jueves, 1 de septiembre de 2016

Miguel García, la conexión madrileña de Sheffield

Sheffield es una pequeña ciudad del norte de Inglaterra. El típico sitio que uno asocia a lluvia, cerveza, fútbol y decadencia después de la crisis siderúgica y minera de los años 80. Nunca he estado allí, así que supongo que me influye bastante que esta ciudad fuera el escenario de la película Full Monty. Tampoco ayuda que cuando busques algo sobre ella a las primeras de cambio te encuentres con lo que escribió George Orwell:  Sheffield, supongo que podría reclamar justamente ser llamada la ciudad más fea del viejo mundo. Con esta imagen en la cabeza (seguro que injustificada) no deja de resultar sorprendente la cantidad de noticias y estudios interesantes sobre plantaciones naturalistas y ecología que parecen nacer en esta ciudad. En realidad no debe ser tan sorprendente, parece que hoy en día Sheffield es una ciudad con una pujante vida universitaria y una facultad de paisajismo que se ha hecho con un renombre mundial. Nigel Dunnet y James Hitchmough son profesores en esta universidad. Ambos son conocidos por sus trabajos relativos al diseño de plantaciones ecológicas y estéticamente atractivas y especialmente famosos desde su participación junto con Sarah Price en el desarrollo de las plantaciones naturalistas del Parque Olímpico de Londres. Su aproximación se diferencia de otras en que frente a la plantación de pequeñas plantas ellos apuestan por la siembra de mezclas de semillas. La siembra de semillas permite disponer de mayor diversidad de especies y mayor densidad de plantación, lo que conlleva ventajas como mayor competitividad con las malas hierbas y una sucesión estacional más rica.  En ocasiones la siembra se complementará con la plantación de especies cuya obtención desde semilla sea especialmente complicada. Ese precisamente ha sido el planteamiento de la plantación que Nigel Dunnet y Tom Stuart-Smith han realizado en Valladolid, mi patria chica. Allí se plantó una matriz de arbustos que fue completada con la siembra de una mezcla de semillas diseñada por Nigel Dunnet. He visto esta plantación dos veces, en octubre del año pasado y en junio de éste, y mi interés sobre la misma ha crecido de manera exponencial (si alguien conoce al responsable de su mantenimiento estoy deseando tener la oportunidad de hacerle unas cuantas preguntas). En octubre la plantación se encontraba totalmente agostada y me resultó llamativa la radicalidad del planteamiento. Ni complejos sistemas de riego a la vista ni mejora de un suelo paupérrimo, yesoso y pedregoso. Naturalismo extremo. Debo reconocer que no aposté mucho por el éxito de la plantación en semejante ambiente. Pero este año a finales del mes de junio me encontré con una comunidad vegetal exuberante que sin desentonar con la vegetación natural de la zona incorporaba eso que algunos llaman el factor wow. En mi caso el wow vino a estar bien representado por el ¡¡¡haalaaaaaa, pedazo de jardín!!!, que soltó una de mis hijas.





