Me siento un poco traidor. Casi todas mis entradas se refieren a proyectos de paisajistas de éxito que además de su talento tienen todos los medios a su alcance para hacer jardines espectaculares. Son una guía y una fuente de inspiración, sí, pero están a años luz de lo que yo soy: un aficionado a la jardinería. Y es que estoy convencido que los jardineros y paisajistas de éxito son el resultado y no la causa (al menos no la causa única) del éxito de la jardinería. Usando un símil de esos literarios que tanto me gustan, es una gozada poder leer Cien Años de Soledad, pero mi admiración va por los millones de lectores y escritores anónimos que garantizan la supervivencia de la cultura literaria y aseguran que en distintos momentos y lugares sigan apareciendo otros Cien Años de Soledad. Así, la supervivencia de la cultura de la jardinería se sostiene sobre millones de aficionados y profesionales que no tienen que haber ganado una medalla en el Chelsea Flower Show. Y ahí llegamos al fondo del problema: yo creo que en España no disponemos de esa base de aficionados y profesionales que garanticen una sana cultura del jardín. En España asumimos que el diseño y construcción de nuestras casas, ropas, muebles, coches y tantos y tantos objetos de uso cotidiano, debemos dejarlos en manos de profesionales, pero en cambio asumimos, en una curiosa pirueta mental, que el diseño y construcción de nuestros jardines puede limitarse a plantar un olivo arrugado y cuatro petunias a su alrededor. ¿Para qué contar con profesionales si con asfaltar el patio lo tenemos hecho? ¿Y la terraza? La terraza para tender la ropa y dejar las bicis. No necesitamos jardineros y paisajistas. Y así nos luce el pelo, claro.
Que no se me entienda mal, no estoy diciendo que uno no pueda aspirar a diseñar sus jardines (yo lo intento) lo que digo es que no entiendo por qué ni siquiera aspiramos a diseñar nuestros jardines. ¿Por qué renunciamos con tanta facilidad a vivir en un espacio cómodo, agradable y bello? ¿Por qué tenemos esa facilidad para despreciar la potencialidad de nuestro entorno e ignorar la capacidad de ayudarnos que tienen paisajistas, arquitectos e interioristas?. Por eso aquí va mi más sincera admiración hacia quien lo intentan en semejante territorio hostil. Esta entrada va dedicada a los valientes que en un país como el nuestro pelean contra la indiferencia para tratar de vivir del sentimiento estético. Y un buen ejemplo me parece La Habitación Verde, un estudio formado por una pareja de arquitectos paisajistas empeñados en quitar el aura de elitismo y exclusividad al diseño de jardines, dos profesionales que apuestan porque el diseño de un jardín esté al alcance de todos. Empiezan bien desde el nombre, porque lo de Habitación Verde me parece la mejor de las definiciones de lo que debería ser un jardín: una extensión agradable al aire libre de nuestra vivienda en lugar de un espacio aséptico e inutilizable. Más vale un ejemplo que mil palabras, unas fotos de un ático en Madrid diseñado por este estudio.
Estamos de acuerdo en que esta terraza no responde a los parámetros habituales, ¿verdad?. A ojímetro diría que el 99% de las terrazas españolas son terreno baldío. La de hectáreas de terreno que sumarán todas las terrazas, patios y jardincillos desaprovechados en España, despreciados cuando en un clima como el nuestro podrían ser el espacio más importante de la casa. Hacer un diseño no es fácil, pero lo que sí que es fácil es disfrutar del diseño de otros. Si nos gastamos dinero en amueblar y vestir nuestras casas, ¿por qué no amueblamos y vestimos toda la casa?. A mí esta terraza me parece que el resultado merece la pena. Por si a alguien se anima, aquí las 7 claves del diseño de jardín en áticos que nos regalan los autores de éste. Y hablando de regalos, los responsables de la Habitación Verde además nos regalan dos blogs, el primero de ellos el asociado al estudio (Blog La Habitación Verde) y el segundo el mantenido por Andrea, Miss Jardín, un sitio donde se respira diseño y belleza. Por este blog y otro par de ellos, un servidor empezó a elucubrar en estas líneas.
Fuente: La Habitación Verde, Miss Jardín
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