A quién se le ocurre enseñar a los amigos fotos de los ramos de flores que hago. Dónde ha confianza da asco y como era de esperar me cayó la del pulpo. Una vez que se cansaron de hacer referencias a mi potencial homosexualidad por hacer ramos de flores, pasaron a los aspectos más técnicos del asunto. Porque claro, hacer un ramo de flores les parece una mariconada, pero luego todos son expertos en ramos de flores. Y en lo que se tercie, que para eso somos españoles. Que si no parecen un ramo, que dónde están las rosas, que si hay pocas flores, que si no tienen color, que si menudo caos. Me imagino que aquello fue un curso acelerado de la opinión sobre jardines naturalistas que te podrías encontrar en la calle. Pero al fin uno dijo una frase que a mí me bastó: "si es que parece que has arrancado un trozo de campo y lo has metido en un jarrón". Pues eso. Esa era la idea, así que yo a lo mío.
Con la llegada del otoño nos metemos de cabeza en los meses en los que más disfruto el jardín. La bajada de las temperaturas, el pico de las especies de floración tardía, la coloración otoñal de vivaces, árboles y arbustos, y sobre todo esa luz tan especial que el menor ángulo solar aporta a los atardeceres, convierten a estos meses en una época muy especial. Plantas como las que aparecen en este ramo son responsables de ello. Así a bote pronto se me ocurre que para disfrutar unas cuantas semanas más de un jardín vivo, nos es mala estrategia emplear especies que se engloben en una de estas tres categorías:
- Las incansables: esas especies que florecen durante meses y no parecen rendirse hasta que el frío les demuestra de golpe que su tiempo ha pasado. En este ramo aparecen las flores moradas de Origanum laevigatum Herrenhausen. En mi jardín llevan en flor desde finales de Julio. Por ponerle una pega es una planta que necesita estar bien rodeada para tener en quien apoyarse o sujetarla con estacas (ufff, esto me lo prohibe la pereza) si no quieres que se desparrame. El orégano de toda la vida, el que siempre hemos puesto en la pizza (Origanum vulgare) también se ha mostrado en estos últimos años como una planta todo terreno que soporta las duras condiciones de nuestro terreno. Entre mis planes está emplearlo más abundantemente como planta de relleno. Otras flores incansables en nuestro jardín son las Echinaceas purpureas. Ya nos habíamos despedido de ellas y disfrutábamos de sus cabezuelas secas cuando han decidido lanzar una tímida aunque muy agradecida segunda floración. Hay más en esta categoría aunque no aparezcan en el ramo, claro. Por ejemplo una de mis favoritas: Verbena bonariensis, que está en flor desde principios de la primavera hasta bien metidos en el otoño. Lástima que no se comporte como una vivaz de larga duración. Aunque se resiembran con facilidad y tiene su punto de emoción descubrir dónde aparecerán cada año. Salvia greggii es otra planta por la que no aposté demasiado por su relativa tolerancia al frío, pero que después de tres años parece bien adaptada a nuestras condiciones. Este año ha presentado una floración muy pobre durante el verano pero ha decidido dar el do de pecho con la llegada del otoño. Bienvenida sea.
- Las tardías: esas plantas que se animan a florecer cuando la mayoría ya andan de retirada. En mi jardín destacan sobre todas las demás los Sedum telephium. En el ramo aparecen flores de la variedad Autumn Joy o Herbstfreude. Espectaculares en estas últimas semanas. Además sus cabezas florales aportan color muchos meses después de secas. No se quedan atrás las Sedum telephium Matrona, de hojas de tono violeta y flores más oscuras, ni otra variedad que no tengo identificada. Es similar a la Autumn Joy pero con una flor de un rosa mucho más suave. Me gustaría contar con otras plantas capaces de tener esta fuerza al final del verano. Este año he empezado con los Aster. Y me han hablado bien de la Sternbergia lutea, una planta bulbosa que en algunos sitios llaman narciso de otoño. Aún no he podido probarla. Y mientras no llegue a otras con la capacidad de los Sedum tendré que conformarme con seguir disfrutando de las estrellas del otoño: las gramíneas.
- Las gramíneas: un encargado de un vivero me decía un día que las gramíneas son muy aburridas. Casi le pego. No conozco plantas que aporten más movimiento y textura a un jardín. Muchas de ellas mantienen su espiga en buen estado durante muchos meses (Calamagrostis acutiflora Karl Foerster, por ejemplo) y otras es ahora cuando se deciden a florecer. En mi jardín por ejemplo hemos decidido que pasamos del equinoccio y que el otoño llega cuando las Muhlenbergia capillaris digan. Este año van retrasadas, o mi impaciencia va adelantada. En el ramo aparecen Pennisetum allopecuroides, una hierba que muestra gran robustez en nuestro jardín y que a finales del verano lanza sus espigas iridiscentes. Justo a tiempo para los atardeceres otoñales que decíamos antes. Como no todo van a ser éxitos, otra de las hierbas que aparecen en el ramo es uno de nuestros fracasos: Panicum virgatum. Es una hierba que de acuerdo a la teoría debería desarrollarse bien en nuestro terreno. No es así. El primer año que las plantamos se desarrollaron de manera espectacular pero durante el primer invierno murieron la mayoría. Diría que no se llevan bien con la arcilla y que mueren asfixiadas por la humedad invernal. Las que sobrevivieron y replantamos, tampoco han llegado a desarrollarse en condiciones y parecen en claro retroceso. Una lástima porque el colorido de su follaje en otoño es espectacular. Pero en fin, probaremos con otra cosa. Para terminar en el ramo aparece una espiga de una de esas plantas capaces de marcar el carácter de todo un jardín: Miscanthus sinensis. Con un aspecto parecido a primera vista a los tan usados, y en algunas zonas del norte desbocados, plumeros (Cortaderia selloana) a mí me resulta una planta más delicada, menos cortante (podar un plumero es un trabajo de alto riesgo) y con una floración más espectacular. En mi jardín tenemos macizos de Miscanthus sinensis New Hybrids y Early Hybrids, obtenidos desde semillas compradas en Jelitto. No llego a percibir la diferencia entre unos y otros, la verdad. Sí que muestran un aspecto muy diferenciado los Miscanthus sinensis Malepartus que plantamos en una tercera zona del jardín. Su floración es mucho mas temprana y sus vegetación amarillea mucho antes. En estas semanas todos ellos hay momentos del día en el que sus espigan parecen atrapar más luz del sol de las que les corresponde.