Hay que aplicar mucha ciencia y conocimiento de la ecología del lugar para lograr un resultado así en un par de años con una siembra desde semilla. Aquí el diseño se centra en la selección de las especies más adecuadas para el entorno en el que deban desarrollarse y los efectos estéticos que se deseen lograr. No es algo sencillo ni barato, aunque una vez hecho la misma mezcla puede ser utilizada en distintos emplazamientos que compartan características ambientales. Así, a partir de los trabajos de Nigel Dunnet surgió la empresa Pictorial Meadows que comercializa distintas mezclas de semillas de anuales y vivaces. La aproximación de esta empresa es en concepto similar a la desarrollada por investigadores como Wolfram Kircher. Estos investigadores alemanes han desarrollado una serie de recetas para combinaciones de plantas adecuadas para distintos entornos y efectos estéticos. Cada mezcla contiene una lista de las plantas recomendadas, el número necesario de cada una de ellas para una superficie determinada y la separación con la que deben plantarse. Sobre el terreno será necesario colocar las plantas de una manera más o menos aleatoria aunque siguiendo algunas sencillas instrucciones de agrupación de especies. La más conocida de esta mezclas es la bautizada como Silver Summer, una mezcla de 26 especies apropiadas para terrenos secos en la que abundan las plantas de follaje grisáceo, de ahí lo de silver. En el fondo es la misma idea que las combinaciones que podemos encontrar en los libros de Michael King o Roy Diblick. El verdadero mérito está en determinar que plantas funcionaran visualmente bien en conjunto y asegurarán una floración durante muchos meses. Eso lo hace el diseñador y el aficionado sólo tiene que conseguir los ingredientes y seguir las instrucciones de la receta. En el fondo esto me recuerda un poco a Ikea: nosotros te damos un diseño de calidad y móntatelo tú mismo.
En fin, que el tema resulta apasionante y por eso es una alegría que en Madrid tengamos a Miguel García experimentando con mezclas de anuales y vivaces en colaboración con el ayuntamiento. Miguel es un ingeniero forestal que ha realizado un máster en paisajismo en la universidad de Sheffield, donde debió dejar muy buen recuerdo habida cuenta de que me consta que Piet Oudolf contó con él durante los contactos que tuvo con el botánico de Madrid. Ahora trabaja con la empresa Pictorial Meadows y ha conseguido que el ayuntamiento de Madrid le deje una parcelas de terreno en el parque Felipe VI de Valdebebas para experimentar con sus mezclas de semillas de anuales y vivaces. El tema es sumamente interesante porque pocas veces se habrán llevado a cabo pruebas de este tipo en un clima como el madrileño, por lo que estará obteniendo conclusiones muy valiosas para la definición y posterior gestión de mezclas que puedan ser comercializadas y usadas en un clima como el nuestro. Pero aparte del aspecto formativo, las plantaciones de Miguel en Valdebebas ya han permitido ver cosas interesantes. Yo he podido ver en tres ocasiones distintas las plantaciones y me han encantado. Los picos de floración de las distintas especies se suceden haciendo que las praderas tengan un aspecto totalmente diferente a medida que pasan las semanas. El parque de Valdebebas se asienta sobre la recuperación de terrenos agrícolas, baldíos y escombreras y en términos generales no puede presumir de tener un suelo que destaque por su riqueza. Las parcelas sobre las que experimenta son bastante pobres y se ven castigadas por una población exagerada de conejos.  Aún así los resultados han sido muy buenos en el caso de las anuales y han permitido comprobar el interés que pueden despertar en los visitantes del parque. Porque ha sido un observador por partida doble, observador de la evolución de sus plantaciones y de la reacción del público a ellas, ya que parte del interés del experimento se encuentra en conocer el interés que pueden despertar en los habitantes de Madrid plantaciones de tipo naturalista. Y en fin, en algunos casos el interés llegaba a ser tan alto que tuvo que convencer al ayuntamiento de colocar un cartel indicando de que se trataba de plantaciones experimentales para evitar que la gente se hiciera ramos excesivamente generosos. Digamos que Miguel sigue la filosofía "hombre, no me importa que cojas un par de flores pero no me arrases la plantación". La definición de las plantas adecuadas a nuestro clima y suelo y el ajuste y optimización de aspectos como preparación del terreno, época de siega, gestión de malas hierbas, tipo y frecuencia de riego, estructura necesaria, etc, etc, requieren tiempo y años de práctica. Así que esperemos que su colaboración con el ayuntamiento continúe durante mucho tiempo, podamos seguir disfrutando de sus plantaciones y otros se animen a seguir su ejemplo.

Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Mayo




Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Junio







Aspecto de las plantaciones de Valdebebas a finales de Julio






14 comentarios:

  1. ¡Hola Miguel! A mí me encantan también. Estoy feliz de que se hagan algunas cosas de este tipo en nuestro país. Pero me surge una duda ¿podrían hacerse algunas de estas especies, si no son autóctonas, invasoras? ¿Y luego dar problemas?

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    1. Hola Lisa. Es una interesante cuestión. Te puedo decir que sé que Miguel controla que las especies incluidas en las mezclas no se encuentran en las listas de especies catalogadas como invasoras. Por otro lado, diría que las especies empleadas ya han sido empleadas en jardinería en climas más benignos y peligrosos que el nuestro por lo que sería raro que aquí lo fueran. Y por otro lado, aunque en climas húmedos como el de la cordillera cantábrica hay que tener mucho cuidado, en la mayor parte de España tengo mis dudas de que haya nada realmente invasor. En terrenos altejados por el hombre quizás, pero el resto creo que al final evoluciona hacia las comunidades vegetales habituales y la sequía y el frío no dan muchas oportunidades a lo extranjero. Pero en cualquier caso estoy de acuerdo en que será un aspecto que los diseñadores deberán tener en cuenta.

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  2. Muchas gracias Miguel Recio González, por esta entrada en tu blog. Como siempre, un placer leerte y disfrutar de tus fotografías. La verdad es que guardo un gran recuerdo de Sheffield y doy fe de que, aunque no sea tan bonita como París, es una ciudad con mucho que ofrecer y que está mejorando a pasos agigantados, en gran medida gracias al buen hacer de la Facultad de Paisajismo de la Universidad de Sheffield.
    La historia de estos experimentos comienza, como dices, en la facultad de Sheffield. La pasión con la que James y Nigel transmiten sus conocimientos y experiencias es realmente contagiosa. Además yo aterricé por allí justo en el año de los JJ.OO de Londres, en el que su trabajo con praderas de flor estaba en boca de todo el mundo. Así que mi entusiasmo por estas praderas de las que nunca había oido hablar en Madrid fue in crescendo. Con la ayuda y paciencia de Christos Papachristou, que por entonces trabajaba en Pictorial Meadows fuimos haciendo pruebas y dando la matraca en Sheffield y en Madrid para intentar empezar con experimentos preliminares de viabilidad.
    Afortunadamente, Marita Centenera, Jefa de la Unidad de Parques Forestales del Ayuntamiento de Madrid y la empresa gestora del Parque de Valdebebas, han apostado por esta iniciativa y realizan un gran trabajo para que estos experimentos sean posibles en una condiciones no siempre fáciles, como tu bien comentas, porque nos enfrentamos a suelos difíciles, un clima extremo y además están los conejos, liebres, topillos, mascotas sueltas y entusiastas de las flores que arrasan con lo que pillan! Sin embargo, aunque no todas las zonas de experimentación luzcan bien, precisamente estas adversidades nos ayudan a entender el comportamiento ecológico de las diferentes especies ante situaciones de estres y competencia. No son pocas las veces que me llevo sorpresas al ver como las herbáceas se abren camino cuando yo ya las doy por perdidas. De hecho, y creo que esto ya te lo comenté en persona, estos años de trabajo nos han permitido entender mejor las particularidades del diseño y manejo de praderas, para desarrollar mezclas y procedimientos que son bien diferentes a los utilizados en Europa Central.
    Bueno, me acabo de dar cuenta de que me estoy enrollando demasiado ;)
    Por cierto, no me he olvidado de que tengo que intentar conseguir información sobre la pradera de Nigel Dunnet y Tom Stuart-Smith en tu querida Valladolid, a ver si es posible que la próxima primavera podamos hacer una escapada y verlas de cerca!
    Gracias de nuevo y un abrazo!

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    1. Muchas gracias por el comentario Miguel, es estupendo para aportar mayor luz a la entrada. Mucho ánimo y suerte con ese trabajo del que unos cuantos seguiremos muy pendientes.
      Un abrazo.

