la misma ha crecido de manera exponencial (si alguien conoce al responsable de su mantenimiento estoy deseando tener la oportunidad de hacerle unas cuantas preguntas). En octubre la plantación se encontraba totalmente agostada y me resultó llamativa la radicalidad del planteamiento. Ni complejos sistemas de riego a la vista ni mejora de un suelo paupérrimo, yesoso y pedregoso. Naturalismo extremo. Debo reconocer que no aposté mucho por el éxito de la plantación en semejante ambiente. Pero este año a finales del mes de junio me encontré con una comunidad vegetal exuberante que sin desentonar con la vegetación natural de la zona incorporaba eso que algunos llaman el factor wow. En mi caso el wow vino a estar bien representado por el ¡¡¡haalaaaaaa, pedazo de jardín!!!, que soltó una de mis hijas.
Hay que aplicar mucha ciencia y conocimiento de la ecología del lugar para lograr un resultado así en un par de años con una siembra desde semilla. Aquí el diseño se centra en la selección de las especies más adecuadas para el entorno en el que deban desarrollarse y los efectos estéticos que se deseen lograr. No es algo sencillo ni barato, aunque una vez hecho la misma mezcla puede ser utilizada en distintos emplazamientos que compartan características ambientales. Así, a partir de los trabajos de Nigel Dunnet surgió la empresa Pictorial Meadows que comercializa distintas mezclas de semillas de anuales y vivaces. La aproximación de esta empresa es en concepto similar a la desarrollada por investigadores como Wolfram Kircher. Estos investigadores alemanes han desarrollado una serie de recetas para combinaciones de plantas adecuadas para distintos entornos y efectos estéticos. Cada mezcla contiene una lista de las plantas recomendadas, el número necesario de cada una de ellas para una superficie determinada y la separación con la que deben plantarse. Sobre el terreno será necesario colocar las plantas de una manera más o menos aleatoria aunque siguiendo algunas sencillas instrucciones de agrupación de especies. La más conocida de esta mezclas es la bautizada como Silver Summer, una mezcla de 26 especies apropiadas para terrenos secos en la que abundan las plantas de follaje grisáceo, de ahí lo de silver. En el fondo es la misma idea que las combinaciones que podemos encontrar en los libros de Michael King o Roy Diblick. El verdadero mérito está en determinar que plantas funcionaran visualmente bien en conjunto y asegurarán una floración durante muchos meses. Eso lo hace el diseñador y el aficionado sólo tiene que conseguir los ingredientes y seguir las instrucciones de la receta. En el fondo esto me recuerda un poco a Ikea: nosotros te damos un diseño de calidad y móntatelo tú mismo.
En fin, que el tema resulta apasionante y por eso es una alegría que en Madrid tengamos a Miguel García experimentando con mezclas de anuales y vivaces en colaboración con el ayuntamiento. Miguel es un ingeniero forestal que ha realizado un máster en paisajismo en la universidad de Sheffield, donde debió dejar muy buen recuerdo habida cuenta de que me consta que Piet Oudolf contó con él durante los contactos que tuvo con el botánico de Madrid. Ahora trabaja con la empresa Pictorial Meadows y ha conseguido que el ayuntamiento de Madrid le deje una parcelas de terreno en el parque Felipe VI de Valdebebas para experimentar con sus mezclas de semillas de anuales y vivaces. El tema es sumamente interesante porque pocas veces se habrán llevado a cabo pruebas de este tipo en un clima como el madrileño, por lo que estará obteniendo conclusiones muy valiosas para la definición y posterior gestión de mezclas que puedan ser comercializadas y usadas en un clima como el nuestro. Pero aparte del aspecto formativo, las plantaciones de Miguel en Valdebebas ya han permitido ver cosas interesantes. Yo he podido ver en tres ocasiones distintas las plantaciones y me han encantado. Los picos de floración de las distintas especies se suceden haciendo que las praderas tengan un aspecto totalmente diferente a medida que pasan las semanas. El parque de Valdebebas se asienta sobre la recuperación de terrenos agrícolas, baldíos y escombreras y en términos generales no puede presumir de tener un suelo que destaque por su riqueza. Las parcelas sobre las que experimenta son bastante pobres y se ven castigadas por una población exagerada de conejos. Aún así los resultados han sido muy buenos en el caso de las anuales y han permitido comprobar el interés que pueden despertar en los visitantes del parque. Porque ha sido un observador por partida doble, observador de la evolución de sus plantaciones y de la reacción del público a ellas, ya que parte del interés del experimento se encuentra en conocer el interés que pueden despertar en los habitantes de Madrid plantaciones de tipo naturalista. Y en fin, en algunos casos el interés llegaba a ser tan alto que tuvo que convencer al ayuntamiento de colocar un cartel indicando de que se trataba de plantaciones experimentales para evitar que la gente se hiciera ramos excesivamente generosos. Digamos que Miguel sigue la filosofía "hombre, no me importa que cojas un par de flores pero no me arrases la plantación". La definición de las plantas adecuadas a nuestro clima y suelo y el ajuste y optimización de aspectos como preparación del terreno, época de siega, gestión de malas hierbas, tipo y frecuencia de riego, estructura necesaria, etc, etc, requieren tiempo y años de práctica. Así que esperemos que su colaboración con el ayuntamiento continúe durante mucho tiempo, podamos seguir disfrutando de sus plantaciones y otros se animen a seguir su ejemplo.
Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Mayo
Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Junio
Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Julio