sábado, 19 de mayo de 2012

Jardín experimental de Lur Paisajistak


En el número 60 de la revista Verdeesvida aparece una interesante entrevista a Íñigo Segurola. Íñigo es conocido en España por ser el presentador del espacio de jardinería del programa Bricomanía, y a sus espaldas, tiene un importante bagaje de jardines públicos y privados junto a su socio Juan Iriarte, con quien comparte el estudio de paisajismo Lur Paisajistak. En la entrevista, Íñigo Segurola incide en la importancia que tiene que los paisajistas den ejemplo en ecología y sostenibilidad, pero sin dejar por ello de lado el diseño. Me gusta su definición del objetivo del paisajismo: "dar una forma visible a la ecología, culturizarla para que sea aceptada y asumida; enmarcarla, llamar la atención sobre lo que hay dentro del marco". En esta línea reconoce que la referencia indiscutible es el paisajista francés Gilles Clément y sus Jardín en Movimiento, Tercer Paisaje y Jardín Planetario. Muchas de las ideas que comenta en el artículo, son, casi diría que por pura intuición, líneas maestras del plan de paisajismo que seguimos en nuestra parcela:
  • Buscar que el jardín sea social, esto es, disfrutable por las personas, sin olvidar que debe ser ecológico y por supuesto estético. 
  • Trabajar a favor de la naturaleza, no en su contra, y aceptar y sacar partido de las ocurrencias naturales del jardín. 
  • Realizar mínimas intervenciones para mantener el aspecto salvaje y el interés a lo largo de todo el año.
  • Centrarse en los colores verde y blanco, los más elegantes y fáciles de combinar y no olvidarse de que hay que tener un gran conocimiento de las floraciones para lanzarse a mezclar colores. 
  • Emplear plantas con potencial para cubrir grandes extensiones con poca inversión y mantenimiento. 
  • Cambiar nuestra percepción de lo que es bonito para lograr jardines bellos a lo largo de todo el año, fijarse en la belleza de las plantas en todo su ciclo evitando los tópicos que establecen que sólo es bello lo frondoso, verde y florido. Una espiga dorada o un árbol desnudo son bonitos sin ser obvios. 
  • Reducir el césped por anti ecológico, caro y trabajoso. Sustituirlo por praderas de hierbas que requieran una sola siega y tengan una flor y una semilla bonitas. 
  • Buscar la fusión de los límites del jardín con el espacio exterior, trabajando el espacio de borde con especies del espacio exterior. Mezclarse en el entorno resaltando sus cualidades. 
A la hora de crear un jardín, aconseja tres aspectos fundamentales, que mi breve experiencia ya me ha demostrado como plenamente válidos.
  • Tener muy en cuenta los aspectos logísticos y decidir con sinceridad cuánto se quiere o puede invertir en dinero y tiempo. 
  • Preocuparse mucho del lugar y el clima: temperaturas, precipitaciones, disponibilidad de agua de riego, orientación de la parcela, tipo de suelo. Todo esto, junto con la idea de jardín que tengamos, deberá dirigir las plantaciones. 
  • El estilo y diseño, estructurar el jardín en vacíos y llenos, siendo los vacíos las superficies abiertas de césped y agua (yo añadiría los caminos y otras zonas de estar pavimentadas) y los llenos los macizos de arbustos, perennes y gramíneas. Definir muy bien las separaciones entre llenos y vacíos con borduras y usar especies adaptadas cuidando los marcos de plantación para lograr las densidades adecuados en los llenos. 
Cuando compramos nuestra parcela, mucha gente no entendía y criticaba que comprásemos una parcela con una pendiente tan pronunciada, pero desde el primer momento tuvimos claro que lo que perdíamos en comodidad lo ganábamos en posibilidades paisajísticas. Nunca me he arrepentido de la fuerte pendiente de nuestra parcela, y Sarobe Garaño, el jardín experimental de Lur Paisajistak es una de nuestras principales referencias. De todas sus obras, ésta es quizás la que mejor refleja las ideas de estos dos paisajistas seguidores de Gilles Clément. Emplearon un refugio de pastores heredado por Íñigo y los terrenos de bosque y pasto en pendiente colindantes, como campo de experimentación, como escuela para formarse como jardineros, condición que consideran indispensable para ser buenos paisajistas. 

Escondido entre los bosques de Oiartzun, Guipúzcoa, con tan solo 1.125 metros cuadrados, el jardín supera la limitación de la fuerte pendiente del terreno convirtiéndola en una gran oportunidad. Para ello los paisajistas articularon el jardín alrededor de una serie de plataformas que permiten disfrutarlo desde distintas perspectivas. Los protagonistas más visibles del jardín son los sietes estanques alimentados por un arroyo natural y enmarcados por plataformas de madera de acacia autóctona y bordes de hormigón coloreado al óxido de hierro. Las plantaciones las componen una mezcla de exóticas y nativas seleccionadas por su armonía en el color y la textura y su adaptabilidad al clima de la zona. Apuestan por las gramíneas (principalmente Miscanthus floridulus, Miscanthus sinensis Gracillimus y Pennisetum alopecuroides) para cubrir grandes extensiones de bajo mantenimiento. Los límites del jardín han sido plantados de hayas lloronas (Fagus sylvatica Pendula) como forma de crear una pantalla que aísla al tiempo que se funde con el bosque de hayas, robles, nogales y castaños que le rodea y le compone. Otro ejemplo de mezcla armónica de lo exótico y lo natural lo aportan los helechos arbóreos (Dycksonia antarctica) que encajan a la perfección con los helechos nativos que crecen entre los bosques de pinos (Pinus radiata) de repoblación en la zona. En mi opinión el jardín encaja a la perfección en el concepto de jardín de paseo japonés, aspecto que se ve incrementado con las plantaciones de cerezos ornamentales (Prunus x yedoensis) y arces japoneses (Acer palmatum). Se puede encontrar más información sobre esta joya en libro como Guía de Plantación, de Terence Conran y Diarmuid Gavin y en revistas como Gardens Ilustrated o Paisajismo.

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