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  3. Enhorabuena por la entrada. El tema es realmente interesante y me alegra que Miguel García haya hecho realidad esa conexión con Sheffield que recoge el título de este artículo. Aunque con un enfoque algo diferente, menos años de experiencia pero seguramente influido por lo que se está haciendo en lugares como Sheffield, desde Irati Proyectos estamos trabajando igualmente en ensayos de mezclas de especies autóctonas para aplicar en paisajismo. En nuestro caso, al estar trabajando en un proyecto de un parque periurbano próximo a campos de cultivo de secano, nos estamos fijando en la flora arvense y ruderal, considerada malas hierbas para los agricultores y que tratamos de potenciar en las mezclas por su alto valor ecológico para la atracción de polinizadores, además de buscar un efecto estético que las haga aceptables para las personas. Como le dije a Miguel García, esta primavera esperamos poder organizar una visita para ver la evolución de lo sembrado. Si os interesa podéis conocer nuestra experiencia en http://www.irati-proyectos.com/portfolio/infraestructura-verde/

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    1. Muchas gracias Puy y encantado de conocerte. Me ha resultado muy interesante lo que aparece en el enlace que adjuntas y el Cuaderno de Investigación Urbanística sólo he podido echarle un vistazo pero tiene una pinta estupenda. Me lo leeré con calma porque en las pruebas que yo estoy haciendo en un pequeño trozo de terreno con siembra de mezcla de semillas, aunque he colado alguna exótica la mayoría de lo que he sembrado y parece que puede prosperar son especies nativas. Seguiré muy atento al avance de vuestro trabajo.

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  4. Algunas veces sueño con que quito el monótono césped del jardín y lo lleno de margaritas , amapolas, caléndulas ....todo eso que parecen malas hierbas pero que juntas ofrecen un resultado espectacular!!

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    1. Pues nada hermana, cuando quieras. Yo a cambio de una buena barbacoa te consigo las semillas que hagan falta.

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  5. Impresionantes las fotos. Nosotros llevamos 10 años fracasando con unas parcelas dentro de nuestro jardín en Coín, Málaga a las que siguiendo a Gilles Clement llamamos pretenciosamente el jardín entomologico. Hemos añadido todas los sobres con mezclas de semillas para praderas que hemos encontrado y luce igual que el primer día: un trozo de jardín descuidado. Para corregir un poco el mal efecto le hemos dado un forma cuadrada y procuramos tener muy marcados los límites.
    Esperemos que Pictorial Meadows pueda comercializar pronto mezclas que nos sirvan aquí.
    Estamos emocionados con el blog, que acabamos de descubrir gracias al reportaje en AD en el que sale el estupendo Fernando Martos

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    1. Hola Sebastían, bonito el nombre del jardín entomológico. El mío debe ser algo de eso porque está siempre hasta arriba de insectos y arácnidos :-) Yo creo que eso que comentas es muy típico en las siembras de mezclas de semillas. Y posiblemente vuestra solución es la mejor. Dejar claro con un límite claro como un seto o una bordura que se trata de una plantación intencionada. De hecho recuerdo hablar sobre esto mismo con Miguel García y Miguel Urquijo viendo las plantaciones que salen en las fotos. Luego también hay que encontrar las especies adecuadas para la mezcla. si no te funcionan las que has usado y no quieres esperar, una opción es que hagas tus propias mezclas. Hay tiendas online en internet que venden cosas muy interesantes.
      Me alegro de que os haya gustado el blog, yo también he visto el reportaje de Fernando en AD. Hace poco publicaron otro en el Gardens Illustrated muy interesante.

      Saludos

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  6. Magnifica entrada.
    Tantas veces lo intenté en una pequeña parcela del jardín, el resultado nunca fue brillante.
    ¡Enhorabuena por vuestro buen hacer!
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias Maruxa. Y ánimoo con esos intentos, no desesperes.

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