En el fondo mi suegra lleva diciendo lo mismo que esta gente un montón de años. Cada vez que las expectativas económicas tienen aspecto de oscuro nubarrón (es decir, siempre en los últimos años), afirma con toda tranquilad que nosotros al menos no pasaremos hambre mientras tengamos tierra. Que nadie entienda de la anterior afirmación que somos terratenientes que podemos vivir de las rentas de nuestras extensas propiedades. No, me temo que no. Diría que mi suegra se refiere simplemente a la capacidad que tiene hasta un pequeño terruño como el nuestro de producir cosas que se comen. La verdad es que nunca le hemos hecho mucho caso, pero tal y como se están poniendo las cosas, hay que reconocer que no estamos para despreciar la idea.
No he podido evitar pensar en la autosuficiente tranquilidad de mi suegra al toparme con un artículo en la revista Landscape Architecture Magazine de Marzo del 2011 sobre la firma Whole Systems Design. Ben Falk, principal responsable de esta firma, persigue desarrollar paisajes adaptables, resistentes y ecológicos que aporten valor y abundancia para ayudar a sus clientes a hacer frente a un futuro marcado por el ascenso en los precios del petróleo, la inestabilidad climática y una economía muy, pero que muy negra. Invertir ahora para reducir nuestra vulnerabilidad futura podría ser su leitmotiv.
Para mí, que pienso que un jardín debe ser bello, divertido y sobre todo comestible, las imágenes de su granja y campo de experimentación en Vermont, un estado de paisajes privilegiados, me llenan de envidia sana. 4 hectáreas de bosque húmedo transformadas en un paisaje "comestible" repleto de frutales, arbustos de frutos silvestres, espacios boscosos, huertos, pastos, arrozales y estanques. Una granja diseñada bajo principios agroforestales donde pastan la cabras, los patos y gallinas producen huevos a mansalva y las setas comestibles crecen en los troncos caídos en el bosque. Un retorno al modelo de autosuficiencia en el que vivía la gente del campo cuando no disponían de una tienda de ultramarinos a la vuelta de la esquina. Un pasado que los responsables de Whole Systems Design pronostican como futuro si la escalada de precios del petróleo precipita importantes cambios en la dinámica de nuestras sociedades.
Llevamos tanto tiempo hablando de escenarios apocalípticos que hace mucho que han dejado de causarme demasiado impacto, sin que ello reste fuerza a mis ganas de hacer lo que dicta el sentido común. No necesito pensar en océanos que engullan nuestras costas para saber que quemar gasóleo a lo loco es una estupidez. Ni necesito imaginarme supermercados desabastecidos para plantar en mi jardín frutales y tener un pequeño huerto. Simplemente me parece lo más razonable y sano. Así que, bienvenidos sean los diseños de Whole Systems Design, que por cierto parecen aplicar muchas de las ideas contenidas en un libro que estoy leyendo ahora mismo: Creating a Forest Garden, de Martin Crawford.
Al fin bravo por los jardines bellos...
...y capaces de producir cosechas que me quitan horas de sueño:
Fuente: Whole Systems Design